Capítulo 27.

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— Hoy el placer va a ser parte de ti.

Sus labios atacaron mi cuello y sus dedos bajaron hasta mi homro para retirar uno de los tirantes del vestido, podía sentir como una erección se formaba en sus pantalones.

— Me encantaría hacerlo en esta posición - sus manos levantaron el vestido dejando ver mi ropa interior.

— Hazlo - empujé mis caderas hacía atrás logrando un rocé entre nuestros sexos.

— No te muevas - Nathan fue por un preservativo y lo colocó en su miembro.

Sus manos rompieron mi ropa interior de los extremos y la prenda fue al piso.

— Me tendrás que comprar otras.

— Te compro todas las que quieras si después la utilizas para mí.

— Es un chantaje.

— No, es una muy buena opción.

— La tendré presenté - dos de sus dedos llegaron a mi feminidad.

— Pensaba quitarlo pero tal vez nos podemos divertir un poco más - no sabía a que se refería y sólo me dejé guiar.

Me llevó hasta la cama y quitó completamente mi vestido, me arrodilló sobre la cama y después recostó mi pecho haciéndo que mi cadera estuviera elevada dejando mi feminidad expuesta a todo lo que Nathan quisiera hacer.

— ¿Qué vas a hacer? - me sentía expuesta.

— Ya verás.

Sacó el control de su bolsillo y presiono un botón, las vibraciones comenzaron en mi zona más sensible.

Nathan tomó asiento justo enfrente de mí, podía observar todo lo que pasaba en mi feminidad. Nuevamente presiono el botón el nivel de las vibraciones aumento demasiado, tanto que provocaba un pequeño sonido y con el llevándose gemido y millones de sensaciones.

— ¡Nathan!, detente.

— No puedo.

— Claro que puedes - gemidos escapaban de mis labios.

— Tal vez, pero no quiero hacerlo.

Me estaba matando, reducía la velocidad al mínimo y cuando menos lo esperaba la aumentaba al máximo.

— Ya no puedo más.

— Bien.

La velocidad llego al máximo llevándome a un orgasmo impresionante.

— Ahora es mi turno.

Sin decir más retiró el vibrador y lo sustituyó por su miembro entró en mí de una sola estocada, tomó mi cintura profundizando las embestidas. Nathan se inclinó un poco más llenándome por completo, besaba mi espalda dejando algunas marcas sobre ella.

Giro mi cuerpo para cambiar la posición abrió mis piernas y se enterró en lo mas profundo de mí, algunos espasmos comenzaban a llegar. Las manos de Nathan se apoderaron de mis pechos, nuestros labios dejaban salir gemidos llenos de placer.

Mi espalda se arqueo al estallar en un orgasmo demoledor. Al parecer fue un orgasmo compartido ya que Nathan se detuvo dejando caer su cuerpo sobre el mío.

Después de normalizar nuestra respiración Nathan salió de mí, nos recostamos sobre la cama y caímos en un profundo sueño.

...

Los rayos del sol caían en mi rostro. Al abrir los ojos ví el balcón completamente abierto y la cama vacía, escuchaba como caía el agua de la regadera así que supuse que Nathan estaba ahí, y no me equivoqué ya que varios minutos después salió completamente vestido.

Casada Con El SexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora