Let me love you - CAPÍTULO 46.

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__'s POV.

Zara se fue a la habitación y quedé junto a Justin en la sala.

Cuando él se acercó a mí pude notar que había bebido. Tenía el olor a alcohol impregnado por todo su cuerpo.

— ¿Puedo saber por qué estabas borracho? — Pregunté seriamente.

— Eres mi novia, no mi mamá. — Respondió con una sonrisa "ganadora". Odio tanto esa maldita sonrisa.

— No somos NOVIOS. — Enmarqué la última palabra. — ¿A qué viniste?

— Perdón __. Sé que soy explosivo cuando me enojo y muchas veces me comporto como un idiota, pero de verdad lamento hacerte sentir mal. — Tomó mis manos.

— Fuiste más que un idiota, Justin. Soy joven, mucho más que tú, y a mis diecisiete años no puedo soportar los berrinches de un hombre de veintitrés.

— Lo sé y te pido perdón, pero prometo no volver a reaccionar así. Trabajaré en eso.

— Desde que comenzó el verano he escuchado lo mismo Justin y sinceramente ya estoy cansada de todo esto.— Dije la verdad. — Quizás debemos dejar esto hasta aquí.

— No, no podemos __. Ya comenzamos una linda historia y no podemos terminarla así. — Habló con los ojos llenos de lágrimas.

— ¡Por eso mismo estoy cansada Justin! Todo en mi vida va mal. — Suspiré. — Tuve un gran accidente, no hablo con mis padres, mi ex me acosa con unas fotos sexuales y contigo solo tengo drama. — Me alejé de él y comencé a mirar la linda vista de la ventana.

— Hagamos algo. — Tomó mi mano y me acercó a él. — Yo sé que tú me quieres y en el fondo de tu corazón no quieres que esto se acabe. — Comenzó a acariciar mi cabeza suavemente. —  Yo te amo, eres la reina de mi castillo, eres la luz de mi oscuridad.

Miré a Justin asombrada por la cursilería que hace instantes salió de su boca y él reaccionó de inmediato.

— Lo sé, estoy consciente de lo que dije. — Siguió hablando. — Estas mierdas cursis ni existían en mi vocabulario hasta que llegaste tú. — Una sonrisa escapó de su boca y los hoyuelos de sus mejillas comenzaron a marcarse. — Hagamos el último intento y pasemos lo último que nos queda del verano juntos. — Comencé a dudar de todo lo que dijo Justin. ¿Y si no cambia? ¿Y si vuelve a lastimar mis sentimientos?

— Por favor __. — Justin se arrodilló y  comenzó a llorar en mis pies.

Nunca en mi vida había visto algo parecido a esto. Nunca ningún chico había hecho todo lo que Justin hizo por mí. Nunca nadie me había suplicado por otra oportunidad. Siempre fui yo la que sufría, siempre fui la que pedía perdón.

— Por favor, deja de llorar y levántate. — Lo tomé de los brazos e hice el intento de levantarlo, pero fallé. —
Justin, por favor, madura. — Dije muy enojada.

— __, no sé qué me hiciste, pero no me puedo controlar. — Se acomodó en el suelo. — Mis sentimientos son tan frágiles que me da miedo. Ya no me reconozco.

— Es porque has tomado.

— Me emborraché pensando que no me iba a doler tanto lo que siento por tí, pero creo que me equivoqué.

En el tiempo en que conozco a Justin, puedo decir que es un borracho tierno y muy sentimental.

— Creo que eso era todo lo que tenía que decir. Ahora me voy. — Trató de levantarse del suelo, pero se tambaleó y volvió a caer.

— Te preparé un café. — Dije y caminé hasta la cocina.

— Te dije que me iba a ir. No voy a soportar tu desprecio.

Comencé a reír. El tono de voz que usaba era muy gracioso.

— También te burlas de mí. No voy a soportar esa falta de respeto hacia mi persona. — Comenzó a gatear hacia la puerta.

— Cállate y gatea hacia la cocina. No dejaré que te vayas en ese estado. — Traté de aguantar la risa.

— Bien, pero no te burles más de un loco enamorado.

No le tomé importancia a sus relatos y lo encaminé hacia donde estaba yo.

Las horas comenzaban a pasar y Justin ya se encontraba listo para dormir en el gran sillón del living

— ¿Puedes taparme un poco más? — Dijo como un niño pequeño.

— No soy tu madre. — Dije haciéndole recordar lo que habíamos hablado horas antes.

— Eres mi mamacita.

— Ya duerme, mañana no querrás levantarte.

— ¿Puedes quedarte a dormir conmigo? — Preguntó.

— ¿Para qué?

— Me gusta escuchar los latidos de tu corazón cuando duermes.

Esas palabras me derritieron por completo.

Justin me miró con la esperanza de que me quedara y así fue.

Me acomodé cerca de su cuerpo y cerré los ojos.

Don't you give up, nah, nah, nah, I won't give up, nah, nah, nah. Let me love you... — Cantó a susurros cerca de mi oído de una manera tan armoniosa.

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¡ALÉJATE DE NOSOTROS! [JB&TÚ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora