Cursi - CAPÍTULO 36.

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__ POV's

— No entiendo nada. — Suspiré.

— Sabes muy bien quién te habla nena.

— ¿Brooklyn?

— Aún te acuerdas de mi nombre, me alegro por eso. — Dijo el chico.

— ¿Qué quieres? ¿Para qué me llamas? — hablé enojada.

— Mañana llegó a Miami y supe que estás ahí. Quiero verte.

— Nosotros terminamos hace meses, no deberíamos vernos. — Volví a hablar.

— ¿Y eso qué importa? — Se escuchó su estúpida risa. — Mi madre te ha enviado un regalo y quiero dártelo personalmente.

— Puedes enviármelo al hotel. — Gruñí.

— ¿Tienes miedo de enamorarte de nuevo? — Volvió a reír.

— No seas estúpido. Nos vemos mañana en Brickell City Center a las seis de la tarde. — Corté la llamada.

— __ — entró Zara en la habitación. — Justin vino a verte. — Dijo emocionada.

— ¿Justin está aquí? — pregunté muy sorprendida.

— Sí estúpida, no estoy bromeando. — Puso sus ojos en blanco.

— Dile que ya voy. — Dije de forma seria al recordar la foto de él y la chica desconocida de "compras".

Me miré en el gran espejo de la habitación y sonreí. Muchos obstáculos pasaron en tan poco tiempo para estar con Justin y esta oportunidad no la voy a desaprovechar.

Caminé hasta el living de la suite y vi a Zara acosando textualmente a Justin. La situación era muy graciosa para mí y muy incómoda para Justin. Lo pude notar en su cara.

— Ya llegué, puedes irte Zarita. — Dije en español.

— No te lo mereces. — Reí y sacó su lengua como niña pequeña y se marchó.

— Pensé que nunca llegarías. — El rubio se paró del sofá y me dió un cálido abrazo. — Zara me da miedo. — Rió.

— Yo pensé que nunca más nos volveríamos a ver. — Vi su mirada de confusión. — Te llamé muchas veces, al salir del hospital supe que fuiste con una chica de compras. — Hablé seriamente. — De seguro estabas muy ocupado con ella para contestar la llamada.

— ¿Esto es real? — Abrió extremadamente sus ojos. — ¿Estás celosa? — Se rió.

Odio que se rían de mí, pero ¡maldición!, su risa es tan dulce que se desaparece por completo el enojo de mi cuerpo.

Me quedé en silencio. Quería analizar la situación, pero me sentía frustrada.

— Desde que me mostraron una de tus fotos, solo tengo ojos para tí. — Dijo acercándose peligrosamente. — Eres la chica que más me importa en este momento.

Mi subconsciente decía "eso no lo pensó cuando se cogió a la mesera", pero mi corazón mandaba todo al carajo.

Con solo una mirada, el chico canadiense me imnotizó y comenzamos a besarnos. Todo iba bien hasta que volví a recordar las fotos del centro comercial donde aparecía la chica y él.

Me separé rápidamente y tomé aire. Justin tenía ganas de seguir, lo noté en su cara.

— Así que... — Suspiré. — ¿Me dirás quién era la chica de la foto? — Pregunté.

— Eso tiene una gran explicación, y te puedo dar todos los detalles en dos horas más. — Miró su teléfono. — Por mientras, deberías tomar un abrigo, porque tengo una sorpresa para tí y necesito secuestrarte por unas horas.

— Estoy en pijama, tengo que cambiarme, Justin. — Reí al mostrarle mi atuendo para dormir.

— Te ves linda con todo lo que llevas puesto, pero si gustas, puedes cambiarte. — Besó mis labios.

— De acuerdo, trataré de no tardar. — Le correspondí el beso.

— Tarda lo que quieras. Esperaría toda una vida por tí. — Sonrió.

Me puse a reír de los nervios. No sé si el chico me está gastando una broma o le dió por ser cursi. En las últimas semanas he conocido distintos tipos de personalidades de Justin. Conocí la feliz, triste, la furiosa, borracho y charlatán, pero la cursi era toda una nueva aventura.

Corrí a mi habitación y vi a mi hermana discutir con Francisco y aproveché de esconderme detrás de la puerta.

— __ tiene que ponerse la la chaqueta de polar azul. — Dijo Francisco muy convencido. — Puede hacer frío.

— No seas bobo. — Zara frunció el ceño. — En Miami no hace frío, ¡menos en verano! — __ tiene que ir con este top y la chaqueta de cuero. Es algo informal, pero a la vez fashion, ¿comprendes?

— ¿Qué hacen? — Salí de mi escondite.

— Nada. — Dijeron al unísono.

— ¿Por qué abrieron mis maletas?

— ¿Qué te importa? — Dijo Fran como Niño pequeño.

Con Zara lo miramos asombradas por su respuesta y comenzamos a llorar de la risa.

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¡ALÉJATE DE NOSOTROS! [JB&TÚ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora