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— ¿Qué demonios es esto? Yo nunca te envié estos papeles.— Deja de tomarme el pelo—dije molesta— ¿Quién más pudo haber sido? Estoy segura que lo enviaste porque estas con Jiyeon. No sé porque ahora pretendes que yo o el bebé te importamos.
— Aunque no lo creas es así. Tú y él bebe me importan, son mi familia.
— Nunca quisiste un bebe ¿porque ahora ibas a quererlo?—se quedó en silencio, él sabía que yo tenía razón— ¿acaso ya lo olvidaste?
— Eso sucedió en otro momento, ahora es diferente—expreso entre dientes—es mi hijo y quiero estar a su lado... y a tu lado también—negué sacudiendo mi cabeza—
— No te necesitó a mi lado—dije. Mi voz había sonado temblorosa—no quiero junto a mí a un hombre confundido, que no sabe a quién quiere. Tú estás enamorado de Jiyeon—levante mi voz como si estuviera haciéndole un reclamo—aun no has podido olvidarla.
— Si te refieres a aquel beso...—se apresuró a decir—
— No quiero saber—grite poniéndome de pie comenzando a caminar de un lado para otro—no necesito saber, ni escuchar sobre su historia de amor—
— (TN) _____.
— Quiero que te vayas—dije rompiendo a llorar, había intentado controlarme pero ya todo se había ido al demonio—no te necesito conmigo, estaba perfectamente sin ti ¿Por qué viniste? Solo estas perturbando mi vida...
— No me iré sin antes arreglar nuestros asuntos.
— ¿Qué asuntos? No sé de qué estás hablando. Hace tiempo que todo termino entre tú y yo. Solo viniste hasta aquí para acabar con la poca paciencia que me queda.
— No hagas esto—pidió intentando controlar el volumen de su voz, sabía que tenía ganas de gritar, había llegado a conocerlo tan bien—te estoy pidiendo una oportunidad, solo eso te pido.
— Vuelve a Corea—le di la espalda, si no lo habría hecho no habría podido seguir adelante—no debiste venir, viajar hasta aquí fue completamente en vano. Te enviare los papeles en cuanto los firme...
— Entonces...—no podía verlo pero su voz sonaba tan dolida y triste, que por un momento sentí la necesidad de voltear a verlo—no quieres intentarlo... ¿Ni siquiera por él bebe?—no dije nada, llore en silencio esperado que tomara aquello como una respuesta a su pegunta—solo me iré porque no quiero que te alteres aún más, eso no le hará bien a nuestro hijo, solo por eso me iré... pero volveré...
— No vuelvas—dije antes de que se marchara—si no quieres perder tu tiempo, entonces ya no vuelvas.
Yesung hizo lo que tanto le había pedido, no volvió por casa y tampoco me llamo, en los próximos dos días simplemente desapareció. Ahora comprendía que había hecho muy bien en no creer en ninguna de sus palabras y mucho menos ilusionarme por algo así.
Cuando salí de la ducha mi teléfono, llevaba sonando hace un buen rato, quien quiera que sea había estado insistiendo desde hace varios minutos.
— ¿Si?
— Soy Yesung.
Antes que preguntara ¿Qué quería? O ¿Por qué me estaba llamando? Él se adelantó.
— Acabo de llegar a Corea...
Y así sin más me comunicaba que había vuelto a casa. En el tono de su voz no parecía haber culpa, ni preocupación.
— ¿Llamaste solo para decirme eso?—pregunte desinteresada—
— Dijiste que ya no había nada de qué hablar, que lo único que querías era el divorcio ¿no es así?
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Una vez nos amamos
RomansaUna vez me amaste Una vez fuiste mio Una vez existió un "nosotros" Hoy... todo aquello quedo en el pasado... Tu mente me recuerda perfectamente... Pero tu corazón no.