El dia de hoy había venido muchísima gente al restaurante donde trabajada, estuve moviéndome de aquí para allá. Cuando por fin hubo terminado la jornada laboral del día de hoy tome mis cosas para poder retirarme.
— (TN) _____ no llegues tarde mañana...—me dijo el jefe de cocina—
— Sr. Han perdón por lo de hoy en la mañana es que desperté algo tarde y tenía que prepararle el almuerzo para mi esposo y.... —las carcajadas de Key interrumpieron nuestra charla—
— ¿Aun cocinas para tu esposo (TN) _____?—continuaba riendo— ¿después de aquel día que confundiste la pimienta con el clavo de olor?
Aquel día había sido espantoso, intente hacer unos panecillos con clavo de olor y lo confundí con la pimiento, el pobre de mi esposo tuvo que tomar como cuatro vasos de agua después de eso, pero él no se enfadó conmigo ese día, es más casi nunca lo hacía. El entendía que yo no era de Corea y que aún me costaba acostumbrarme a ciertas cosas.
— ¡Que gracioso Key!—dije de mal humor—
— ¡Oye! no es mi culpa... no debiste habérmelo contado.... Me habría gustado ver la cara de tu esposo...—y continuo riendo—
— Vaya con cuidado Señora Kim... hasta mañana—el señor Han se despidió de mí y volvió a su trabajo—
— Adiós señor...
Me gustaba tanto cuando alguien me llamaba por el apellido de mi esposo, era algo tan agradable. Hacia 6 meses que estaba casada y en total 12 meses que vivía en Corea. Después de casarme comencé a trabajar en un restaurante donde la comida era de mi país. Había venido a Corea después de muchos meses de ahorros y sacrificios y termine encontrando a el amor de mi vida aquí y me case con él. Era realmente feliz aquí junto a él, aunque en estos días habíamos tenido pequeñas discusiones por algunas cosas sin importancia, como los tiene cualquier matrimonio.
FLASHBACK
—(TN) _____ se me hace tarde ¿dónde está mi almuerzo?
— ¿Tu almuerzo? Creí que hoy entrabas más tarde... te lo preparo enseguida...—corrí hacia la cocina—
— Te deje mi horario pegado en la puerta de la heladera—respondió algo molesto—
— Lo se... es que aún me cuesta entender el alfabeto hangul...—respondí avergonzada—
— ¿Y por qué no me lo dijiste? ¡Demonios! Voy a llegar tarde...—continuaba quejándose—
Lo más rápido que pude le prepare un poco de arroz acompañado de rollos de huevo con jamón que era algo rápido y sabía que a él le gustaba. Había aprendido ese platillo a través de internet.
— Listo... espero que te gus...—me interrumpió quitándome el taper donde había puesto su comida—
— ¿Y la botella de agua mineral?
— Olvide comprar agua mineral solo hay soda...—dije mordiendo mis labios—te traeré una botella...
— Lo único que te pedí fue que compraras agua mineral y lo olvidaste... ¿sabes qué? Déjalo...—respondió de mala gana—lo comprare afuera, de todas formas ya llego tarde...—salió enojado sin despedirse, me quede allí sintiéndome una inútil—
FIN FLASHBACK
Legue a casa y me dispuse a preparar un plato especial para él y así poder remendar lo que había hecho mal en la mañana. Haría una entrada dulce y luego un plato típico de mi país. Me gustaba mucho sorprenderlo, después de varias horas escuche la puerta abrirse.
— (TN) _____ ya llegue.... —escuche la voz de Yesung y corrí hacia el—
— ¡Mi amor llegaste!—me lance a sus brazos besando sus dulces labios—
— Si...—me abrazo por la cintura y me beso, camino hasta el sillón conmigo para dejar su maletín en el sillón—(TN) ____ siento lo de hoy en la mañana...—dijo en tono de disculpa—
— ¡Oh! mi amor no te preocupes, fui yo la que cometió un error... te prometo que esta vez escribiré yo misma tu horario así logro entenderlo...
— Ok... pero de verdad lo siento... nunca más te hablare así...—volví a besarlo para que supiera que ya todo había quedado olvidado—Mmm.. ¿Qué es ese olor?—pregunto arrugando la nariz—
— Prepare algo especial para ti...—comente muy ansiosa—siéntate en la mesa ahora vuelvo—me fui hasta la cocina para traer la comida—
— Ok...
Prepare todo en una bandeja y lo lleve hasta la mesa. Yesug ya estaba sentado esperando ansioso.
— ¡Ta-tan!—el observo la bandeja y se quedó sin habla— ¿Qué te parece?
— ¡Wow!... ¿Qué es?—pregunto levanto la miranda—
— Son cupcakes... son mis favoritos, espero que te gusten—comente mostrando una gran sonrisa y ansiosa de que el probara eso tan especial que había hecho para el—
— ¿Son... son dulces?—pregunto haciendo una muesca, yo asentí— ¡valla! No me gusta mucho las cosas dulces...
— ¡Oh! ¿Enserio?—dije sintiéndome una tonta, así me sentía cuando descubría algo de él que hasta ahora no sabía—
— Si...—agacho su mirada—
— Esta bien... creo que mejor pasaremos al plato principal—quise retirar la bandeja, pero él me lo impidió—
— Pero hare una excepción por ti...—asintió sonriendo, lo mire sorprendida. El tomo uno de los cupcakes y dio un mordisco— ¡wow! Saben bien—dijo sonriendo y saboreándolo en su boca— ¿qué es lo que tienen?
— Llevan nueces procesadas y....
— ¡¿Que?!—Me interrumpió alarmado—soy, soy alérgico a las nueces...—dejo el cupcake y corrió hasta el baño...
Me quede allí en la mesa sin todavía caer en la cuenta de la estupidez que acababa de hacer y en mi mente solo sonaba la risa de burla de Key... pase mis manos por mi rostro tomando una gran bocanada de aire y fui hasta el baño. La puerta estaba cerrada y escuchaba que el tocia
— Amor ¿estás bien?—pregunte avergonzada—
— Si... no te preocupes ya salgo...—continuaba tosiendo—
Me quede allí apoyada en la puerta esperando por él. Hasta que recordé la comida que había dejado en el horno ¡demonios! Corrí hasta la cocina abrí la puerta del horno pero ya fue demasiado tarde, todo estaba completamente quemado ¿Qué más podía pasarme? Cerré la puerta del horno fastidiada y tratando de sacar el olor a humo de la cocina abriendo la ventana para ventilar un poco.
— (TN) _____... ¿Qué es ese olor?—Yesung se asomó por la cocina sorprendido por la gran nube de humo— ¿Qué paso?
— Nada... solo se quemó la comida...—dije de mala gana—
—¡Delicioso!—resoplo Yesung ya a punto de terminar su tazón de ramen para luego seguro abrir otro—¿no vas a comer?
— Ya comí...—solo había probado dos cucharadas de mi comida—
Yesung había llenada nuestra heladera de tazones de ramen instantáneo, a decir verdad eso había salvado mi matrimonio en varias ocasiones. Me levante de la mesa dejando mi comida a medias en la pileta.
— Me voy a la cama...—el no contesto solo se limitó a mirarme. Entre a nuestro dormitorio y acosté en la cama de costado mirando hacia la pared—
¿En que estaba fallando? En mi país era fantástica cocinando ¿Por qué aquí no podía serlo? Siempre algo malo pasaba y terminaba seguro desilusionando a la persona que más quería... Pasado unos minutos sentí la presencia de alguien que se acostaba a mi lado, el paso su mano por mi cintura apegándome a su cuerpo.
— ¿Qué sucede? ¿Por qué estas así?—susurro cerca de mi oído—
— Nada...—tome sus manos que me envolvían para apretarlas más junto a mí—
— (TN) _____ te conozco.... ¡vamos! Dime que te pasa...—me di la vuelta quedando de frente a el—
— ¿Por qué siempre lo hecho todo a perder?—acaricie su mejilla tristemente—
— No echas nada a perder....—acaricio mi cabello—
— Creo que desde que nos casamos que no dejaste de comer ramen... ya debes estar cansado de eso... creo que ya odio el ramen...—musite entrecerrando mis ojos—
— Pues a mí me gusta el ramen... no podría cansarme de eso...
— Soy un desastre ¿verdad?—pregunte cerrando mis ojos—
— Claro que no... (TN) _____
— No mientas... si sigo así vas a morirte de hambre...
— Puedo acostumbrarme a tu comida...—comento riendo—aunque confundas la sal y el azúcar...
— ¿Enserio?—los dos empezamos a reír—
— (TN) _____ entiendo perfectamente tu situación, aun eres nueva aquí... a veces me siento culpable de que sientes que las cosas no te salen como quieres y eso en parte es mi culpa...
— No digas eso...—lo abrace con fuerza escondiendo mi rostro en su pecho, no me gustaba nada que hablara así, en parte eso me asustaba—tú no tienes a culpa que yo sea un desastre....
— Yo te obligue a vivir aquí...—también me abrazo con fuerza—ese día cuando te hice prometer que...
—Shhh.... No digas eso... tu no me obligaste a nada... yo quise quedarme aquí por ti y porque me gusta estar aquí...
— Aun así siento que te obligue a quedarte en Corea, se supone que solo eran unas vacaciones... y...
— Las mejores vacaciones de mi vida, que pase junto a ti... enserio me gusta estar aquí...
— ¿No me mientes?—negué con mi cabeza acercándome a su boca para luego besarlo—
— Siempre y cuando este contigo lo demás es lo de menos...—el volvió a besarme y luego me miro—
— Si tu hiciste este sacrificio por mi... ¿cómo crees que te reclamaría algo?
—Te amo Yesung... y quiero estar siempre así contigo...
— Entonces prométeme una cosa...—tomo una de mis manos y entrelazo sus dedos con los míos—
— Lo que quieras....
— Sé que esto suena egoísta pero... perdonadme no puedo evitarlo...—antes de decirlo ya se veía algo triste como si se sintiera culpable— Promete que no vas a dejarme nunca... a pesar de las diferencias que tengamos...—cuando él hablaba en ese tono me asustaba, era como si el desconfiara de mi o tal vez eran tan solo ideas mías—
— Lo prometo...
Él se quedó varios minutos mirándome, luego sonrió y se posó sobre mí para besarme de esa manera que me dejaba sin aliento, después de eso comenzó a hacerme cosquillas... haciéndome reír.
— ¡No! Yesung... ¡para!—él se reía junto a mí—
— Me gusta tanto verte reír...—el dejo de hacerme cosquillas y me miro sonriendo como si estuviera hipnotizado—
— ¿Pasa algo?—dije sonrojándome. Era algo extraño pero a pesar del tiempo que había pasado desde que lo conocía, aún no lograba acostumbrarme a esa mirada suya tan intensa que me ponía nerviosa—
— Nada... sol que verte sonreír así... veo la felicidad en tus ojos... me recuerda a esa foto de perfil que vi aquella vez en tu cuenta, cuando comenzamos a hablar por internet...
— ¿Aun recuerdas eso?—me sentía halagada de saber que él se acordaba de eso que había pasado hace mucho mas de un año—
— ¡Claro! lo recuerdo todo... en esa foto te veías realmente feliz...
— Pues ahora soy mucho más feliz que aquel día...
— ¿De verdad?—yo asentí pasando mis manos a la camisa de su cuello para acomodarla bien—entonces demuéstramelo...
— ¿Cómo quieres que te lo demuestre?—pase una de mis manos a su cuello y con la otra acaricie su rostro—
— De esta manera—él estaba sobre mí, así que tomo una de mis piernas y la elevo hasta su cintura—déjame hacerte mía como lo hice aquella primera vez...Ina Kim ♥
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Una vez nos amamos
RomanceUna vez me amaste Una vez fuiste mio Una vez existió un "nosotros" Hoy... todo aquello quedo en el pasado... Tu mente me recuerda perfectamente... Pero tu corazón no.