Capitulo 35

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¿No sé si les ha pasado alguna vez? Que los momentos más hermosos de sus vidas pasan de manera extremadamente rápida, que sientes que son más veloz que la luz, sientes que pasan por tus manos como si se tratara de agua... algo así me sucedía a mí... Desde que Yesung y yo habíamos empezado nuestra historia de amor, las horas parecían durar minutos, los minutos segundos y los segundos directamente no existían, el tiempo junto a él era lo más preciado que podía tener. Había pasado tan solo un mes desde que él y yo estábamos juntos pero parecía ser solo unos días, hace 30 días que él y yo no pasábamos un día sin vernos, estaba pasando la etapa más feliz de mi vida, deseaba que esto no terminara nunca.

Por motivos económicos tuve que dejar el hotel, ya que el dinero que había traído se estaba terminando, por suerte Yoona me ofreció quedarme en su casa, prácticamente vivíamos solo las dos, su padre era un hombre muy ocupada y casi vivía más en el exterior que en Corea. Dormíamos las dos en su habitación, puso una cama junto a la suya para mí, nuestras noches solían ser muy largas, cuando ella volvía de trabajar dábamos rienda a una chara interminable hasta altas horas de la madrugada.

Hace tiempo que había empezado con la búsqueda de un trabajo, pero era algo tan difícil como encontrar una aguja en un pajar, había muchos restaurantes, pero obviamente todos eran coreanos y al ver que yo era extranjera sin duda me decían que luego me llamarían, pero eran solo excusas para no rechazarme de entrada, volvía todos los días a casa de Yoona muy desanimada a causa de aquello, puesto que el dinero ya comenzaba a hacerme falta. Una vez a la semana trabajaba de niñera, cuidaba a un niño que vivía en el mismo vecindario de Yoona, era un niño de 7 años al cual tenía que cuidar y llevar a la escuela. Por ser solo un dia la paga era muy poca, solo servía para aportar a la casa de Yoona ya que ella me estaba dando hospedaje, ella se rehusó a recibir dinero de parte mía, decía que no era necesario. Me sentía fatal de no poder agradecerle de ninguna manera, ella hacia mucho por mí, era como una hermana.

Las cenas y almuerzos a la casa de Yesung habían aumentado, por lo menos una o dos veces a la semana el me llevaba a su casa, su madre aun me trataba algo distante pero con mucho respeto y no volvió a nombrar a Jiyeon, eso fue suficiente para sentir que ya la amaba, como lo había dicho desde un principio no me importaba como pero yo lograría que su madre me quisiera a como dé lugar. La relación con su padre era otra historia, él era un poco más amable, pero eso sí, muy serio y reservado, cada vez que miraba a sus padres sentía nostalgia de los míos, ellos eran un matrimonio feliz, a pesar de los años que llevaban casados, los miraba y pensaba en Yesung y en mí, deseaba tanto poder llegar a esa edad y estar junto a el así de unidos.

Mis padres estaban algo enfadados conmigo, no les gustaba para nada la idea de no haber vuelto ya hace tres semanas que fue cuando caduco mi pasaje de vuelta, les dije a cerca de Yesung.

— No me importa si conociste a alguien (TN) _____—grito mi madre eufórica—tu dijiste algo ¿y ahora resulta que te quedaras ahí? Jamás debimos dejarte viajar...—continuo ella con sus reclamos—

— Ya tengo 21 años mama...—dije entre dientes—y ya te dije que no voy a volver... me quedare con mi novio...—dije decidía, pero para mi madre esto solo parecían las palabras de una adolescente que estaba viviendo un amor de verano—

— No me importa si estás de novia... ¿Cómo pudiste hacerte algo así?

— ¿De qué estás hablando? No te entiendo...—me senté en la cama para escuchar sus reclamos que ya me estaban cansando—

— Dejaste el puesto con el cual soñaste toda tu vida ¿y todo por qué? Por nada... estas en un país extranjero y sabrá dios donde estás viviendo... ¡que decepción (TN) _____!—me reprocho haciendo que me sintiera fatal—

Una vez nos amamosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora