«Debí dejarte, Taehyung. Justo en el momento en que vi tu estúpida sonrisa».
-¡Lárgate ahora mismo de mi casa!- gritaba el hombre con rabia y decepción.
-Papá, por favor... No tengo a donde ir- susurró Lisa con lágrimas en los ojos mientras su pad...
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Claro que sí, amor, aunque podría ser niña.
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-¡Taehyung! ¿Qué haces?- gritó la tailandesa al sentir que Taehyung la alzaba en sus brazos para cruzar el umbral de la cabaña con ella al estilo novia.
-¿Qué no es obvio? Te cojo en brazos para cruzar el umbral.
El chico caminó así con ella en sus brazos hasta el salón de la cabaña. Estaban en la Isla Jeju, en un conjunto de cabañas vacacionales cerca de la playa y a pocos minutos del centro de la ciudad. El padre de Taehyung había decidido regalarles aquel viaje de casi un mes para compensar todos los comentarios y malos ratos que él y su esposa les había hecho pasar tanto a Lisa como a Tae.
-Si quieres ve a echarle un vistazo a la casa, yo traeré las maletas- besó su frente y se fue dejando a la chica descalza caminando alrededor de la cabaña.
Pisos de madera de roble. Grandes ventanales con cortinas de seda blancas. Un gran jardín trasero con piscina propia y vista al mar. Esa cabaña parecía pequeño castillo paradisíaco completamente perfecto.
-¿Te gusta?- preguntó el chico mientras la abraza por la espalda acunando su vientre abultado con sus grandes manos.
-Es perfecto- murmuró al mismo tiempo que se volteaba para encararlo. Taehyung acarició su rostro y sonriendo al verla bostezar tiernamente.
-Sé que estás cansada, Lalice, pero es nuestra noche y tengo planes para nosotros.
-Tengo sueño, TaeTae- besó su cuello con una tierna sonrisa.
-Yo también, pero no te preocupes, dormiremos mañana.
Y ahí estaba una vez más su sonrisa cuadrada.
...
Tres días después de la boda, la convivencia entre ambos se había vuelto más fuerte, al punto de que no querían que esas dos semanas terminasen. La playa, el sol, la buena comida tropical. Para ambos era simplemente perfecto.
-Nunca hemos hablado de lo que pasó cuando...bueno, ya sabes, lo de Hirai- soltó Taehyung de repente volviendo el ambiente tenso y silencioso.
-Es verdad, nunca lo hemos hablado- murmuró la tailandesa mientras tomaba un bocado de Kimchi.
Ambos estaban cenando y todo transcurría perfectamente, tenía que llegar Taehyung a arruinarlo.
-Si no quieres hablar...
-No importa, TaeTae, eso es parte de nuestra historia queramos o no...-suspiró -Así que dime, ¿qué te gustaría saber de eso?
-Tu versión de los hechos, es decir, lo único que sé es que tu padre te echó de casa y terminaste en Tailandia con tu abuela- omitió la parte de Jungkook, esperaba que ella se lo contara.