Capítulo 25.

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Ésta mañana desperte sobre el pecho de Nathan, su mano derecha estaba en mi espalda haciendo pequeñas caricias sobre ella, su mirada cruzó con la mía.

— Lo siento, no quería despertarte - su voz era más ronca de lo normal.

— Está bien - sus labios llegaron a los míos dejando un beso muy suave.

— Eres muy linda - una hermosa sonrisa apareció en sus labios.

— Ya lo sabía - una risa salió de su garganta.

— Y sobre todo eres muy modesta - tomo un mechón de cabello y lo colocó detrás de mi oído.

— Claro que sí, humildad ante todo.

— Me gusta estar contigo - sus palabras provocaron muchas emociones dentro de mí.

— Y a mí contigo - su mirada estaba fija con la mía.

Quería besarlo, quería ser yo la que tomará la iniciativa está vez y no él.

Mis labios fueron directo a los de Nathan, al inició fue un beso suave pero con cada segundo que pasaba la intensidad aumentaba. Llevé mi cadera hasta el abdomen de Nathan, pasaba mis manos por sus brazos. Poco a poco fui bajando mi cadera hasta llegar a la gran erección formada en su pantalón, al llegar un gruñido escapó de la garganta de Nathan justo en el momento en que sus manos se atraparon mi trasero impidiendo mi movimiento.

— Ese es un juego peligro - su voz era agitada.

— Lo voy a ganar - empujó mi cadera hacía él.

— Tal vez lo pierdas - sus dedos jugaban con el filo de mi blusa.

— Correré el riesgo - Nathan no tenía camisa y yo pasaba mis manos por todo su abdomen.

Mis manos llegaron al elástico de su pantalón. En segundos quitó mi blusa, su mirada fue directo a mis senos ya que no tenía sostén. Uno de sus dedos llego a mi pezón, lo acarició lentamente haciendo que reaccionara rápidamente a su tacto. Giro dejándome recostada sobre la cama, sus labios atacaron mis pezones mientras me torturaba pasando su lengua lentamente por uno de ellos jugaba con el otro. Mis manos cobraron vida propia y comenzaron a empujarlo hacía mis pechos.

— Quiero que estés dentro de mí - elevó su mirada dejándola sobre la mía.

— No quieres que juguemos un poco - sus palabras tenían un lado oscuro que debía explorar.

— ¿Qué vamos a jugar? - la sonrisa en su rostro creció.

— No lo sé, pero lo que si sé es que te va a encantar - sin decir más arrancó la poca ropa que aún conservaba.

Abrió mis piernas dejando todo de mí a su disposición, sus dedo indice exploró toda mi feminidad ya húmeda, comenzó haciendo pequeños círculos sobre mi clítoris, después dos de sus dedos amenazaban en mi entrada y sin duda algúna estó me estaba matando. Gemidos salían de mis labios sin control.

Su rostro llegó hasta mi feminidad, podía sentir su aliento en mi parte más sensible. Comenzó con pequeñas carícias sobre mi clítoris, su lengua jugaba en mi entrada millones de sensaciones recorrían mi cuerpo.

— Nathan - su nombre salió de mis labios en un susurro lleno de placer.

— No lo hagas - su voz tenía un tono desesperado.

— ¿Hacer que?

— Decir mi nombre de esa manera - sus ojos grises estaban oscurecidos.

Sin decir más continúo con lo que estába haciendo, su lengua jugaba con mi clítoris de un momento a otro una de sus manos llego hasta mi entrada, introducía levemente uno de sus dedos.

Casada Con El SexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora