«Debí dejarte, Taehyung. Justo en el momento en que vi tu estúpida sonrisa».
-¡Lárgate ahora mismo de mi casa!- gritaba el hombre con rabia y decepción.
-Papá, por favor... No tengo a donde ir- susurró Lisa con lágrimas en los ojos mientras su pad...
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No puedo hacer esto solo.
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-Ta-a-ae Hyu-u-ng...- trató de decir mientras ponía una mueca de dolor.
-¿Qué tienes, preciosa?- la sostuvo en sus brazos y pudo ver un líquido trasparente corriendo por sus muslos junto con pequeñas gotas de sangre caliente y espesa. –Mierda, hay que ir con un médico.
-Ni lo intentes- murmuró la japonesa -¿Qué no la ves? En ese estado no llegaran a ningún lado.
-¡Tú cállate, maldita!- corrió hacia ella y la tomó del cuello acorralándola contra la pared –Si le pasa algo a Lisa te mato- sentenció.
-¡Tae, duele!- volvió con ella y al alzó en sus brazos.
-¿Crees que puedas llegar al médico?- la chica asintió mientras tomaba bocanadas de aire para tranquilizarse. -¿Segura?
-Sólo sácame de aquí- suplicó.
-Tranquila, muñequita, resiste- besó su frente y se dirigió a la puerta -¡Y tú sal ahora mismo de mi jodida casa!- le gritó a Momo antes de coger las llaves del coche y abrirlo para acomodar a Lisa en el asiento trasero.
-¡Taehyung!- gritó -¡El bebé!
Volteó y miró que los pantalones de chandal que llevaba estaban cada vez más llenos de sangre.
-¡Mierda!
Mientras conducía a toda prisa no tuvo otra idea más que llamar a la única persona que había estado junto a él en todo momento:
-Jimin, necesito tu ayuda.
...
-¡¿A dónde la llevan?!- exclamó desesperado al ver que llevaban a la rubia desmayada en una camilla.
-A la sala de parto- respondió la enfermera junto al doctor Park -. El golpe que sufrió fue muy fuerte incluso afectó al bebé, no sabemos si podría ser un aborto.
-Tiene casi siete meses, Chanyeol dime que todo saldrá bien- el chico sio indicaciones de que le llevaran la camilla y sujetó a Taehyung de lo hombros para mirarlo fijamente:
-Prepárate para lo peor, chico- y sin más siguió su camino hasta la sala de parto, Tae lo siguió por acto reflejo.
...
-Doctor Park, la paciente acaba de despertar, pero no creo que tenga fuerzas para llevar a cabo el parto natural.
-Bueno, pues tendremos que...
-¡Doctor Park!- otra enfermera lo interrumpió –No se quiere salir.
-Por favor, Lalice...- decía desesperado -¡No pueden sacarme! ¡Quiero estar con ella! ¡Por favor!
