Nathan.
No debí confiar en ella lo sabía, ahora había dañado mi relación con Elizabeth y no tenía ni la menor idea de como iba a resolverlo.- ¿Puedo preguntar algo? - el chico frente a mí me saco de mis pensamientos.
- Sí - sino mal recuerdo su nombre es Ian.
- ¿Porqué no confío en Elizabeth? - sus palabras fueron directas.
- No lo sé, no podía sacarme esa imágen de la mente y ahora ella nunca me perdonará - baje la mirada.
- En ocaciones el helado funciona pero sus ojos se veían tristes y creo que esta vez no servirá - un suspiro salió de mis labios.
- Ella realmente lo ama como no tiene una idea, cada día me hablaba de usted y lo mucho que lo extrañaba. En las noches cuando la llevaba al gimnasio salía con una sonrisa triste - sus palabras me dolían.- ¿Qué puedo hacer para que me perdoné? - le estaba pidiendo ayuda a él.
- No lo sé, realmente se veía mal. Creo que le dolió bastante su desconfianza, hablé con ella y muéstrele que confía en ella - tenía razón.
- Eso haré, muchas gracias y por cierto háblame de tú - su rostro cambio un poco.
- Claro.
- Gracias por todo, nos vemos luego - me despedí.
Mis manos temblaban, estaba tan nervioso. Este fue mi error y yo lo iba a remediar, estaba frente a la habitación. Sabía que Elizabeth estaba ahí pues podía escuchar pequeños ruidos.
Tomé el picaporte y lo gire, ahí estaba frente a un portátil escribiendo sin parar.
- Lo siento - sabía que con eso no sería suficiente.
- Está bien - respondió sin dejar de escribir.
- Me perdonaste - una sonria apareció en mi rostro.
- Claro, no fue tan grave. Sólo confiaste en otra antes que en mí, no te preocupes - su sarcasmo borro mi sonrisa.
Una de las grandes cualidades de Elizabeth era su madurez, en ocaciones me sorprendía pues tomaba desiciones con toda seguridad. Gracias a su madurez sabía que ibamos a resolver lo que yo dañe.
- ¿Podemos hablar? - mis palabras sonaron como una suplica.
- Nathan estoy haciendo tarea es bastante, por favor - señalo la puerta indicándome que saliera.
- Te prometo que después me iré y no te vuelvo a molestar pero por favor escúchame - estaba desesperado.
- ¿Qué? - levanto su mirada y la fijo sobre mí.
- Lo siento, yo jamás quise confíar en ella me lo repetía con cada una de sus palabras pero después ví esa foto y algo dentro de mí se quebro. ¿Qué hubieras hecho si te mostraran una foto de la persona que más amas con alguien más? - mi voz se cortaba cada vez más.
- Te hubiera preguntado, yo no hubiera creído en alguien más. Porque confío en ti Nathan, porque se que tú no me harías algo así - las palabras de Elizabeth me golpearon duro.
La había engañado y en más de una ocación.
- Se que lo hiciste alguna vez cuando tenías esas marcas pero aún no te amaba, ahora lo hago y se que tú también me amas. Jamás lo harías - sabía que tome la peor desición.
- Elizabeth yo... - me detuvo.
- Nathan está bien, fue un impulso y se que querías creer en mí. No lo hiciste pero no te preocupes ya descubriste la verdad y eso es lo que importa. Ahora sólo necesito tiempo, te prometo que para la cena todo va a estar bien - una sonrisa apareció en su rostro.
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Casada Con El Sexo
Romance- ¿Qué te parece si apostamos algo? - ¿Qué tienes en mente? - Tú esposa - las alarmas dentro de mí se activaron. - Tranquilo no es sexo, ¿sientes algo por ella? - No. - ¿Y ella siente algo por ti? - No sólo tenemos sexo, ¿a qué viene todo ésto...