Cita no cita - CAPÍTULO 37.

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__ POV's.

Llegamos un gran edificio, entramos llamando un poco la atención de los residentes, ya que no todos los días ves a Justin Bieber de la mano con una chica en el lobby de un edificio.

Traté de apartar las miradas de las personas y comencé a tapar mi cara. Justin observó mi acción y me regaló una bella sonrisa.

— No me molestaría que inventen rumores sobre nosotros. — Miró mis ojos. — Por cierto, me gusta tu chaqueta. — Guiñó el ojo izquierdo.

— Gracias, la escogió Zara. — Sonreí al recordar la pelea de mis hermanos.

Subimos el ascensor que estaba desocupado y Justin marcó el piso 25.

— ¿Qué tramas Bieber? — Pregunté.

— Nada. — Arrugó la nariz. — ¿No puedo traer a una linda chica hasta el piso más alto de un edificio?

No contesté, porque el ascensor abrió las puertas y dejó en vista una gran azotea llena de luces con una mesa en medio con dos sillas.

Todo parecía una foto sacada de Tumblr.

— ¿Qué es esto Justin? — Sonreí al ver todo tan maravilloso

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— ¿Qué es esto Justin? — Sonreí al ver todo tan maravilloso.

— Es una cena para que comencemos desde cero. — Me agarró de la mano y me llevó hasta una de las sillas. — Como nuestra primera "cita no cita" — hizo comillas imaginarias con sus dedos. — fue un desastre y terminamos enrabiados, quise que tuviéramos una cita real, con el fin que podamos conocernos mejor.

— Te lo agradezco, pero con una invitación a comer pizza, hubiese sido suficiente para mí. — Miré sus ojos mieles.

— Por tí contrataría hasta a la reina de Inglaterra para que te preparara una taza de té. — Rió.

Su risa otra vez resonaba en mis oídos. Era suave, sonora y me entregaba mucha paz.

— Es loco todo esto, ¿no? — Dije analizando cada detalle de su cara. — Digo, te odiaba y ahora me gustas, y... — No terminé de hablar y me quedé en silencio. Como siempre cagué el magnífico momento y me sinceré ante Justin.

— Tú también me gustas, y demasiado. — Volvió a tomar mi mano. — No sabes cuanto.

— No quise decir eso. — Vi que su expresión facial cambió. La seguí cagando. — ¡Tampoco quise decir eso! ¡Ahhh! No puedo creer que siempre cague todo. — Dije en voz alta y tapé mi rostros con la servilleta de tela que había en la mesa. — Soy una tonta.

— ¡Hey! Tranquila. — Miró fijamente mi cara. — Sí te sirve de consuelo, eres la tonta más linda de la ciudad.

— Eres un gran chico Justin. Lamento todas las veces que fui una idiota contigo. — Me disculpé.

— Lamento haber sido un acosador. — Sonrió.

Pasamos un largo rato cenando y hablando de muchas cosas.

— ¿Qué haces cuando estás aburrido? — Pregunté mientras tomaba un pedazo del postre.

— Me he dado cuenta que en estos cuarenta minutos que hemos estado cenando, no hemos hablado ni de mi carrera ni de fama. — Bebió de su copa de vino. — Y por cierto, me gusta jugar algún deporte o jugar en el Nintendo.

— Si quieres hablar sobre eso, puedes hacerlo. — Levanté los hombros en expresión de "me da igual".

— ¡No! Es la primera vez que una chica no me bombardea con preguntas sobre dinero o fama. No puedo arruinar esta oportunidad. — Rió y acomodó su cabello.

— De todas formas, no me gusta la fama. — Saqué mi lengua en forma de burla.

— Creo que estoy loco, porque no puedo entender como te volviste tan especial para mí en tan poco tiempo.

— Es gracioso que en solo unas semanas hayamos vivido tantas cosas juntos. — Reí y bebí de mi copa.

— ¿Crees que esto puede ser para siempre? — Divisé la mirada del rubio que estaba fija en la mía.

— ¿De qué hablas?

— Tú sabes. — Carraspeó su garganta. —  ¿Crees que juntos tengamos alguna oportunidad? — Preguntó nerviosamente.

— Sinceramente. — Observé sus bellos ojos. — No me importa si mañana nos odiamos o si dejamos de hablar. Lo que me importa en este momento eres tú Justin. — Sonreí. — Viviré cada momento que pasamos juntos como si fuera el último, porque sé que cuando esté sueño acabe, volveré a mi verdadera casa con mucha tristeza, pero igualmente estaré feliz de haberte conocido y de haber vivido todo lo que pasamos. — Limpié las lágrimas que comenzaron a correr por mis mejillas.

— Sh... — Me hizo callar suavemente. —  No quiero pensar en la despedida cuando nuestra historia recién comienza. — Me tomó de la mano y me levanté de la silla. Me llevó hasta el balcón a ver la maravillosa vista de la ciudad de Miami. — No sé que tienes, pero siento que te amo.

— No puedes amar a cualquier persona tan rápido. — Susurré cerca de sus labios.

— Tú no eres cualquier persona. — Dicho esto, Justin se acercó a mis labios y los besó tan desenfrenadamente que sentía que se iba  acabar el mundo.

Me tomó por la espalda y bajó sus labios hasta mi cuello, y de esa forma comencé a gemir sin darme cuenta.

— Necesito hacerte mía __. — Susurró seximente.

— Aquí no, por favor. — Rogué mientras tenía ganas que no parara. — Hay cámaras de seguridad.

— Tienes razón. — Siguió besándome. — El guardia debe estar masturbándose.

Su comentario arruinó todo el momento de lujuria, pero creó un ambiente de risa.

— Vamos al auto, necesito que recorras todo esto. — Dije tocándome juguetona mente los senos y el culo.

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¡ALÉJATE DE NOSOTROS! [JB&TÚ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora