Capítulo 5

30 1 0
                                    

- ¿En serio me veo bien? - pregunto a mi amiga mientras bajamos en el ascensor dispuestas a encontrarnos con el liante de mi compañero de trabajo.

- Estás preciosa - ha usado un tono cansado, normal, es la décima vez que se lo pregunto.

Me siento insegura, supongo que es el efecto que ha dejado en mi el encuentro de esta tarde. Lo cierto es que desde el momento en el que ocurrió todo la ansiedad no me ha ayudado con lo de tener una autoestima muy alta, aunque la gente piense que me creo una reina porque me gusta arreglarme o maquillarme o que las críticas no me afectan porque estoy por encima de ellas. Las apariencias engañan.

He optado por ponerme el outfit que me he comprado combinándolo con complementos rojos y un labial del mismo tono, me he hecho una coleta tan pegada a la cabeza y con tanta laca que es probable que mañana deba arrancarme el cráneo. Celia mucho más discreta, no le molan mucho las estridencias, con un pantalón pitillo negro y una blusa de seda blanca sin mangas y por supuesto sin escote.

Cuando salimos por el portal nos encontramos con mi compañero de trabajo que tras besar nuestras coronillas nos ayuda con lo de entrar en el taxi. No sé ni a donde nos dirigimos ni de que están hablando tan animados mis amigos, mi cabeza está ocupada con su imagen seria y demandante, me estremezco. Debería dejar de rayarme, es casi imposible que lo veamos esta noche, él nunca pisaría un club en el que pudiese entrar gente con nuestro sueldo.

En el camino hemos descubierto que el taxista se llama David, bueno en realidad lo ha descubierto Adriel y también se ha hecho con su número de teléfono... diría que le gusta. En cuanto el coche se detiene miro hacia la entrada y veo que está infestado de paparazzis...

- Dime que no pretendes que entremos ahí, por favor.

- Vamos, no seas aburrida. Es el local de moda y he conseguido pases VIP, pensé que os haría ilusión - explica mirando a Celia para que le ayude a convencerme.

- Le da miedo porque ha dejado de frecuentar todos los lugares en los que podían fotografiarla, ha dejado de acudir a los eventos con su familia solo para no ser la portada de la semana - le recuerda mi amiga que me mira y continua - es posible que no se fijen, han pasado cinco años.

Por mi cabeza pasan ahora mismo todas las preguntas e insinuaciones que tuve que soportar aquellas semanas.

- Ya sé, iré yo delante y se entretendrán fotografiándome y preguntándome por la nueva portada de mi hermana en tetis - yo la miro contrariada porque sé que a ella tampoco le gusta demasiado exponerse aunque esté más acostumbrada - estaré bien, no es la primera portada de Azu en topless - ambas nos reímos pensando en lo loca que ha estado siempre su hermana pequeña.

Decidida baja del coche y yo miro a Adriel que ya se encuentra en la acera esperando a que sea el momento de ayudarme a salir, suspiro.

- ¿No te escarparías conmigo ahora verdad? - y David se ríe.

- Ya verás como te lo pasas bien - y me sonríe amable, dándome ánimos.

En ese instante veo como a Celia la rodean los fotógrafos y mi compañero de mesa abre la puerta tendiéndome la mano para ayudarme a bajar. Nos despedimos con la mano de nuestro nuevo amigo y empezamos a andar.

Todo va bien hasta que los reporteros se giran y avanzan hacia nuestro lugar, siento que mi corazón se para y Adriel sujeta fuerte mi cintura obligándome a caminar deprisa, pero entonces pasan a nuestro lado ignorándonos completamente. Detenemos nuestro paso, nos miramos y empezamos a reírnos. Que patéticos.

- Zia Pérez, cuanto tiempo sin vernos - la diversión no dura demasiado.

Me acerco a mi amigo para hablarle sin que nadie más me escuche - Desde este momento eres mi novio, estás a prueba. No me falles - y me giro colocando en mi rostro la sonrisa más falsa de la historia.

Quieres querermeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora