Capítulo 37.

30.1K 1K 329
                                    

Nathan.

Nunca esperé que lo hiciera, pero ¿porqué lo había hecho?. Sinceramente esperaba que fueran celosos, si es así mi plan marchaba a la perfección. Algo dentro de mí me decía que me iba a arrepentir pero no podía perder la oportunidad, mi plan nunca fue casarme, tal vez en algún momento debía de hacerlo y procrear mis herederos pero en esté momento esos no eran mis planes, sólo quería terminar de estudiar y poder dedicarme a lo que me gusta.

El plan había cambiado, no sabía si tenía el tiempo suficiente pero debía de acelerar el proceso, debía enamorar a Elizabeth lo antes posible para poder tener mi libertad asegurada.

— Vamos - sujeté con más fuerza su mano, la guíe hasta el comedor y abrí una silla para ella.

No quería jugar con sus sentimientos pero debía de hacerlo, por ella y por mí ninguno de los dos queríamos estar aquí en una vida que no nos pertenecía y menos a ella con dieciséis años no debería de estar casada. Suena extraño pero era lo mejor para los dos.

El desayuno transcurrió en silencio, por algúna razón no era incómodo.

Elizabeth.
No me molesto los actos de Ana pero no me parecían correctos así que decidí intervenir. Después del desayuno Nathan dijo que tenía algunas cosas que hacer y se fue a la oficina en la planta baja. No tenía idea de que debía hacer así que me dirigí al patio trasero, al parecer todos habían comenzado con sus actividades ya que todos estaban trabajando en lo que Graciela había dicho.

Nathan seguía metido en la oficina al parecer era algo de la escuela, yo decidí ver películas.

...

Después de tres películas mis ojos pesaban y poco a poco se fueron cerrando hasta que caí en un sueño profundo.

...

— Elizabeth despierta - todo estaba oscuro.

— ¿Qué hora es? - Nathan revisó su reloj.

— Las once de la noche, creo que dormiste bastante - una pequeña risa escapó de sus labios.

— Creo lo mismo - me uní a su risa.

— Sube a la habitación, ahora te llevó un poco de comida - seguí sus indicaciones y subí las escaleras.

Prácticamente había pasado todo el día dormida, entre al armario coloqué mi pijama y salí, Nathan ya me estaba esperando con un tazón de fruta con algunas tostadas.

— Gracias - sólo asintió.

— Mañana vendrá mi madre, quiere que comiences a organizar tu fiesta de cumpleaños - mi cumpleaños.

— ¿Puedo pedir una pequeña fiesta con mis amigos y familia? - una pequeña risa escapó de él.

— No, porque justamente un par de días antes cumpliremos nuestro primer mes de casados y ella quiera una fiesta enorme con muchos invitados, además no se rendirá hasta conseguir lo que quiere - me resigné.

— Esta bien - sinceramente no me gustan las fiestas grandes y mucho menos si soy el centro de atención.

— Cuando termines puedes apagar la luz, estoy muy cansado - comenzo a recostarse en la cama.

Casada Con El SexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora