«Debí dejarte, Taehyung. Justo en el momento en que vi tu estúpida sonrisa».
-¡Lárgate ahora mismo de mi casa!- gritaba el hombre con rabia y decepción.
-Papá, por favor... No tengo a donde ir- susurró Lisa con lágrimas en los ojos mientras su pad...
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¡Lalisa! ¡¿Se puede saber dónde demonios estás?!
{···}
¿Su cumpleaños? ¡Su cumpleaños! Se estiró hasta ver la hora en el despertador de Taehyung. Eran las 11:30 y seguramente sus padres ya la habrían llamado. Se levantó corriendo de la cama y comenzó a buscar su teléfono sin darse cuenta de que seguía desnuda.
Comenzó a revisar y responder todos y cada uno de los mensajes que tenía hasta que notó la oscura e intensa mirada del castaño fija en su cuerpo, en ese momento se dio cuenta de su desnudez. Sonrojada y nerviosa corrió de regreso a la habitación y se cubrió con las sábanas, se sentía completamente incapaz de recordar dónde había dejado Tae la maleta con su ropa.
-Oye, Lisa. Creo que deberías ponerte algo de ropa. Estoy aquí reprimiéndome para no hacerte el amor en este preciso instante y verte desnuda no ayuda mucho que digamos- bromeó desde la cocina.
Avergonzada, caminó hacia el armario de Taehyung, sacó una camiseta negra bastante grande y se la colocó. Las mangas le llegaban a los codos y el dobladillo hasta la mitad del muslo. Se cepilló el cabello y los dientes y salió hacia la cocina para encontrarse con un Tae sonriente preparando una cesta de picnic.
-¿Qué haces, Tae?- le preguntó tratando de ver lo que había dentro de la cesta.
-Es una sorpresa- le guiñó un ojo antes de apartar la cesta ocultando su contenido –Y hablando de sorpresas- desapareció por un momento para luego aparecer con una gran bolsa de regalo en la mano -¡Feliz cumpleaños, Lis!- le besó la mejilla y dejó un camino de besos hasta sus labios.
-No era necesario, Taehyung. Yo no...- no la dejó terminar.
-Nada, Lisa. Ve a mi habitación a abrirlo y ponértelo, yo te esperaré aquí para seguir con la sorpresa.
Lisa llegó emocionada a la habitación y abrió la bolsa dejando ver un hermoso vestido azul marino con unas sandalias griegas a juego. Rápidamente se duchó, maquilló y arregló para encontrarse en el salón con Taehyung.
-Te ves hermosa- le dijo el castaño, quien llevaba una camisa de botones blanca y unos pantaloncillos hasta la rodilla.
-¿A dónde vamos?- preguntó emocionada.
-Te dije que es sorpresa- le sonrió antes mientras entrelazaba sus manos y caminaban hacia el auto del Taehyung.
...
Después de casi media hora conduciendo, llegaron a una gran casa a las afueras de Seúl. Lisa la miró asombrada mientras el chico no dejaba de sonreírle.
-¿Dónde estamos?
-En la casa de mis abuelos, aquí me crié por 14 años de mi vida.