Capítulo 32.

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La luz del sol se filtraba por el gran ventanal, mi celular marcaba 10 AM decidí levantarme he ir en busca de un poco de comida.

- Hola Elizabeth - me saludo Flor justo cuando entre a la cocina.

- Hola - tomé asiento en uno de los bancos de la cocina.

- Nathan salió muy temprano, pronto iniciarán sus servicios médicos y tiene muchas cosas que preparar - era cierto no habia visto a Nathan.

- Está bien - no le tome mucha importancia.

- ¿Quieres el desayuno?

- Si por favor - respondí con una sonrisa.

Flor giro y comenzó a hacer mi desayuno.

- Me enteré de que pronto será tu cumpleaños - era cierto.

- Así es - giro y me dió una sonrisa.

- Estoy segura de que tu fiesta será hermosa, la señora Graciela ya está preparando todo dice que ya conoce tus gustos.

- ¿Me están preparando una fiesta?

- Sí, creí que lo sabías.

- En realidad no.

- Se que te dirán así que no arruiné nada - contesto segura.

- ¿Sabes como será la fiesta?

- Supongo que será grande como se acostumbra entre la familia Evans.

- Bueno - no quería una fiesta grande con personas totalmente desconocidas para mí.

- Hablando de familias, hay un problema en mi casa y queria saber si podía ir.

- Claro que si es tu familia - una sonrisa apareció en su rostro.

- Muchas gracias - dejo un plato con comida frente a mí.
- Haré suficiente comida para ustedes.

- No te preocupes se cocinar, ve con tu familia - no estaba muy convencida de mis palabras lo podía notar en su rostro.

- Nathan es muy complicado con la comida - una pequeña risa escapó de mis labios.

- Nathan es complicado para todo, no te preocupes yo me encargo - ella se unió a mi risa.

- De acuerdo, tomaré mis cosas y me iré.

- Hasta luego.

- Adiós Elizabeth - salió de la cocina.

Ella se fue y yo comencé con mi desayuno.

...

Las horas pasaban y yo no sabía que hacer, estaba completamente sola en una casa inmensa. Me tire en la cama en busca de alguna idea que me sacara de mi fastidio. Los minutos pasaron y mi celular sonó.

Hola - contesté.

Hola hermosa - despegue el celular de mi rostro y vi en nombre.

Hola Sebastián - su llamada me había sorprendido.

¿Estás ocupada?

No - respondí un poco dudosa.

Me preguntaba si querías ir por un café - una pequeña risa salió de mis labios.

Es verano - se unió a mi risa.

Lo sé, pero será café frío - se unió a mi risa.

Casada Con El SexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora