"B" - CAPÍTULO 39.

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__'s POV.

Abrí los ojos y ya era de día. Vi a Justin durmiendo sin polera a mi lado y me levanté de la cama.

Me dolía un poco la cabeza, pero más me duelen las piernas.

Volví a observar a Justin detenidamente y analicé todo lo que estaba pasando. Era el segundo chico con el que había estado sexualmente.

— Sí no paras de mirarme de esa forma, tendremos que pagar otra noche en el hotel para seguir disfrutando. — Abrió los ojos y habló.

Mis mejillas comenzaron a enrojecer.

— Lamento lo de anoche. — Justin Me miró sin entender nada. — Digo, la actitud que tuve anoche no es como soy habitualmente.

— Eso creí, pero fue la mejor decisión pedirle al chef que cocinara comida afrodisíaca. — Se levantó de la cama y se puso un short. — ¿Te gustó la cena de anoche en la terraza? — Rió.

— ¡Fue tu culpa que me comportara más salvaje de lo habitual!

— No peleemos, es un lindo día para enojarnos. — Se acercó dónde mí y me abrazó. — Te ves muy linda con el maquillaje corrido. — Besó mi mejilla.

— Tengo hambre. — Dije sin prestarle atención.

— ¿Quieres que te cocine algo?

— Quiero huevos con tocino. — Hablé y entré al baño.

— ¿Quieres que te acompañe? Yo puedo enjabonarte. — Rió pícaramente.

— No, gracias. — Cerré la puerta del baño. — Estás castigado por la comida afrodisíaca que me diste ayer.

Me bañé tranquilamente y disfruté por unos minutos el agua caer por mi cuerpo.

Decidí salir de la tina y olvidé que mi ropa estaba sucia.

— Justin, ¿tienes alguna camiseta que me pueda poner? — Pregunté.

— Ponte la que llevé ayer. — Gritó desde la cocina. — Ya tengo listo el desalmuerzo.

Me puse la polera de Justin y le presté atención a mi teléfono. Tenía 21 llamadas perdidas de Zara y 6 de Francisco.

— Me acabo de dar cuenta que no le dije a mis hermanos que no llegaría a dormir al hotel. — Caminé hasta la cocina de la suite. — ¡Wow! Te vez muy guapo cocinando. ¿Puedo sacarte una foto?

— No tienes por qué preguntarme eso. Tú puedes hacer lo que quieras. — Besó cortamente mis labios.

— Te preguntó porque eres conocido por el "No Photos". — Hice una colilla imaginaria con mis dedos.

— No es lo mismo. — Comenzó a reír. — Tú eres especial. No me molesta nada que tú hagas. — Se volvió a acercar a mí y besó mi frente.

Justin siguió echándole mermelada a su tostada y le tomé la fotografía.

Justin siguió echándole mermelada a su tostada y le tomé la fotografía

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La tarde pasó muy entretenida. Comimos mucho y vimos muchas películas. Fue todo muy tranquilo y romántico.

Seguíamos recostados en el sillón viendo un capítulo de Riverdale y mi IPhone comenzó a sonar.

— Justin, ¿puedes pasarme mi teléfono por favor? — Le dije, ya que estaba el aparato cerca de él.

— Te está llamando "B". — Dijo y me entregó el celular. — ¿Quién es B?

Broocklyn es quien llama y yo inteligentemente lo agendé como "B".

— Es Barbara. — Mentí. — Una amiga que hice en el hospital.

Tomé el teléfono y contesté, sin antes pararme e ir hasta la terraza de la suite.

— ¿Qué Quieres? — Respondí al estar alejada de Justin.

— Recuerda que hoy nos vemos a las seis en el mall. — Habló desde quién sabe dónde.

— Lo sé idiota, pero no me llames más porque estoy ocupada. — Dije enojada.

— Sé que estás en ese hotel con Justin. — Habló. — Todo el mundo lo sabe porque los paparazzis los persiguieron hasta ahí.

— Eso no te debe importar Broocklyn.

— ¿Tan luego te entregaste a él?

— Eso no es asunto tuyo. — Suspiré. — No llames ni me molestes más, o si no, no iré. — Colgué.

— ¿Todo bien? — Sentí a Justin caminar hasta la terraza.

— Sí, pero debo irme. — Lo abracé. — Tengo que informarles a mis hermanos que estoy bien y Zara no contesta mis llamados. — Volví a mentir.

— Me cambio de ropa y te llevo.

— De acuerdo, pero debes salir tú primero. — Hablé. — Barbara me llamó y me dijo qué hay paparazzis siguiéndonos a todas partes.

— Tienes razón, saldré primero, te espero en diez minutos en el auto por la parte trasera del estacionamiento. — Besó mis labios. — Te quiero mucho.

— También yo. — Me desprendí de sus labios y comencé a alistarme para salir. — Justin, ¿cómo pagaremos el hotel? — Pregunté.

— No te preocupes, hice una transferencia electrónica. — Rió. — Te veo abajo. — Dijo y salió caminando por la puerta.

Pasaron los diez minutos y bajé por el ascensor sigilosamente. En este país no soy famosa, ni en el mío tampoco, pero los paparazzis están pendientes de lo que hace Justin, y en este caso, yo estoy semi desnuda, sin bragas ni sostén con una polera tres tallas más grandes de Justin. ¿Llamativo para la farándula? ¿No?

Las puertas se abrieron y dejaron ver la recepción. Seguí las indicaciones de los carteles de "Salida de emergencia" y "estacionamiento" y logré visualizar el auto de Justin. Todo estaba en calma, hasta que de un momento a otro siento flashes en mi cara.

Caminé lo más rápido que pude hasta el auto de Justin y partimos rumbo al hotel donde me hospedo con los chicos.

— ¿Siempre es lo mismo? — Pregunté.

— ¿Qué cosa? — Le bajó volumen a las radio.

— ¿Siempre eres perseguido por paparazzis?

— Sí, pero esta es la vida que elegí. Ya no puedo volver atrás.

— Lo lamento mucho Justin.

— Sí no hubiese tenido esta vida, nunca te hubiese conocido, así que no lo lamentes mucho. — Tocó mi pierna suavemente.

— ¿Deseas subir? — Pregunté cuando llegamos al hotel.

— Me encantaría, pero iré a ver a Pattie. — Sonrió.

— De acuerdo, dale mis saludos. Te quiero. — Besé sus labios.

— También te quiero, y gracias por lo de anoche. No lo podré olvidar nunca. — Guiñó el ojo y partió en su auto.

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¡ALÉJATE DE NOSOTROS! [JB&TÚ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora