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Ni mi hijo ni yo te queremos aquí.

{···}

El pelinegro intentó cerrarle la puerta en la cara, pero le fue imposible ya que la chica se interpuso y logró entrar en el departamento sonriente. El chico suspiró con fastidio y la miró con rabia:

-¿Qué coño crees que haces tú aquí?

-Hola, TaeTae. Yo estoy muy bien, gracias por preguntar, y sí, yo también te extrañé- le dedicó la sonrisa más sarcástica y falsa que pudo.

-Repito: ¿Qué coño crees que haces aquí?

-Vine a verte- sonrió sincera.

-Sé lo que hiciste, Momo- lo miró con la boca entreabierta, no estaba pasando ¿o si? –, sé que te pusiste de acuerdo con Jeon para separarme de Lalisa, sé que no ustedes dos no han hecho más inventarse tonterías para alejarnos, también sé que la chica del video no es Lisa- suspiró -, sé que el bebé es mío y no de Jungkook- la japonesa lo miró con rabia, pequeñas lágrimas corrían por sus mejillas, ahora él y Manoban volverían a estar juntos, no, eso no podía ser -¿Qué necesitas para entender que yo no te amo? ¿Qué quieres que haga? ¡Por favor, Hirai, entiéndelo! ¡Yo no te amo! ¡No lo hago y jamás lo haré!

-Pero, Taehyung- se le colgó del brazo e intentó besarlo a la fuerza -, ¡dame una última oportunidad!

-¡Ya! ¡Basta! ¡No, no quiero, aléjate de mí!- la empujó y la observó fijamente: estaba despeinada, sus labios estaban hinchados de tanto llorar y el maquillaje se le había corrido por las lágrimas. Viéndola así sólo le causaba asco y repulsión, no veía ni rastro de la chica que le había ayudado fantasear con Lalisa Manoban anteriormente. En ese momento no era más que una chica cualquier, destrozada y desaliñada, que rogaba por un poco de amor y atención. Ya era un hecho, Momo Hirai estaba rota, más por dentro que por fuera, pero rota al fin y al cabo.

-Por favor, Tae, dame una última oportunidad, una última vez, por favor, te prometo que después me iré, lo juro- se lanzó al suelo y lloró como si fuera una niña lastimada y desilusionada. Nunca la había visto así, nunca se la había imaginado así.

-Venga levántate- la cogió del brazo y la miró con lástima. No quería hacerlo, pero no le quedaba de otra. Se acercó a ella y la besó sin ganas, ella se entregó a él extasiada y rápidamente dejó de llorar, la llevó hasta la habitación de invitados y la acostó en la cama, le sacó los zapatos, el pantalón y la ropa interior para después penetrarla rápidamente, sin gemir ni jadear, solo se concentró en hacer que ella tuviera un orgasmo, sabía que mientras más rápido lo tuviera, más rápido se iría. Se concentró en tratar de ocultar su desagrado y evitar mirarla, su leve erección disminuiría si lo hacía. Efectivamente, no faltó mucho para que ella se corriera terminara jadeando en la cama. Se acercó a su habitaci'çon y sacó la pastilla del día de después y la tiró:

Hatefuck || TaeLizKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora