«Debí dejarte, Taehyung. Justo en el momento en que vi tu estúpida sonrisa».
-¡Lárgate ahora mismo de mi casa!- gritaba el hombre con rabia y decepción.
-Papá, por favor... No tengo a donde ir- susurró Lisa con lágrimas en los ojos mientras su pad...
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No caeré ante ti otra vez.
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-¿Ese mocoso ya se fue de aquí?- preguntó el hombre exasperado.
-Si, papá, lamento si, bueno... si nos escucharon- susurró apenada.
-Tranquila cariño, tú y Tae son una pareja es normal- sonrió su madre. Ubon Manoban era la única que, a pesar de todo, apoyaba la relación de su hija con el pelinegro. El chico se había equivocado, pero era un ser humano como cualquiera, además, su esposo no tenía derecho alguno a criticarlo cuando él también le había dado la espalda a Lalisa. Al menos Taehyung reconocía su error y trataba de enmendarlo.
El señor manaban se atragantó con su comida:
-¿Tú y él son...?- abrió los ojos sorprendido –Espera... ¿ya lo perdonaste?
-No, padre, no lo he perdonado. Aún así te dijo que él quiero ganarse mi perdón y si lo hace volveremos a estar juntos- los ojos del hombre se salían de sus órbitas –Tae es el padre de mi hijo, cometió varios errores, pero está arrepentido. Quiere que cuidemos de nuestro pequeño juntos- suspiró -, él quiere arreglar las cosas y yo también.
-Eso significa que ya lo perdonaste- le restregó los ojos con la manos aturdido -, no puedo creer que a ese patán lo perdones antes que a mi.
-No lo he perdonado, solo digo que él quiere demostrarme su arrepentimiento para que nos demos una segunda oportunidad y yo estoy abierta a la idea.
-Me parece maravilloso, cariño. Espero que puedan darse una segunda oportunidad, si lo hacen les durará, lo sé- dijo sonriente.
-Espero que tengas razón porque- se acarició el vientre –ahora no somos sólo él y yo- suspiró.
-Por eso justamente, esa criatura los ayudará a sobrellevarlo, no será sencillo pero ustedes lo logrará, funcionará, créeme.
-Muy bien- golpeó la mesa -¿Podemos terminar de comer en paz? Y sin nombrar a Taehyung, por favor.
-Está celoso- siseó la mujer en el oído de Lisa con una risilla traviesa.- Ya se le pasará.
...
Los señores Manoban descansaban en el jardín delantero de la casa junto a Rosé, la castaña se sentía extraña, nunca había convivido tanto con los padres de Lisa y menos sin la presencia de su mejor amiga. La madre de Lalisa era amable, simpática, maternal, le recordaba a su madre, se sentía cómoda con en ella. El padre de Lisa, en cambio, casi ni le dirigía la palabra, sólo se dedicaba a observarla con una mirada acusatoria, reprobatoria y resentida. Él creía que ella era la causante de la presencia de taehyung, no podía estar más equivocado.
-Chaeng, cariño... ¿cuánto tiempo piensas quedarte aquí?- preguntó la mujer suavemente.
-Estaba pensando regresar a Seúl en un par de días.
