Capítulo 44.

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— Tenemos la ubicación - Sebastián tenía una gran sonrisa en su rostro.

— ¿Qué es lo que debemos de hacer? - la quería recuperar lo más pronto posible.

— Debes de llevar el dinero a la dirección que ellos te enviaron, si no recibimos la otra que ellos dijeron entonces atacaremos he iremos por Elizabeth - así Elizabeth no correría peligro.

— ¿Crees qué nos envíen la próxima dirección? - estaba nervioso.

— No lo sé pero sinceramente es lo único que espero - sus ojos mostraban tristeza, él sentía algo por Elizabeth.

— Yo también - hablé con miedo en mi voz.

— Ella va a regresar, eso te lo aseguró - necesitabamos apoyo mútuo pero nuestro orgullo era más grande que todo.

No hable más y me dedique a escuchar las indicaciones, todo el plan estaba hecho y a pocos segundos de ser ejecutado.

— Bien, ¿entiendes todo lo que debes hacer? - era la tercera vez que lo preguntaban.

— Lo entiendo todo a la perfección - ellos asintieron.

— Es hora - dijo Sebastián.

— Bien - tomé las maletas con el dinero falso y salí.

Habían modificado algo en mi teléfono, ahora ellos tenían una copia de todo lo que sucediera con el.

Deje las maletas en el asiento trasero y comencé a conducir, no me importaba nada más que Elizabeth. Algunas personas me insultaban, otras hacían sonar su claxon y un sin fin de cosas más, a las cuales no les tome importancia.

Algunos minutos después me encontraba fuera del lugar, era una especie de casa y bodega. En la puerta se encontraba una nota.

Por fin llegaste Nathan Evans.
Dejá el dinero en los cubos de basura, después toca la puerta tres veces y márchate.
Pronto recibirás la siguiente dirección, fue un gusto hacer tratos contigo Evans.

Tome la carta y la arrojé al piso, odiaba estar en esta posición. Tomé las maletas y las lancé a los cubos, después realice cada uno de los pasos que me habían indicado. Al finalizar subí al auto y lo puse en marcha, algunas cuadras después lo detuve para revisar los mensajes.

Los minutos pasaban y todo seguía igual, sin ninguna dirección. Estrellé mis puños contra el volante del auto justo cuando recibí un mensaje.

Creíste que no ibamos a notar que era dinero falso, te equivocaste Evans. Despídete de tu esposa.

En menos de lo que esperaba recibí una llamada de Sebastián.

Es hora del plan B, te acabó de envíar la dirección nos vemos allá - su voz sonaba distante lo cual me indicaba que iba conduciendo.

De acuerdo - con eso finalice la llamada.

Puse el auto en marcha y conducí lo más rápido posible, algo dentro de mí me decía que debía darme prisa o llegaría demasiado tarde.

Elizabeth.
— Tu estúpido marido trato de engañarnos - golpeó mi mejilla.
— Y eso tendrá sus consecuencias - su mano se deslizaba por mi mentón.

— ¿Qué es lo que quieres? - bajo un hombro de mi camisa mostrando mi hombro.

— Quería dinero pero no lo obtuve, antes de deshacerme de ti nos podemos divertir un poco, no lo crees - su mirada me recorría de arriba a abajo.

Casada Con El SexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora