— Quiero que me ayude a divorciarme de Nathan - mi corazón latía rápido pues era mi ultima opción.
— ¿Qué? - sus rostro mostraba toda la confusión.
— Ya no puedo seguir en esa casa - realmente necesitaba su ayuda.
— No entiendo Elizabeth, dime que es lo que sucede - tomé una bocada de aire.
— Karla está esperando un hijo de Nathan - aún dolía decirlo.
— ¿Qué?, eso no puede ser cierto. No debemos creer en ella tal vez sólo sea una manera de retener a Nathan - quisiera que fuera así.
— Nathan me engaño con ella y reconoció a ese bebé como su hijo, Karla también vive en la casa - mi corazón dolía.
— ¿Cómo es posible esto?, no puedo creer que Nathan te engañara él te ama - una sonrisa triste se dibujó en mis labios.
— Al parecer no lo suficiente - un suspiro salió de los labios del señor Samuel.
— Está bien, te ayudaré con el divorcio. Es lo mínimo que puedo hacer por ti después de todo lo que te obligue a hacer - mi cuerpo sintió un poco de alivió.
— ¿Has hablado con Nathan sobre divorciarse? - asentí.— Lo he hecho pero él no lo acepta, dice que tampoco me dejará ir de la casa porque aún soy mejor de edad y él es mi tutor - el señor Samuel paso las manos por su rostro.
— No puedo crecer que Nathan hizo todo esto.
— Yo quisiera que jamás lo hubiera hecho - hable con sinceridad.
— ¿Si Nathan no quiere firmar el divorcio como haremos para que acepte? - era algo en lo que no había pensado.
— No lo sé pero yo me encargaré de eso.
— Bien, ¿qué es lo que tienes planeado para después?
— Tal vez pueda regresar con mis padres y conseguir algún trabajo que me permita continuar estudiando - al parecer mi respuesta no lo convenció.
— Creo que no conoces a Nathan, el primer lugar donde te buscará será ahí. Con un poco de dinero anulará el divorcio y de nada servirá todo esto - tenía razón.
— Entonces no se que hacer - era mi único plan.
— ¿Es cierto que te aceptaron en la universidad italiana? - ¿como lo sabía?
— Nathan vino molesto a contarnos todo - contesto mi pregunta sin haberla dicho.— Sí, llego la carta donde decía que me habían aceptado.
— ¿Quisieras ir a estudiar en esa universidad?, sólo hasta que Nathan deje de buscarte - su pregunta fue inesperada.
— Yo... no lo sé.
— Es una buena opción, si te quedas aquí Nathan no te dejará tranquila hasta que vuelvas con él. Si te vas él te buscará pero yo me encargaré de que no den ningún tipo de dato sobre ti, él se cansará de buscarte y tal vez podrás regresar si así lo decides - era la mejor opción.
— Pero aún así Nathan seguirá siendo mi tutor y lo puede usar a su favor.
— En un par de meses será tu cumpleaños y serás mayor de edad, ese día saldrás de la casa y te irás. Yo enviaré a alguien para que te lleve al aeropuerto, me encargaré de conseguir el boleto de avión y también me encargaré de ti mientras estés allá. Te compraré un departamento y un auto, también te daré tarjetas y haré una cuenta bancaria a tu nombre - eso era bastante.
— No necesito tanto, tal vez yo pueda trabajar y conseguir dinero para el alquiler de algún departamento... - me interrumpió.
— Quiero hacerlo Elizabeth, quiero que te dediques completamente a estudiar. Si al terminar tu carrera quieres trabajar lo aceptaré pero esas tarjetas y las cuentas seguirán ahí con todo el dinero necesario para ti - su mirada mostraba sinceridad.
ESTÁS LEYENDO
Casada Con El Sexo
Romance- ¿Qué te parece si apostamos algo? - ¿Qué tienes en mente? - Tú esposa - las alarmas dentro de mí se activaron. - Tranquilo no es sexo, ¿sientes algo por ella? - No. - ¿Y ella siente algo por ti? - No sólo tenemos sexo, ¿a qué viene todo ésto...