|Capítulo 55°|

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Ramiro:

"Es un reflejo","Está teniendo signos", frases y más frases como esas vienen saliendo de la boca del doctor, una y otra vez.

Estoy tratando de concentrarme en lo que vi y en lo que sentí cuando Nathalia comenzó a llorar.

- ¿Están seguros de qué la vieron llorar? - Mamá pregunta por séptima vez. Ruedo los ojos.

- Si, mamá. La vimos llorar, estaba llorando, si fuese mi imaginación ni siquiera les hubiera dicho. - Digo, me acerco a donde estaba antes. - Si lo que más quiero es que despierte.

El doctor le da algunas instrucciones a mis padres, los chicos se pone al rededor de la camilla en donde se encuentra Nath. Estamos sintiendo la fuerza y tensión que hay entre nosotros. No he hablado tanto con ninguno de ellos. Es cierto lo que dice Sebastián, llevo más de tres meses desaparecido de todos, hasta de Eli. Me ha marcado, me ha dejado cientos de mensajes, lo único que he sabido hasta ahora es que Sebastián le dijo que sigo vivo.

Pero que no quiero afrontar nada ahora. Ella está consciente de muchas cosas y se me hace injusto que este esperandome, que este dejando una vida por mi codicia y mis ganas de estar aquí.

- Estás matando todo. - Andrés habla. - Veo como tu sien pulsa tan rápido que puede explotar.

- Sólo estoy pensando. - Contesto, asiente y continuamos viendo a Nathalia.

- Incluso así se ve bonita. - Rubén dice para todos. Mis padres salen de la habitación dejándonos solos. No hemos tenido un momento todos con ella, ni siquiera nos dejaron entrar aquí el primer mes. - Me dijo que no la dejará y ahora ella esta dejándome.

- Se contradijo sola. - Fernando la mira. - Eres cruel, Nath. Solo ilusionas al niño. - Ríen. Hago una media sonrisa, incluso en estos momentos lo tratan de aligerar.

Siento una presión en mi pecho, hago un gesto, ¿de dónde viene esté dolor?

- Debe de estar riéndose en algún lugar. Ya saben como la película. - Estamos de acuerdo que una película es una película, eso es casi imposible de suceder. Incluso si llegase a pasar, daría una señal, y no hay nada de eso.

Nos quedamos ahí parados unos minutos más, veo como sus ojos se mueven a través de su piel. No quiero decir nada, porque no estoy nada seguro. Así que lo dejo pasar, me voy a sentar a mi cama improvisada.

- Desearía que nos dieras una sola señal de que sigues con nosotros, Nath... - Lili habla entre el silencio. - Sólo no quiero ser la única niña. - Eso me duele, si Nathalia llega a falta sólo queda Lili como niña. Y ellas dos siempre fueron las princesas de todos.

Siento a alguien sentarse a lado de mi, pero no hay nadie. Volteo hacia el lugar mirando a la pared, como si estuviese mirando a alguien a los ojos, sólo que no hay nadie. Vuelvo mi mirada hacia la cama de Nathalia.

Sebastián brinca y voltea a verme.

- ¿Tu me tocaste? - Me pregunta como si eso fuese algo coherente.

- ¿Yo? ¿Cómo voy a tocar si estoy hasta acá? - Lo miro confundido. Es absurdo, ¿cómo voy a hacer eso?

- Bromeas, acabo de sentir que alguien me toco el hombro. - Todos lo miramos con confusión hasta que cae un vaso de agua de la mesita.

- ¡La película tiene sentido! - Lili grita acercándose a Nath. - Sé que eres tu, te amo, ya no te vayas. - Una risa suena por toda la habitación, que no es de nosotros, y es tan familiar.

Nath sigue con los ojos cerrados, pero sigue haciendo eco esa risa.

- Debemos de estar alucinando, ninguno de nosotros ha dormido bien. - Sebastián dice para quitar la tensión o cualquier cosa que haya en la habitación.

Un amor de verdad. (2 Temporada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora