Capítulo 48.

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Hace unos días habíamos llegado a México, el estado del señor Samuel no era el mejor. Su corazón estaba fallando por su parte Nathan no se ha alejado de él, esta al pendiente de cualquier malestar que llegue a presentarse.

En estos días Nathan no ha regresado a casa, sólo llama para pedir un poco de ropa. Se que es su padre y por la misma razón no he intervenido.

— Señorita, ¿gusta que le sirva la comida? - Estela era mi unica compañía.

— Sí por favor pero quisiera comer en el jardín - estar en el jardín era un poco relajante.

— Claro señorita, en unos momentos llevaré su comida - asentí y salí al jardín.

Mis padres al igual que mi hermano habían ido a un viaje familiar debido a las fechas regresarían justo un día antes de navidad. Todos mis amigos estaban ocupado o unos simplemente se habían ido.

La casa era extremadamente grande para mí, había decidido no salir debido a que esperaba la llegada de Nathan ciertamente en este punto era muy poco probable su llegada. Ir al hospital no sería una buena opción, no quería ser un tipo de distracción.

— Su comida - Estela dejo una bandeja frente a mí.

— Gracias - Estela me observaba detenidamente.

— ¿Se encuentra bien?, no es que quiera ser una entrometida pero desde que llego de su viaje se le ve un poco distante - no creí que fuera tan notorio.

— Sí Estela, estoy bien - al parecer mi respuesta no la convenció.

— Bien señorita, si necesita algo estaré en la cocina con permiso - con eso se retiro.

Nathan.
El corazón de mi padre estaba muy débil, poco a poco con algúnos medicamentos habíamos logrado estabilizarlo.

— Nathan - su voz se escucho desde la cama de la habitación del hospital.

— ¿Sí? - gire un poco para poder observarlo.

— Te vez cansado hijo, debes de ir a casa - no había ido desde que regresamos del viaje.

— Debo estar aquí, contigo - sentía que era mi responsabilidad cuidarlo.

— Debes descanzar, ve a tu casa duermete, come un poco y dúchate después estaré aquí, esperándote. Vamos Nathan, se que nunca hemos tenido una buena relación pero por favor hazle caso a tu padre - me di por vencido.

— Regresare en unas horas - comencé a guardar mis cosas en una pequeña maleta.

— Regresa por la mañana te ves muy cansado, estaré bien lo prometo - una pequeña sonrisa apareció en mi rostro.

— No se como me convenciste de hacer esto - los dos reímos.

— Fue complicado pero lo logre, ahora vete y vuelve mañana - asentí y me dispuse a salir.

— Adiós papá - antes de salir habló.

— Adiós hijo, te quiero - me detuve de inmediato.

— Yo también - con eso me retiré.

Era la primera vez en mi vida que lo escuchaba, siempre estaba de viaje o tenía mucho trabajo y nunca estuvo a mi lado. Nunca escuche un te quiero de su parte.

Elizabeth.
Decidí hacer algunos postres, mi madre y yo solíamos hacerlos así que decidí retomar mi viejo pasatiempo.

— Estela - entre a la cocina.

— ¿Necesita algo señorita? - estaba limpiando.

— Necesito ingredientes - se detuvo y me observó.

Casada Con El SexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora