«Debí dejarte, Taehyung. Justo en el momento en que vi tu estúpida sonrisa».
-¡Lárgate ahora mismo de mi casa!- gritaba el hombre con rabia y decepción.
-Papá, por favor... No tengo a donde ir- susurró Lisa con lágrimas en los ojos mientras su pad...
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¿Me amarás en el futuro?
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Lalisa salió de casa de Sana y se dirigió a su casa con un gran presentimiento. Ella no podía tener sida, el médico se habría dado cuenta al revisarla ¿no? Seguramente todo eran tonterías de Momo Hirai.
A medio camino cambió de opinión y fue hasta el trabajo de su madre, ambas podrían tomar un helado y regresar a casa tranquilamente. Era una gran oportunidad para crear un lindo momento con su ajetreada madre. Se llevó una gran decepción al llegar a la oficina de su madre y que la mujer, entre enojada y apresurada, le dijese que debían regresar rápidamente a casa.
Todo comenzó a volverse extraño al notar el auto de Taehyung junto a uno desconocido en frente de la casa. Confundida y expectante entró al salón. Tal y como esperaba se encontró al pelinegro en el sofá junto a su padre. Le sorprendió que, a diferencia de todas las veces anteriores, ambos hombres conversaran amistosamente. ¿Desde cuándo su padre aceptaba a Taehyung?
-Hola- saludó aturdida. Escuchó voces provenientes de la oficina de su padre -¿Qué pasa aquí?- señaló la puerta de la oficina inconscientemente.
-Tae tiene que mostrarte algo, cariño- el chico se levantó y le enseñó la prueba señalado claramente el NEGATIVO. La chica suspiró aliviada.
-Voy a matarla a penas la vea- murmuró mientras abrazaba al chico –. Perdóname por ignorarte estos días - se acercó a él y lo besó tiernamente. Odiaba estar enojada con Taehyung -. Te queremos- de repente una desagradable y conocida voz les arruinó el momento:
-¡Qué espectáculo tan bonito!- Momo Hirai salió de la oficina de su padre seguida de una mujer desconocida, como de la edad de sus padres, bastante parecida a la chica. Lisa asumió rápidamente que era su madre, no recordaba bien, pero su rostro le resultaba familiar. Se extrañó al ver que la mujer y su madre mantenían contacto visual, Ubon la miraba con rabia y odio y ella la observaba impasible con una sonrisa irónica en el rostro.
-¡¿Qué coño haces en mi casa, maldita zorra?!- Taehyung se sorprendió ante sus palabras, nunca había visto a Lisa de esa manera.
-Lalisa, cálmate- dijo su padre preocupado, no quería una escena en tal momento.
-No deberías hablarme así, Lalisa, a partir de ahora tenemos que llevarnos bien- sonrió con sarcasmo.
-Hola, Lalisa- saludó la mujer.
-A usted la conozco- recordó -, vino a hablar con mi padre hace un par de días, recuerdo que se tomaron un café mientras yo desayunaba- reflexionó.
-Ahora sabrás por qué vine- le aseguró – Recuerdo que ese día no pudiste darme la mano- se la extendió y ella la estrechó con desconfianza.
