|Capítulo 28°|

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- Sacalo de aquí, ves que esta apestando toda la habitación. - Lily esta casi golpeando a Fernando por haber metido a ese animal aquí. 

- Lily, solo es un perro. 

- Un perro que esta dejando un apeste, ¿sabes cuando podremos quitar ese olor de nuestras fosas nasales? - todos negamos - ¡Una vida! ¡Ahora sacalo! - Fernando no creo que este captando las palabras de Lily, y no creo que le de mucha importancia el hecho de que ella esta casi furiosa por oler al perro. 

- Lily, estas exagerando un poco, no huele tan mal. Aparte ¿cómo quieres que no huela? ha pasado no sabemos cuanto tiempo en las calles tratando de sobrevivir, todos somos seres vivos y debemos de apoyarlos. - digo, acercandome a donde esta Fernando con el perro. - Además es demasiado lindo. 

Lily bufa y sale de la habitación, Fernando metió este perro por la puerta de atrás para que los demás no lo vieran, pero Lily tiene olfato de algo, que olfateo un olor que no era de su agrado y un poco sospecho, que salio casi corriendo al olerlo y llegamos a la habitació de Fernando, bueno a la habitación que por ahora es de él y lo encontramos con un perro, a Lily casi se le sale el alma al verlo. 

- No creo que debas de tener al perro aquí. - le digo, mientras acaricio al pobre perrito. - Los demás chicos se darán cuenta que lo tienes, esos entran a tu habitación si avisar así como lo hicimos Lily y yo hace un momento. 

- Lo sé, pero no tengo otro lugar a donde llevarlo, si lo llevo a mi casa probablmente se muera o algo. 

- Puedes llevarlo, estan las personas que ayudan en la limpieza, no creo que se muera, aquí todo el mundo andara loco. Deja que el perrito este mejor y después ya se lo enseñas a los chicos te puedo ayudar, vamos a tu casa diario a verlo sin que los chicos se den cuenta de lo que hacemos. - le digo, le estoy dando una idea para que no se alteren además, creo que ahora que estoy cerca, si huele mal y la habitación olera a este olor por varios mese. 

- De acuerdo, pero ¿cómo lo sacamos? - pregunta. 

- No te preocupes, yo me encargo de eso. - sonrió. 

***

- Cuando pensé que te encargarías de esto... pensé que sería de una forma normal. No de que debía de bricar por una pared enorme. - Fernando se queja y se queja mucho, no pensé que fuese más nena que Rubén, aunque con Rubén todo va bien, nos acercamos más y ahora pasamos mucho tiempo viendo caricaturas y comiendo en la cama. 

- Deja de quejarte, estas afuera ¿no? Y nadie nos vio salir de ningun lugar. Pensarán que seguimos en nuestras habitaciones. 

- Pero ¿no pudo ser por una puerta? Puede haber muerto. 

- Pero no moriste, así que deja de quejarte. Estamos sin ningun rasguño, di que te fue mejor que a mi cuando trate de hacer lo mismo la primera vez. - abre los ojos, - ¿qué? 

- ¿Ya habías intentado esto? - asiento - ¿con quién lo intentaste?

- Rubén. 

- Y ¿qué paso? - ruedo los ojos. 

- Caímos al suelo y me sangro mi mano, él solo cayó de espalda y recibió algunos raspones en su codo. - se queda callado y seguimos caminando una calle abajo de donde queda nuestra casa, no queremos ser demasiado vistos tampoco y la casa de él no queda tan lejos, creo que la de ninguno queda lejos, caminamos con el perro a nuestro lado, en realidad Fernando lo lleva en brazos. 

Y gente que pasa a lado de nosotros se nos queda mirando y dando una cara de repulción por traer a un perrito que no huele también y luce como sacado de una coladera. Pero, solo está sucio amigos, no es como si su perro no se ensuciara. 

Llegamos a la casa de Fernando, abrimos y varios de seguridad nos saludan. Nootros les sonreímos y pasamos directo a la casa. La casa del tío Jay no era demasiado grande, pero tampoco era pequeña. Más bien estaba como una casa normal, de dos piso, pero con un jardín muy bonito en donde solo podía caber la familia y alguno que otro amigo.  

Bajamos al perro y hacemos que conozca un poquito la casa para después pedirle a las personas que trabajaban aquí un poco de jabón que no sea de cualquiera que viviera aquí, si no uno nuevo. 

Si llegamos a utilizar el jabón de Lily, ella nos mataría. No mentire si digo que realmente le tengo miedo cuando se enoja. 

- Tú lo lavas, - le digo mientras me alejo de la bañera - debo de mantener esta sudadera limpia hasta que llegue el final del día.

- ¿En serio me estás pidiendo que lo lave solo? 

- Tu lo tomaste de la calle, tu te haces cargo, yo solo te ayude a pasar desapersivido de los demás, así que no me digas nada a mi. 

- Sabia que tu ayuda no podía ser tan fabulosa como pensaba. Esta bien, pero quitate de aquí. - me salgo del baño y me acuesto en su cama, la habitación original de Fernando es un poco apagada, no pense que realmente él tuviera estos gustos de niño adulto, no hay jugetes, no hay nada de lo que un niño de su edad o adolescente tuviera. Esta de un color blanco muy neutro, tiene varios cuadros de la familia colgados en una de las paredes, sus sabanas son blancas co negro y oh vaya, no tiene tantos posters, solo uno y es de ¨Los Rolling Stones¨ y otro es de alguna persona que juega fútbol. Tiene medallas de lo inteligente que es, y trofeos de cuando el jugaba al fútbol de niño, hasta uno que otro que ganó de la escuela. 

- ¡Nathalia! 

- ¡¿Qué?! 

- ¡Trae la toalla! - ruedo los ojos, me levanto de mi lugar tan cómodo y le llevo la toalla.

- Te quedo bien, se ve mejor y huele demasiado bien. Nadie podría creer que ese pequeño perro hubiese estado todo sucio y oliendo peor de lo que huele Sebas cuando suda. - ríe.

- Lo que dice Rubén es cierto. - levanto una ceja. 

- ¿Qué dice? - pregunto con curiosidad. 

- Dice que tu eres muy divertida y que siempre te burlas de Sebas o de Ramiro. Que nunca se aburre contigo porque tienes buenas frases. 

- Al menos no dice cosas malas. - salimos del baño y el perro vuelve a oler todo y a recorrer todo el cuarto de Fernando. Me dejo caer de nuevo en la cama y lo observo dar vueltas y vueltas. Me rió y el perrito me mira y ladea su cabeza, es demasiado tierno.

- ¿Deberíamos solo dejarlo aquí? ¿No será raro? .

- No lo creo, se acostumbrara. - digo tocando un poco al perrito.

Un amor de verdad. (2 Temporada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora