— No quiero tener simple sexo, está vez quiero hacerte el amor - sus palabras se repetían en mi cabeza.
Hacer el amor.
— Quiero hacer el amor contigo Nathan, sólo contigo - de nuevo bese sus labios.
Nathan me llevo hasta la cama he hizo que me sentará a horcajadas sobre él. Mis manos se dirigieron hasta los botones de su camisa, uno a uno fueron desaparecido. Al terminar con ellos pase mis manos por el pecho de Nathan hasta llegar a sus hombros y terminar de quitar su camisa.
El ritmo de nuestros besos era lento pero sabíamos donde terminarían, ningún de los dos quería aumentar el ritmo. Queríamos disfrutar de cada caricia, de cada beso, de cada sensación que experimentaba nuestros cuerpo en ese momento. Baja mis besos hasta llegar al cuello de Nathan, el labial que se encontraba en mis labios se fue esparciendo por su cuello. Quería tener el control por unos minutos más así que recosté a Nathan sobre la cama.
— ¿Qué tramas Elizabeth? - una sonrisa se dibujo en mis labios.
— Nada malo, lo prometo - no lo deje continuar debido a que bese sus labios.
Las palabras en este momento sobraban, poco a poco seguí con el camino de besos. Llevaba mis labios desde su cuello hasta su pecho, pequeños gruñidos salían de los labios de Nathan. Elevé mi vista y me encontré con la mirada penetrante de Nathan.
— Ahora me toca a mí - no comprendí su comentario hasta cambiar las posiciones, ahora yo me encontraba sobre la cama.
Nathan dejaba un camino de besos húmedos sobre mi cuello, poco a poco fue llegando a mis pechos. Su atención se centro en uno de ellos, sus labios lo recorrían de arriba a abajo. Los gemidos salían de mis labios, cada beso de Nathan me hacía desearlo más.
Dirigí mis manos hasta el pantalón de Nathan comencé quitando su cinturón, después el botón y por último la bragueta. Nathan se levanto y terminó de quitar su pantalón.
Justo en este momento tenía una vista increíble del cuerpo de Nathan, su cuerpo estaba iluminado por la suave luz de la habitación, sus tatuajes y su cuerpo perfectamente ejercitado le daban un toqué de chico malo.
De nuevo se recostó sobre mí sin dejar caer todo su peso, dejó un suave beso sobre mis labios y después comenzo a bajar hasta llegar a mi ropa interior. Tomó un extremo con sus dientes y comenzo a quitarlas lentamente, sus manos recorrían mis piernas haciendo pequeñas caricias.
En menos de lo que creí Nathan estaba en mi parte más sensible, podía sentir su aliento. Separó mis piernas para tener un mejor acceso, las caricias no se hicieron esperar podía sentir como recorría toda mi intimidad. Su lengua se dirigió hasta mi clítoris donde dejó una suave caricia haciendo que todo mi cuerpo se estremeciera.
De nuevo se incorporó sobre mi cuerpo tomó mi cadera y me dejó justo a la mitad de la cama. Sus labios volvieron a los míos, sin duda alguna amaba sus besos.
Quitó su boxer y ahora estábamos ahí en medio de esa cama completamente desnudos. Nuestras respiraciones estaban agitas, nuestros labios hinchados por nuestra larga sesión de besos. Poco a poco se acercó a mí, su mirada se centro en la mía y comenzó a adentrarse en mí. Un gemido salió de mis labios y un gruñido de Nathan.
Las embestidas eran lentas pero sin duda algúna era placenteras. Las manos de Nathan se aferraban a mi cintura haciendo más profundas las embestidas. Los labios de Nathan paseaban cerca de los míos sin llegar a unirse en un beso, quería besarlo pero cada vez que lo intentaba él se alejaba y profundizaba más sus embestidas.
De un momento a otro sus embestidas comenzaron a aumentar su ritmo ahora eran rápidas y profundas. Nathan las acompañaba con besos y caricias.
El clímax no tardo en llegar ambos caímos rendidos a la cama, sin duda algúna amaba hacer el amor con Nathan Evans.
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Casada Con El Sexo
Romance- ¿Qué te parece si apostamos algo? - ¿Qué tienes en mente? - Tú esposa - las alarmas dentro de mí se activaron. - Tranquilo no es sexo, ¿sientes algo por ella? - No. - ¿Y ella siente algo por ti? - No sólo tenemos sexo, ¿a qué viene todo ésto...