Capitulo 73

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— ¿Qué demonios es esto? Yo nunca te envié estos papeles.

— Deja de tomarme el pelo—dije molesta— ¿Quién más pudo haber sido? Estoy segura que lo enviaste porque estas con Jiyeon. No sé porque ahora pretendes que yo o el bebé te importamos.

— Aunque no lo creas es así. Tú y él bebe me importan, son mi familia.

— Nunca quisiste un bebe ¿porque ahora ibas a quererlo?—se quedó en silencio, él sabía que yo tenía razón— ¿acaso ya lo olvidaste?

— Eso sucedió en otro momento, ahora es diferente—expreso entre dientes—es mi hijo y quiero estar a su lado... y a tu lado también—negué sacudiendo mi cabeza—

— No te necesitó a mi lado—dije. Mi voz había sonado temblorosa—no quiero junto a mí a un hombre confundido, que no sabe a quién quiere. Tú estás enamorado de Jiyeon—levante mi voz como si estuviera haciéndole un reclamo—aun no has podido olvidarla.

— Si te refieres a aquel beso...—se apresuró a decir—

— No quiero saber—grite poniéndome de pie comenzando a caminar de un lado para otro—no necesito saber, ni escuchar sobre su historia de amor—

— (TN) _____.

— Quiero que te vayas—dije rompiendo a llorar, había intentado controlarme pero ya todo se había ido al demonio—no te necesito conmigo, estaba perfectamente sin ti ¿Por qué viniste? Solo estas perturbando mi vida...

— No me iré sin antes arreglar nuestros asuntos.

— ¿Qué asuntos? No sé de qué estás hablando. Hace tiempo que todo termino entre tú y yo. Solo viniste hasta aquí para acabar con la poca paciencia que me queda.

— No hagas esto—pidió intentando controlar el volumen de su voz, sabía que tenía ganas de gritar, había llegado a conocerlo tan bien—te estoy pidiendo una oportunidad, solo eso te pido.

— Vuelve a Corea—le di la espalda, si no lo habría hecho no habría podido seguir adelante—no debiste venir, viajar hasta aquí fue completamente en vano. Te enviare los papeles en cuanto los firme...

— Entonces...—no podía verlo pero su voz sonaba tan dolida y triste, que por un momento sentí la necesidad de voltear a verlo—no quieres intentarlo... ¿Ni siquiera por él bebe?—no dije nada, llore en silencio esperado que tomara aquello como una respuesta a su pegunta—solo me iré porque no quiero que te alteres aún más, eso no le hará bien a nuestro hijo, solo por eso me iré... pero volveré...

— No vuelvas—dije antes de que se marchara—si no quieres perder tu tiempo, entonces ya no vuelvas.

Yesung hizo lo que tanto le había pedido, no volvió por casa y tampoco me llamo, en los próximos dos días simplemente desapareció. Ahora comprendía que había hecho muy bien en no creer en ninguna de sus palabras y mucho menos ilusionarme por algo así.

Cuando salí de la ducha mi teléfono, llevaba sonando hace un buen rato, quien quiera que sea había estado insistiendo desde hace varios minutos.

— ¿Si?

— Soy Yesung.

Antes que preguntara ¿Qué quería? O ¿Por qué me estaba llamando? Él se adelantó.

— Acabo de llegar a Corea...

Y así sin más me comunicaba que había vuelto a casa. En el tono de su voz no parecía haber culpa, ni preocupación.

— ¿Llamaste solo para decirme eso?—pregunte desinteresada—

— Dijiste que ya no había nada de qué hablar, que lo único que querías era el divorcio ¿no es así?

Una vez nos amamosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora