Papá me ayuda a sentarme en la cama, la habitación se ha vuelto un poco más grande para mis ojos. Es diferente a como la recordaba.
Me da una sonrisa y se sienta justo frente mío.
- Es bueno tenerte de vuelta. - Le devuelvo la sonrisa.
- Me alegra volver. - Estoy en esos días en donde debo de acostumbrarme de nuevo a mi entorno. Los chicos han sido de gran ayuda en estos días. También Ramiro ha estado pendiente de mi aunque no hayamos hablado aún.
Sebas me ha dicho que ha sido el más preocupado y él que más la paso mal, mientras yo estaba en quién sabe donde. Quise que él me contará algunas cosas pero no salió nada, así que tuve que esperar y sigo esperando hasta que se le den las ganas de hablar conmigo.
Mamá entra con una pequeña bandeja de comida, ha decir verdad, no tengo hambre. Pero no puedo negarle eso a ella, le doy las gracias.
- Será mejor que la dejemos descansar, Nathan. - Me da una sonrisa, asiento y jala a papá de mi cama para llevárselo.
Me acerco a la bandeja para tomar el vaso de jugo, tengo sed. He estado demasiado sedienta estos días. Me propongo el descansar, mirar alguna película e intentar dormir.
La puerta se abre de golpe, Ramiro está parado mirándome.
- ¿Qué sucede? - Pregunto, parece recapacitar un poco de lo que acaba de hacer. Niega con su cabeza y entra como si nada a mi cuarto, se sienta en mi cama. - ¿Estás bien? - Pregunto de nuevo sin obtener respuesta.
Lo miro, me supongo que no debería insistir. Dejo que esté en la cama sin decir ni una sola palabra mientras que doy varios sorbos a mi jugo y la película que había puesto se reproduce.
Ninguno de los dos hace una palabra, sólo con nuestras respiraciones de por medio.
- Pensé que no estabas. - Formula una frase, levanto una ceja.
- ¿Por qué no estaría?
- Te fuiste tanto tiempo que... - Saca el aire. - Se me hacía un sueño del que estuvieras despierta -. Me imagino todas las veces en las que debió de haber estado en esa habitación de hospital. Hablando me ó sólo mirándome.
- No es un sueño. - Puede parecer broma, puede parecer una locura. Ramiro está siendo alguien sensible conmigo, me muestra lo que sólo algunas personas pueden ver. Son pocas las que conocen la parte mediática que tiene sobre el cariño.
Ramiro nunca ha sido una persona demostrativa, una que sea capaz de decirte cosas cursis frente a las demás personas. Es reservado, y las dice cuando está solo con esa persona o cuándo de verdad le nace decirtelo.
- Lo sé, cuando te vi supe que no lo era. - Toma mi mano sin mirarme. - Tenemos muchas cosas de las cuales hablar. Una de ellas es que estuve perdido sin ti.
- Eso se puede notar. - Trato de sonar burlista, pero eso no viene al caso cuando voltea a mirarme. - Lo siento.
- Está bien. - Murmura. - Todos lo vieron, no era la misma persona y está claro que estaba tendido en medio del pavimento tratando de que alguien viniera a mi rescate. - Eso suena tan doloroso.
- Quisiera creer que Elizabeth fue la que te levanto de ese lugar -. Sinceramente, lo agradecería. Se mofa con una risa.
- Lo fue. - Suelta mi mano y junta las suyas mientras se inclina. - Ella estuvo conmigo pocos días antes de que despertarás, me hace pensar muchas cosas y sé que está bien sentir lo que siento. Deje la universidad por unos meses, me ahogue con mi propia soledad sólo porque sentía que era culpa mía. - Mira la puerta. - Aunque me repetía mil veces que no lo era, se lo dije hasta a Sebastián. No era mi culpa.
- No lo era. - Me acerco a él. - No es tú culpa, nunca lo fue. Fui yo la que se acerco, fui yo la que hizo que todo eso pasará. - Recuerdo el como lo convencí para salir y enfrentarlos.
- Eso no era lo que me reprochaba. - Niega dandome una mirada. - Me reprochaba que no pude defenderte, no pude alejarte de ella. - Sonríe, sus ojos se vuelven cristalinos. - Te deje ir y me enfoque tanto en eso que me culpaba. Me culpable porque no te pude proteger como hermano. Deje que te arrebatarán meses de vida, unos que no vas a recuperar.
- Ramiro...
- Y todo porque no pude correr a protegerte. - Me mira, una lágrima rueda por sus ojos. - Si tan sólo hubiera llegado hacia ti, si te hubiese alejado.
- Hey, el hubiera no existe. - Tomo su cara con ambas manos. - Lo importante es que estoy aquí, ¿no? Eso es lo importante.
- Luego tuve enojó conmigo, porque no pude cobrarlo de la manera que quería. - Aleja su rostro de mis manos. - Ariana murió ese día a lado de ti, dispararon hacia ella haciendo que cayese, sus manos estaban unidas.
Eso me sorprende, sólo sentí que alguien había caído a un lado de mi. Sin embargo, no me imagine que hubiera sido ella, no sabía que había muerto. Lo miro dandome una extraña paz, ella se ha ido, pero a costa de una muerte.
- Su cómplice está en la cárcel, por si te lo preguntas. Resulta que eran amantes, lo utilizo así como lo hizo con Martin. Tuvo esté plan en mente desde hace años y hasta ahora pudo hacerlo, aunque le saliera mal. - Ríe. - Era casado, y no sabían que tenía a alguien más.
- ¿Estás diciéndome que ella hizo todo eso, engaño e hizo que su secuas pudiera perder más que ella? - Pregunto, esa es una idea que sólo una persona dañada psicológicamente pudiera haber hecho.
No me puedo creer la falta de empatía que tenía, la falta de amor propio. Se que todos tienen problemas, pero ella los sobrepasaba, me hace sentir pena por ella.
- La culpe a ella de todo mientras que por dentro me sentía una mierda por no haber echo bien mis elecciones. - Lo miro, tomo su mano sobre la mía. Hago que me mire, le doy una sonrisa.
- Deja de decir que tuviste la culpa o que sentías resentimiento hacia ti. - Suspiro. - Es probable que tuviera una vida miserable, hablando de ella, no la justifica. Pero es algo que la gente no puede controlar. Si ella se hubiera amado tanto como el capricho que tenía sobre nuestros padres, quiza, hubiera tenudo una vida mejor.
- Nath...
- No. - Lo callo. - Esa es la verdad, si yo me puse en esa situación fue mi culpa. Mis padres quizás tuvieron sus errores en el pasado, eso no quita que ella también de superarlo como nuestros padres lo hicieron. No quiso dar la vuelta porque no quiso. Esa es la explicación. Dejate de cosas diciendo que tú pudiste salvarme, nadie lo hubiera podido saber.
- Fue difícil. - Sonrío.
- Exacto, fue. - Acaricio su mejilla. - Lo fue porque ya no existe, ese recuerdo. Se volvió eso, no hay más. Ahora sólo esta el presente y el futuro, estamos juntos en esto, estamos juntos sobreviviendo en este mundo.
- Y seguiremos juntos.
- Seguiremos juntos. - Me acerco a él dándole un abrazo. Me siento feliz al sentirlo, al saber que seguirá conmigo a pesar de todo y que entienda que nada de lo sucedido fue su culpa o que tuvo alguna complicidad sobre eso. Él fue quien estuvo conmigo en esos momentos, se quedan esas memorias pero se olvidan con el tiempo. Esta situación pasará y será como un recuerdo más que podríamos contarles a nuestros bisnietos, nos estaremos refiriendo a esto como algo pasajero. Algo que nos marco y está marcando un antes y un después de nuestras vidas.
No es un mal, más bien es una lección. Una que nos hace más valientes, capaces, fuertes y guerreros.
Sobrevivimos a la tormenta, nunca nos dejaremos vencer. Cuidamos nuestra espalda unos a los otros, no significa nada esté desliz, pasaremos cosas peores o tal vez mejores. El tiempo lo dirá, el destino y nuestras decisiones. Es el rumbo que cada uno de nosotros quiera darle.
Por ahora, seguiremos juntos. Seguiremos siendo la familia que siempre hemos sido.
**
Falta tan poquito de terminar esta historia.
Y a la vez tan triste, ahhh. ☹
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Un amor de verdad. (2 Temporada)
Teen FictionNathalia y Ramiro, son hijos de Nathan Sykes y _____ Parker. Los mellizos de la familia, los dos estarán en la preparatoria con diferentes personas y diferentes personalidades. Uno se a enfrentado a un corazón roto y el otro apenas experimentará sob...