Capítulo 1

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 - Zia, ¿Zia estás aquí?

- Sí, lo siento Celia. ¿Qué me decías?

- Te decía que he hablado con la amiga de.... - y ahí he vuelto a desconectarme, no del todo solo me quedo con los datos más importantes de lo que me está diciendo para poder darle una respuesta que vaya más allá de un monosílabo. En realidad siempre he tenido el don de escuchar y pensar en mis cosas al mismo tiempo, mi cerebro no descansa nunca. Ha dejado de hablar y podría resumirlo todo en que una amiga de una amiga le ha conseguido una entrevista de trabajo... otra entrevista de trabajo. Es la décima en un mes.

- Pues me alegro mucho cariño, seguro que esta vez triunfas - pongo mi mejor sonrisa deseando que así sea, aunque no lo diga sé que su confianza se pierde gramo a gramo con cada uno de los "ya te llamaremos". Me sonríe de vuelta, sé que quiere que no me preocupe por su estado de ánimo porque sabe que lo hago en silencio. Otro de mis dones, supongo.

Oh no! La cara de voy a hablar del tema asoma... había aguantado veintisiete minutos y tres, cuatro segundos. Por lo menos ha esperado a pillarme con el café y el cigarro.

- ¿Cómo llevas lo de saber que lo vas a ver?, quiero decir ¿te sientes preparada después de tantos años?

- Pues la verdad no he pensado mucho en eso... - mi cara de indiferencia parece hasta real, pero es mi mejor amiga desde los doce... No colará.

- No te creo - lo sabía.

- Estoy bien, en serio. Sobreviviré - me sonríe y me mira con cara de pena. Ella ha aguantado cada una de mis lagrimas cuando él se fue, intuyo que no quiere presionarme y se lo agradezco enormemente.

- Mierda, es tardísimo. Debo irme, te escribo luego - beso fugazmente su mejilla y salgo disparada.

Debo comprobar si el parecido de uno de mis clientes es tal con una de las figuras expuestas en el Museo de Cera, así de glamuroso es mi trabajo y así de locos están los clientes mi bufete. Mientras me dirijo al museo miro Cibeles y me coloco los cascos, pulso aleatorio en una de mis listas de Spotify dejando que el Karma escupa en toda mi cara. "Estoy hecho de pedacitos de ti" inunda mis oídos y acelera mis pensamientos en dirección a esa maldita fiesta de la que no he podido librarme. Mi videoclip de hoy es uno dramático, una de esas canciones que compuso Chenoa cuando Bisbal la dejó con el chandal puesto quedaría de maravilla.

- ¿Dónde demonios será? - me pregunto en voz medio alta mirando al cielo. Llevo toda mi vida viviendo en Madrid y jamás lo he pisado, es más, me han advertido acerca de las pesadillas que tendré. Deberían pagarme un plus de peligrosidad por esto. Mientras sigo buscando el dichoso museo que no encuentra ni el google maps veo de perfil una figura que me resulta conocida, no puede ser. ¿Qué hago?, podría acercarme y saludarle como viejos conocidos que somos, así saldría de dudas, o puedo esperar estática a que se gire para saber si es o no es él. En realidad creo que no estoy preparada para verlo, ninguna de las dos parece muy buena idea.

Llego a casa y disparo mis zapatos, cada uno a una esquina del salón, me pongo mi pijama viejo y cómodo y me recojo en un moño muy alto todo el pelo

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Llego a casa y disparo mis zapatos, cada uno a una esquina del salón, me pongo mi pijama viejo y cómodo y me recojo en un moño muy alto todo el pelo. Lo de las pesadillas es más que probable, a Harry Potter le han echado encima unos ochenta años, al Pau Gasol lo han ascendido a los cielos y a mi padre... he tenido que leer el cartelito para saber que era él. Sé que hace mucho que no le veo en persona, pero al de la tele se parecía muy poco. !Ha sido horrible!, y para colmo he tenido que pagar tres euros para que me dejasen pasar. Si os lo estáis preguntando mi ex no era mi ex, el pobre se asusto al verme tan atenta observándole. Tengo tanto miedo en el cuerpo por enfrentarme a ese momento que esto me sucede unas diez veces al día, estoy un poquito paranoica podría decirse.

No sé que cenar, los dramas del primer mundo. Abro la nevera, cierro la nevera, abro el congelador, cierro el congelador, abro la nevera, cierro la nevera, ab... adiós a mi plan de ser la más fitnes de la semana, cenaré helado. Fácil y rápido. Helado, sofá y mis capítulos favoritos de Sex and the City, Carrie Bradshaw algún día lograré parecerme a ti.

He pasado tantas horas horas encerrada en las historias que se vivían en la Gran Manzana que he olvidado por completo que mañana trabajo - Las dos de la mañana, ¿Zia que estás haciendo con tu vida?. Mañana desearás haberte muerto cuando suene el despertador a las cinco y media - cuando he visto la hora en mi viejo teléfono no podía ni creérmelo. Por cierto, si hablo sola bastante a menudo. Es lo que tiene independizarte y no compartir tu hogar.

Como cualquier persona normal que se precie a la que solo le queden tres horas y media de sueño decido mirar mis redes sociales antes de dormirme. Todo está repleto de influencers y millonarios amigos de mi familia que viajan sin descanso, como todo el mundo envidio sus vidas hasta que recuerdo que fue elección mía el no pertenece a ese selecto club. Veo fotos de mi hermano mayor en las Maldivas, reconozco la playa aunque hace muchos años que no la vea. Está en Meeru, es una de las islas que mi padre regaló a mi madre cuando todavía eran felices, bueno o eso supongo yo que todavía ni había nacido. Todo iba bien hasta que una foto del innombrable junto a su maravillosa familia, entiéndase la ironía, ocupa la pantalla de mi teléfono recordándome que solo faltan tres semanas para la maldita fiesta, y para su vuelta a la capital. Temo el momento en el que sea él de verdad y deba cruzármelo, tiemblo al imaginármelo.

- ¿Por qué no le he bloqueado en Instagram? ¿Por qué? - Un momento, ubicación - MADRID - ¿ya?, no puede ser.


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Quieres querermeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora