Capítulo 29.

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Estábamos completamente desnudos, las manos de Nathan recorrían todo mi cuerpo haciendo que mi piel se erizara.

— Alguien puede escucharnos - la excitación reinaba en cada ricón de mi cuerpo.

— ¿De verdad te preocupa eso? - el dedo índice de Nathan rozó mi clítoris arrancando un suspiro de mis labios.

— Sí - sus dedos no dejaban de recorrer toda mi feminidad.

— Es un jet privado, sólo estamos tú y yo - las caricias de Nathan estaban por llevarme a un orgasmo.

— Eso es mentira, esta la azafata que nos dió la cena - las palabras salían de mis labios envueltas en suspiros.

— Ella esta con los pilotos y no va a regresar así que te voy a hacer todo lo que yo quiera - los ojos de Nathan oscurecieron.

— ¿Y si regresa?

— No lo hará - dos dedos de Nathan entraron en mí.

Disfrutaba de las sensaciones que Nathan estaba provocando en mí. Confíe en sus palabras y me dejé llevar por el orgasmo que había provocado en mí. Los besos no se hicieron esperar, los labios de Nathan llegaron a los míos uniéndose en un beso desesperado lleno de pasión y necesidad. Quería que Nathan estuviera dentro de mí, mi cuerpo lo pedía a gritos y Nathan parecía entenderlo.

— Necesito un condón - rápidamente se alejó de mí en busca de un preservativo.

Segundos después Nathan regresó con preservativos en su mano y uno más en su miembro. Volvimos a la posición anterior, el miembro de Nathan jugaba en mi entrada rozando la parte más sensible de mi cuerpo.

Sin previo aviso su miembro entró en mí, rápidamente Nathan beso mis labios omitiendo todos los gemidos.

— Intenta ser silenciosa, no queremos ser protagonista de una película pornografía - enterró su largo miembro en mí.

Ser silenciosa era todo un reto para mí, Nathan entraba y salía de mí con mucha desesperación. Sus embestidas eran rápidas y profundas, cada vez era más difícil mantenerme en silencio. Los labios de Nathan alternaban entre mi cuello y mis pechos, mordía suavemente mis pezones provocando millones de sensaciones en mí.

La excitación estaba en su punto máximo, podía sentir como Nathan aumentaba la velocidad de sus embestidas. Llegamos a un perfecto orgasmo, mordí el interior de mi mejilla atrapando el gemido que estaba a punto de escapar.

— Creí que no lo soportarías - Nathan salió de mí provocando un suspiro de mi parte.

— Por poco no lo logro y tú lo hiciste más difícil - la risa de Nathan inundó el jet.

— Lo sé soy irresistible - la sonrisa soberbia regreso a su rostro.

— Si claro, como digas.

Me levante de sus piernas y fui directo al baño en busca de una buena ducha. El agua caía por mi cuerpo relajando todos mis músculos. Al terminar tomo una de las toallas y seque mi cuerpo.

¡Mierda! Olvide traer ropa. Justo a un costado de el lavamanos estaba la camisa de Nathan, sólo tenía dos opciones, salir con una toalla o con la camisa de Nathan. Elegí la segunda opción y así tal vez podía provocarlo un poco, coloqué la camisa sobre mi cuerpo y salí. Caminé hasta los asientos en los que se encontraba Nathan.

— ¿Sabes dónde está mi equipaje? - Nathan se había colocado el pantalón que llevaba antes.

— No pero sin duda alguna fue una buena idea esconder tu pijama - si quería provocarlo lo conseguí.

Casada Con El SexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora