Capítulo 51.

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— ¿Y si te robo esta noche? - sus palabras me desconcertaron.

— ¿A qué te refieres?

— Odio este tipo de fiestas y se que tú también. Además yo se de un lugar que te encanta y se que será mucho mejor - no sonaba mal.

— ¿A dónde quieres ir? - la sonrisa en su rostro se mantenía.

— No te lo diré, sólo si vamos lo descubrirás - no sabía si era lo correcto pero quería hacerlo.

— Está bien, vamos - sus ojos tomaron un brillo especial.

— Yo saldré primero, después te enviaré un mensaje y hay saldrás tú. Te veo afuera - beso mi mejilla y se fue.

Iba a escapar con Sebastián Peters, algo dentro de mí me decía que esto no sería una buena idea pero quería hacerlo. Quería irme de este lugar.

Algunos minutos después recibí el mensaje de Sebastián.

Estoy justo en la salida. Sal ahora.

No respondí, me levante de mi asiento asegurándome de que Nathan no me descubriera. Dirigí mis pasos hasta la salida, ahí se encontraba Sebastián recargado en su auto con su perfecto traje hecho a la medida.

— Estaba pensando que te arrepentirías - abrió la puerta del auto para dejarme subir.

— Te dije que lo haría - cerró la puerta y fue al otro lado del auto para ahora ser él quien subiera al auto.

El trayecto fue silencioso pero no fue incómodo, cada vez reconocía más y más.

— Es el mismo lugar de aquella noche - Sebastián asintió.

— Tardaste un poco en reconocerlo - una risa salio de mis labios.

— ¿Qué hacemos aquí? - una sonrisa se formo en sus labios.

— Cuando mencionaste que querías irte el primer lugar al que quería llevarte era la casa de tus padre pero después dijiste que no, así que arruinaste mi plan inicial - ambos reímos ante su comentario.
— Después vino a mi mente este lugar, se que no es lo mejor y que pude llevarte a otro lugar pero sinceramente me encanta este sitio - recarge mi cabeza en el hombro de Sebastián.

— Gracias.

— ¿Porqué? - su tono de voz mostraba confusión.

— Por todo, desde que te conocí lo único que has hecho es ayudarme. Eres una de las pocas personas en las que confío ciegamente y se que tu también confías en mi pero hay algo que no entiendo - quería un repuesta.

— ¿Qué es lo que no entiendes? - su mirada se fijó unos segundos en mí y después regresó al camino.

— ¿Porqué lo haces, porqué confías en mí y porqué me cuidas de esa manera? - el auto se detuvo, ahora nos encontrábamos a unos metros de nuestro destino final.

— No lo sé - una sonrisa apareció en su rostro.
— La noche que te conocí cambiaste algo dentro de mí, al inicio sólo quería molestar a Nathan pero después te fui conociendo y me di cuenta de la mujer tan extraordinaria que eres. Hay algo que me dice que debo cuidarte quiero mantenerte a salvo, no me importa si tengo que ir en contra de todos te prometo que me quedaré a tu lado cuidándote y confiando en ti. Se que no es mucho el tiempo que tenemos conociéndonos pero en tan poco tiempo te has convertido en alguien importante para mí Elizabeth - sus palabras eran sinceras.

Nathan.
Por fin había terminado con los negocios, había cerrado unos buenos tratos y eso sin duda sería bueno para las empresas.

Casada Con El SexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora