|Capitulo 14°|

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***

- ¿Puedo acostarme? - me pregunta después de unos minutos.

- Ah... claro. - le hago un espacio, aunque no sé por que si mi cama es enorme. 

Se recuesta a mi lado y miramos la televisión juntos. Es algo que no hemos hecho desde hace mucho, desde que nos peleamos.

Suena su teléfono y me concentro en la televisión, sé que soy chismosa pero, por ahora no.

- Mamá y papá quieren hablar con nosotros.

- Okay. - le aplana a varias teclas de su teléfono y veo como se acomoda para quedar a lado de mi. - Estas muy cerca, alejate.

- Ya, - sonríe a la cámara, veo a mamá y a papá. - Hola!

- Hola - saludo.

- Nath deberías de estar más alegre por estar hablando con tus padres.

- Lo siento, mamá. - sonrío.

- ¿Cómo les va?¿Siguen vivos? No han desecho la casa.

- Si eso hubiese pasado, no tendríamos internet, y yo no puedo vivir sin él. - dice Ramiro.

- Cierto, ¿por qué no recordé esas cosas? 

- Te ves más bronceada. Llevas días allá mamá.

- Vengo a lo que vengo, hija. Yo quería un bronceado de esos de las modelos que salen en Victoria Screts.

- Ahora no puedo quitarme esa imagen de la mente. - miró a Ramiro, ¿en serio? - Eso es desagradable.

- Papá! ¿cómo te la haz pasado? - ignoro lo que acaba de decir y sigo con la conversación.

- Muy bien, llevaba años sin sentirme como ahora. - le sonrió. Papá debería de haber estado acostumbrado a eso, pero después de tenernos a nosotros, ellos solo era trabajo, casa.

- Eso es muy bueno, disfruten mucho el estar allá. No nos vamos a matar entre nosotros. - sonrió.

- ¡Eso esperamos! 

***

Sebastián viene hacia mi, corriendo como dios manda. Estoy en un parque a unas cuantas cuadras de mi casa. No sé que diablos hace Sebastián aquí.

- ¡Nathalia! - grita de nuevo haciendo que todos volten hacia nosotros.

Sonrió con pena, que oso. Aprieto los labios. Sebastián llega hasta mi.

- ¿Qué haces aquí?

- ¿Qué haces tú aquí?

- Estoy caminando, ¿no puedo hacer eso?

- Todo el mundo esta buscandote en la casa.

- Les dije que iba a salir a caminar, estúpidos. Ni en eso me hicieron caso  por estar jugando videojuegos.

- ¿Nos dijiste? - ruedo los ojos.

Empiezo a caminar con dirección a la casa dejándolo atrás, he aprendido a caminar más rápido en estos días. Salgo de casa y camino un poco y regreso. El estar en casa es sofocante.

Ramiro ha estado raro conmigo en estos días, ha estado pendiente de mi. Me ha dado regalos, que no sé de donde saca. No ha salido a fiestas. Ni siquiera ha estado pegado al teléfono. ¿Habrá terminado con ella? O ¿ella lo bateo a él? Seguro ella, ella tiene una lista de pretendientes no digo que mi hermano no, solo que él esta ciego.

- Camina más despacio.

- Camina más rápido.

Sigo caminando hasta llegar a la puerta de mi casa, entró y miro a Ramiro, después a Rubén, a Josh, a Fernando y a Lily en diferentes partes de la casa. ¿Y a estos qué les pico?

- ¡Oh! ¡Estas ahí!

- Lily, ¿qué están haciendo?

- Estábamos buscandote.

- ¿En serio? ¿Quién los puso a hacer eso? - preguntó. Niro a alguien más en el patio, estos niños. - También quieren decirme ¿Qué diablos hace Andrés afuera? - todos señalan a Ramiro.

- Soplones.

Miro a Ramiro, así que él hizo todo esto.

- Saben chicos, ¿por qué no vamos por unos helados? - sonrió. Lily brinca.

- ¡Yo voy!

- ¡Y yo! - Andrés entra a la casa corriendo.

- Nosotros iremos. Iré por la camioneta. - dice Sebastián pasando de lado. Se va y desaparece para ir al garage.

Los chicos empiezan a recoger sus cosas y las ordena. Ramiro esta parado mirandome mientras yo solo estoy con Lily hablando sobre un niño de su clase, tiene 10 años y no puedo creer que le gusten un niño a su edad yo todavía estaba babeando por Barney o algún tipo de caricatura infantil. Hasta la fecha, sigo teniendo un crush con Jackie Chan animado. Real.

Salimos de la casa y subimos a la camioneta. Voy en frente con Lily. Los demás están atrás hablando de un videojuego nuevo. Así se la vivieron.

Los helados están un poco lejos de la casa así que; probablemente me duerma. Tengo sueño, no he dormido bien. Me levantó durante la madrugada y estoy un poco mentida en mis pensamientos todo el tiempo. Cuando duermo, sueño mi desgracia.

- Nath, no te duermas. - escuchó.

- Lily, dejala. Esta cansada. - Ramiro dice en la parte de atrás.

- Pero, se perderá el helado.

- Allá la despertamos, Lil. Dejala, no ha estado durmiendo mucho.

¿Cómo es qué él lo sabe?¿Cómo sabe que no he dormido? Maldición, podría pensar millones de posibilidades pero, ahora caeré en una gran sueño.

●●●

- Despierta.

No quiero despertar. Déjenme dormir. El sueño es vida.

- ¡Una cucaracha voladora! - abro los ojos y salgo corriendo de mi cama.  Escuchó a Rubén reírse. Regreso de nuevo a mi habitación.

- Malditos hermanos. - me echo a la cama.

- Vamos Nath. Vayamos a hacer algo.

- No tengo animo, chicos. Y aunque lo tuviera, no quiero salir con ustedes.

Me tapo con la almohada la cabeza. No quiero escucharlos. Mi paz interior.

Esperen, ¿cómo llegue a mi cama?

- ¿Chicos?

- ¿Si?

- ¿Cómo llegue a mi cama y qué hora es? - preguntó.

- Te cargué a tu cama y son las 10:10 de la noche.

- ¿Del mismo día?

- Del mismo día - contestan los dos.

Quiero dormir más, necesito más sueño. No he dormido y quieren que vaya de fiesta. Están locos. No necesito eso por ahora. Lo que necesito es ser una persona que duerma hasta 20 días.

Un amor de verdad. (2 Temporada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora