«Debí dejarte, Taehyung. Justo en el momento en que vi tu estúpida sonrisa».
-¡Lárgate ahora mismo de mi casa!- gritaba el hombre con rabia y decepción.
-Papá, por favor... No tengo a donde ir- susurró Lisa con lágrimas en los ojos mientras su pad...
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¿Lo quieres? Pues ve por él.
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-Ten cuidado, pequeña- murmuró Taehyung mientras tomaba su mano y le ayudaba a caminar a través de la habitación desde el baño hasta la camilla -. Tienes que descansar, cariño.
-No quiero descansar, Taehyung- soltó al sentarse en la blanda superficie. –Quiero a mi hijo de vuelta y eso no lo conseguiré aquí "descansando".
-Ven aquí- se sentó junto a ella y la rodeó con sus brazos -. Lo encontraremos, te lo prometo.
Habían pasado dos días desde el nacimiento del pequeño Kim TaeHo y aún no habían dejado que Lisa regresara a casa. Debía guardar reposo para recuperar fuerzas y el mejor lugar para hacerlo era su casa, pero todos sabían perfectamente que eso era lo último que haría si la dejaban irse, no habría fuerza ni argumento en el mundo capaz de evitar que la tailandesa buscara por cielo y tierra a su pequeño bebé.
-Tienes que convencer al doctor Park de que me deje ir- suplicó.
-No, Lalice, si Park dice que te quedes aquí es porque eso es lo mejor- le acarició la cabeza con ternura.
-Como sea- bufó.
-Oye, yo lo traeré de vuelta, lo juro.
...
-¡Haz que ese mocoso deje de llorar!- gritó la japonesa frustrada.
-Cálmate, Hirai, tú querías al niño ¿no? Así que ten paciencia, los niños son así- murmuró Yugyeom mientras acunaba al pequeño.
Estaban los dos en la casa de la chica con el hijo de Lisa y de Taehyung, no tenían muy seguro lo que harían, necesitaban tiempo para pensar en si devolver al niño, pedir rescate o extorsionar a los padres de alguna otra forma.
-¡Momo! ¡Momo!- escucharon la voz de la madre de la chica -¿Puedo saber por qué tienen a un bebé llorando?- preguntó al mismo tiempo que habría la puerta de golpe -Espera, ¿ése no es el hijo de...?
-Mamá, no es lo que pare...
-¡Secuestraste a un niño!
-Secuestramos, Yugyeom también participó.
-...Y me arrepiento de ello- murmuró por lo bajo. -¿Qué? Por tu culpa ahora la policía me está buscando por secuestro a un menor de edad.
-Solo cállate...
-Muy bien, me importa un pepino cómo o por qué, pero quiero que ése niño vuelva con su madre en este momento- sentenció la mujer.
-¡No! ¡No!- la japonesa corrió a arrancarle el bebé de los brazos al chico. -Éste bebé es mío ¿entendieron? Mío y sólo mío. Yo debí ser su madre, no Lisa...
