Capítulo 24.

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El sonido de un teléfono me despertó de una gran siesta. Intente levantarme pero un enorme brazos estaba envuelto en mi cintura.

— Nathan, tengo que levantarme - intentaba quitar su brazo pero por alguna razón era muy pesado.

— No quiero - nunca lo había visto dormir y en realidad era muy lindo cuando lo hacía.

— Yo sí, sólo veo quien es y regreso - abrió uno de sus ojos.

— Tengo otra opción.

— No sueltame antes de que terminen la llamada - una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios.
— ¿Qué te da tanta gracia?.

— Es la tercera vez que llaman no creo que lo dejen de hacer.

— ¿Porqué no me dijiste?, puede ser algo importante.

— Es que me gusta estar así contigo - eso me tomó desprevenida.

— Anda tengo que contestar - levanto su brazo dejándome salir.

¿Hola? - conteste la llamada.

Hola Elizabeth, soy Cristina.

Hola Cristina, ¿ que pasa ?.

Te quería preguntar si tú también irás con los chicos está tarde.

iré a las 4, ¿ ustedes también irán?.

Ahora que sabemos que tú irás por supuesto que sí.

Entonces las veo en la tarde.

En que mundo vives Elizabeth, son las 2 de la tarde - mire la pantalla y ella tenía razón.

Claro, lo siento estaba dormida.

Si lo note amiga no te preocupes, entonces nos vemos en unas horas.

Claro nos vemos.

Adiós Elizabeth.

Finalizó la llamada y yo comencé con la búsqueda de ropa.

— No regresas a la cama - Nathan se había sentando en la cama, lo único que lo cubría era la manta de la cama.

— No, voy a salir - tome todo lo que me iba a poner y me dirigí al baño.

Al llegar abrí la regadera y entre en ella. Tiempo después Nathan entró.

— ¿A donde piensas ir? - se recargo en el lavamanos del baño mientras cruzaba sus brazos.

— Con unos amigos que conocí ayer en la fiesta - por alguna extraña razón no me daba pena estar desnuda frente a él.

— Tus amigos son una mala influencia, lo sabías - una risa salió de mi garganta.

— Ni siquiera mi padre se mete en mis amistades - lo mire por el vidrio transparente que separaba la ducha de todo.

— Ahora estás casada debes de respetar a tu marido - su voz era un tono serio.

— Déjame ver si te estoy entendiendo, me estás diciendo que por tener amigos no te estoy respetando.

Casada Con El SexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora