Chris - CAPÍTULO 35.

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__ POV's

— ¿Estará perdido el pequeño? — Preguntó Zara.

— Está solito. — Vi atentamente al niño que comenzó a llorar.

Nos acercamos donde se encontraba él y le hablamos cálidamente.

— Hola — Sonrió Zara. — ¿Estás bien?

El pequeño solo lloraba y tapaba su cara con su pequeñas manos.

— No sé dónde está mi mami. — Dijo entrecortadamente por culpa de las lágrimas.

— No te preocupes, ya aparecerás. — Lo abracé y luego lo tomé en brazos.

— Es mejor que llamemos a la policía, la mamá debe estar muy preocupada. — Sugirió mi hermana.

— ¿Cómo te llamas? — Le pregunté.

— Christopher. — Volvió a limpiarse sus lágrimas.

— ¿Cuántos año tienes Cris?

— Tres. — Dijo mostrando sus deditos.

Escuchamos al niño hablar y a lo lejos vimos a Francisco y Grace caminando hacia nosotros.

— ¿Y este niño? — Habló Fran muy sorprendido.

— Está perdido. — Dijo Zara mientras tocaba la cabellera colorada de Christopher.

— Eres muy guapo pequeño, ¿en dónde perdiste a tu mamá? — Preguntó Grace.

— En el helado. — Dijo refiriéndose a la heladería.

— Iré con los chicos a ver si llega la mamá. — Dijo Grace.

— ¡Christopher! — Escuchamos a una chica gritar mientras corría hacia nosotros.

— Pensé que no te iba a encontrar nunca bebé. — Dijo llorando trágicamente.

Tal escena me partía el corazón. No sé si ella es su hermana o su mamá, ya que debe tener la misma edad que yo.

— Encontramos al pequeño Chris llorando en medio del parque. — Dijo Zara.

— Gracias, nunca les podré agradecer todo lo que hicieron por mi hijo. — Me dió un abrazo tan fuerte, que me llegó a doler la espalda.

— De nada. — Sonreí. — Pero debes tener más cuidado para la próxima. Hay muchas personas malas en este mundo. — Hablé.

— No soportaría que esto pasara de nuevo. — Limpió sus lágrimas mientras balanceaba entre sus brazos al pequeño. — Me costó mucho tenerlo y me ha costado mucho más criarlo. Él es mi todo.

— Te entiendo. — Dijo Grace comprensivamente. — No tengo hijos, pero en el fondo de mi corazón entiendo tu desesperación.

— De nuevo chicos, muchas gracias por cuidar de mi bebé. — Nos miró con alegría. — Por cierto, soy Margaret.

— Soy __, ellos son mis hermanos, Zara y Francisco — Apunté a los dos. — y ella es Grace, mi ex enfermera y nueva amiga. — reí.

— Mucho gustó chicos, son unos ángeles guardianes.

— Antes que nos vayamos, ¿puedes darme tu número de teléfono?— Hablé y vi a la chica sorprendida. — Quiero invitar a Chris y a tí a tomar un helado algún día. — Sonreí.

Definitivamente me había encariñado con el pequeño niño. Su mirada tan dulce y pura, me hacía sentir paz interior.

Minutos después, Margaret me entregó su teléfono y quedamos en juntarnos pronto.

Ya terminamos de consumir los helados y apresuradamente entramos al auto. Los chicos y yo estábamos cansados y solo queríamos dormir.

— Serás una buena mamá __. — Habló Grace mientras conducía.

— __ está muy pequeña para serlo aún. — Respondió mi hermano.

— Lo sé, pero en un futuro lejano, serás la mejor de las madres. — Vi a Grace guiñándome el ojo por el espejo delantero.

Nos despedimos de Grace y entramos al hotel, que sorpresivamente estaba rodeado de paparazzis.

— Genial, ahora nos botarán de aquí por desórdenes públicos. — Habló Zara con ironía.

— Que triste es la vida de los famosos. — Francisco se acomodó en el sofá.— __ no lo es y muchos paparazzis la persiguen, imagina cómo es la vida de Justin o alguien más famoso que él.

— Querido hermano, lamento informarte, pero Justin es el hombre más famoso del mundo. — Recalcó la rubia. — No seas ignorante.

— Te equivocas — Dijo Fran. — Michael Jackson es el más famoso.

— Pero ese está muerto. — Se burló Zara. — Ya se lo tienen que haber comido los gusanos.

Mientras mis hermanos peleaban, yo aproveché de darme un relajante baño de tina.

— ¡__! ¡Abre la puerta! — Gritaba Francisco.

Perezosamente abrí mis ojos y me vi completamente desnuda en la tina. Creo que el baño fue tan relajante, que me quedé dormida.

— ¡Estoy bien! — grité.

— ¡Abre la puerta! — gritó Zara muy nerviosa.

Para darle tranquilidad a mis hermanos decidí salir de la tina y resguardé mi cuerpo con una toalla blanca y abrí la puerta.

— Me quedé dormida en la bañera. — Encogí mis hombros.

— Estúpida hija de Satanás, ¡estamos hace veinte minutos gritándote desde la puerta!

— Llamé a la ambulancia hace diez minutos. — Dijo Francisco tomándose la cabeza con preocupación.

— Basta chicos, no pueden vivir al pendiente de mi. — Hablé. — Estoy viva, no me pasó nada.

Golpearon la puerta de entrada y Francisco fue a atender.

— Buenas tardes, soy el paramédico a cargo de la unidad de traslados hospitalarios. ¿Usted llamó?

Escuchamos a Francisco disculparse con el hombre y explicándole toda la situación. El chico muy tranquilamente comprendió y se marchó con todo el equipo, cosa que nos sorprendió.

Entré a mi habitación rentada y me cambié de ropa, pero seguía con la gran inquietud de no saber nada sobre Justin.

Mi teléfono comenzó a sonar y era un número desconocido. Rápidamente contesté.

— ¿Sí? — Dije en español.

— I Miss you pretty girl. — Dijo en inglés del otro lado.

— ¿Quién habla? — hablé en su idioma.

— El chico de Inglaterra que aún te ama.

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¡ALÉJATE DE NOSOTROS! [JB&TÚ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora