— Ésto es real - su rostro mostraba lo sorprendida que se encontraba.
— Sí, es real - una sonrisa muy hermosa adorno su rostro.
— Es realmente increíble - sus movimientos expresaban lo feliz que se encontraba.
Elizabeth.
Frente a mí había un jet con un gran letrero, el cual mostraba el próximo lugar que visitaremos. Italia.— ¿Cuándo lo hiciste?, ni siquiera hice maletas, ¿qué voy a usar? - Nathan tomó mis hombros para tranquilizarme un poco.
— Las maletas estan dentro, todo lo que necesitas esta ahí y si no es así no te preocupes allá compraremos todo lo que tú quieras - su tacto me tranquilizaba.
— ¿A qué hora sale el vuelo? - pregunté un poco más tranquila.
— Ahora mismo - acariciaba mi cabello, lo cual me producía un poco de sueño.
— ¿Entoces podemos abordar ahora? - quería viajar lo más pronto posible.
— Así es - la sonrisa en mi rostro creció.
— Entonces vamos - tomé su mano y lo dirigí hasta el jet.
Quería correr pero algúnos movimientos aún me costaban o me provocaban un poco de dolor. Mis pasos no eran igual de rápidos pero sabía que con el tiempo todo volvería a la normalidad.
— Primero la mujer más hermosa de todo el mundo - Nathan hizo una reverencia ante mí.
— Muchas gracias señor - imite su tono de voz.
Subí al jet con mucho cuidado, justo como me lo habían indicado. Éstos días fueron extraños.
Mi familia iba a visitarme al hospital, ser esposa del Nathan era algo bueno mi familia podía estár conmigo todo el tiempo que quisieran y no se veían afectados por el límite de tiempo. Mi madre lloro al enterarse de la pérdida de mi bebé, decía que ésto sólo me haría más fuerte pues me conocía a la perfección y sabía que no me dejaría vencer tan fácil. Mi padre por su parte no demostraba mucho pero sabía que le había dolido igual que a todos. Mi hermano intentaba animarme y con la ayuda de Rebecca la enfermera que me cuido durante todos los días dentro del hospital lo conseguían, unos brazos se enredaron en mi cintura.
— ¿En qué piensas bonita? - Nathan me hizo salir de mis pensamientos.
— En lo increíble que será esté viaje - mentía pero sabía lo mucho que le había dolido a Nathan y no quería traer esos recuerdos de nuevo.
Durante las noches en el hospital él se quedaba conmigo, decía que no había un mejor cuidado que el suyo pero cada noche después de que se aseguraba que estaba dormida él hablaba sobre todos sus sueños que esperaba cumplir cuando tuviera un hijo, esos sueños fueron arrebatados y eso lo destrozaba.
— Lo será ya verás pero ahora ve y tomá asiento, en unos momentos estoy contigo - asentí y me dirigí a los asientos justo a un lado de la ventana.
Hoy era un día increíble, el sol brillaba y el clima era perfecto. Escuchaba la voz de Nathan dando algunas ordenes, algunos minutos después apareció y tomó asiento justo a mi lado.
— ¿Cuánto tiempo tardaremos en llegar? - me recosté en su pecho.
— Si todo sale como lo planeé, 13 horas con 6 minutos - sin poder evitarlo una pequeña risa salió de mis labios.
— Sabes inclúso los minutos - él me observaba con una sonrisa divertida, y realmente hermosa.
— Sí, los sé - dejó un suave beso en mi frente.
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Casada Con El Sexo
Romance- ¿Qué te parece si apostamos algo? - ¿Qué tienes en mente? - Tú esposa - las alarmas dentro de mí se activaron. - Tranquilo no es sexo, ¿sientes algo por ella? - No. - ¿Y ella siente algo por ti? - No sólo tenemos sexo, ¿a qué viene todo ésto...