CAPÍTULO 4

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—¿Mamá?

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—¿Mamá?

—Mira quien llama primero. Si vas a pedir disculpas espero que traigas dinero —replicó su madre con descaro.

—Escucha sólo quiero preguntarte si notaste a alguien en tu pórtico ayer, alguien que estuviera espiando, cualquier cosa que llamara tu atención —interrumpió Jules, distante.

—¿Espiando? ¿A qué te refieres? ¿A la policía? Ah, no estás acostumbrada a los problemas con la policía, ¿no es así? Mira estirada, aquí las cosas son así.

—Ni siquiera eres consciente de que lidio con la ley cada maldito día de mi vida —interrumpió Jules, contenida en la ira y la frustración—. Escúchame, había alguien ayer esperándome fuera, ¿puedes solo intentar recordarlo?

—No sé de qué hablas, no había nadie cuando salí.

Cortó la llamada arrojando su celular al sofá con frustración. Aún sin descubrir de quién podía tratarse y temiendo que no pudiese resultar una extorsión sino de un sabotaje a su vida, se dejó caer entre los almohadones exhausta. Había estado atenta a las noticias, a las llamadas de Justin, había incluso comprado periódicos asegurándose de que las fotografías no llegasen a tal extremo; pero no podía relajarse al hallarse a salvo.

El encuentro con Kyle en su oficina, aquel fogoso beso que la había doblegado a arrojarse a sus brazos con desesperación la tenía distraída. Sus manos inquietas habían revuelto su ropa acariciando su tersa piel erizándola, se había dejado manipular por su lengua seductora, arrastrándose bajo su opulencia exigiendo más.

Se tensó casi de inmediato al recordarse a sí misma en aquella posición, entregándose ante él sin resistencias sobre su escritorio. Sus besos pasionales, sus caricias insaciables y movimientos expertos la habían tentado a pecar sin oposición.

Aprisionó su labio inferior obligándose a calmarse y apartar sus pensamientos, colocando sus prioridades en orden. Kyle Kovak no formaba parte de la lista hasta que recordó su sonrisa arrogante nuevamente frente a ella.

Luego del incidente en su oficina, fácilmente podría manipularla para mantenerse en su vida. No podía pensar siquiera en la idea de ser extorsionada por polos opuestos; Justin acabaría por descubrirlo.

El corazón se apuñó en su pecho con deidad al recordarlo y tuvo que incorporarse del sofá para liberarse de su amargura. Había esperado apartarlo de su pasado tanto que podría creer que nunca había sucedido, hasta que los errores finalmente desaparecieran de sus pensamientos; pero había cosas que no podían controlarse, las cosas que habían sucedido eran una de ellas.

Se mantuvo dentro de su departamento el resto del día esperando el siguiente movimiento de su intimidador, aguardando la siguiente pista, una nota, una nueva entrega, algo que pudiese decirle cuál sería el siguiente paso en la historia. Aunque Justin no vivía con ella tenía la llave de su departamento y salir podría ser un error fatal si él regresaba.

El Sonido Del Caos ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora