Vale, es hora de bajarme de este coche. El taxista lleva parado unos minutos y parece que se está impacientando, pero es que no se como voy a enfrentarme a esa maraña de gente que quiere arrancarme las entrañas, y menos ahora. ¿Por qué es todo tan complicado en mi vida?, ¿no podría anunciar su divorcio mañana?... siempre hay algo que lo fastidia todo, y ese algo en mi vida es por norma Sebastian.
- Señorita - carraspea el pobre hombre que ya está cansado de esperar - ¿quiere que la acerque a algún otro sitio?.
- No disculpe señor, solo deme un segundo más para respirar por última vez y saldré - le digo con cara de pena.
Quince minutos y muchas cara de pena después a este buen hombre decido que es hora de enfrentarme a esta jauría. Cojo aire por última vez y espero a que el taxista saque la maleta del maletero para abrir la puerta, en cuanto la tengo en mis manos corro lo más rápido que puedo escuchando y dirigiendo mi sonrisa a todas las cámaras sin soltar ni prenda. Casi todas las preguntas estaban relacionadas con el divorcio del día "¿Es cierto que el divorcio de Sebastian está relacionado con tu desaparición estas últimas semanas?", "¿Te veremos al fin de blanco al lado de Sebastian?", "¿Sabes que existen fotografías en las que se os puede ver a ti a Sebastian muy amistosos en Praga?... es que ¿jamás se cansarán de inventarse cosas?. Otras muchas preguntas están relacionadas con Adriel, mis infidelidades y nuestra ruptura. Hablan tan rápido que da igual lo velozmente que camine, les da tiempo a disparar todo su discurso antes de que yo consiga llegar al portal de mi casa.
Justo cuando casi había logrado abrir la puerta una pregunta me impacto a mi y creo que a todos los presentes porque se hizo el silencio "¿Sabe Sebastian de su relación con el señor Scheidemann?". ¿Qué relación?, pero si jamás nos han visto juntos en público. Espero que no haya sido el rastrero de mi padre... Me he quedado tan traspuesta con esa pregunta que no me doy cuenta de que había dejado de seguir intentando abrir la puerta hasta que mi vecina del primero la abre desde adentro casi arrastrando mi cuerpo, saco la llave y me cuelo con mi maleta rápidamente. Solo espero que esto no arruine nada a Derek o ya tendría muchas cosas que perdonarme.
Dos horas después me encuentro sentada en el salón de mi casa con mis hermanos y mi madre enfrente. Ha sido verme por la tele y venir corriendo a interrogarme.
- ¿Por qué no nos habías contado nada? - creo que lo que Sebas les contó hace que se sientan culpables por no haber estado a mi lado en esos duros momentos.
- Hice lo que creía que era lo mejor para todos en ese momento, estoy bien, el resto da igual - intento sonar serena aunque recordar uno de los peores días de mi vida no me ayuda demasiado.
- No da igual hija, no da igual porque tu padre es un mal nacido, un cabrón que no ha mirado...
- Mamá déjalo ya - la que intenta calmar el ambiente es mi hermana Olivia que ni siquiera me ha mirado desde que ha llegado, sé que está disgustada conmigo porque por nuestro gran vinculo siempre nos lo hemos contado todo y se ha dado cuenta de que por mi parte no había sido del todo cierto.
- ¿Dónde has estado? - y Cayetano que en su vida había sonado dulce ni me había mirado así me sorprende dándome una dosis de valor para ser todo lo sincera que pueda con ellos, con ellos que son los que cuando les he dejado han estado siempre a mi lado.
La pequeña Amira sentada a mi lado aprieta mi mano animándome a que conteste - He estado en Praga mirando unas cosas que necesitaba y el de las fotos era solo un amigo. Necesitaba desconectar de todo lo que estaba pasando aquí. - La verdad espero que lo entiendan porque no tengo ganas de discutir.
- ¿Has estado con Sebastian? - pregunta mi madre, y la verdad espero que deje de insistir ya sabiendo lo que sabe que lo mejor para mí es volver con él.
- No le he visto, ya sé que se separa pero juro que no tengo nada que ver con todo eso.
- Pues él también ha estado fuera estas semanas - apunta mi melliza que parece la menos conforme con todo lo que digo, creo que está bien pero que bien cabreada conmigo.
- Ha estado con papá no conmigo Olivia, no tengo ninguna necesidad de discutir sobre este tema. Yo no he estado con él ni le he visto y desearía no volver a verle en un tiempo la verdad. Siento que estes disgustada conmigo por no habértelo contado, pero en ese momento necesitaba recomponerme sola - quería aclararlo luego a solas con ella, pero no soporto que me mire cómo si hubiese cometido el mayor error de mi vida. No me lo merezco.
Escuchamos como se abre la puerta de entrada y todos dos giramos a mirar - aquí llega tu chico de la compra, supuse que necesitarías víveres y nuestra compañía... - y Adriel se calla en cuanto nos ve a todos. Celia más discreta me regala una mirada que pretende calmarme porque me conoce y sabe que no estaban las cosas tranquilitas por aquí.
- ¿Esta boda no es mentira? - y con esta pregunta de Ferran acabaran de solucionarse todas las dudas, o eso espero.
- Es mi mejor amigo - aclaro - papá me chantajeo y acepté su propuesta de la promoción en el bautizo. Solo era eso, la boda ya no le interesaba. Era mi vuelta lo que quería- y me encojo de hombros. Nadie muestra cara de alucinación porque supongo que se lo esperaban, se esperarán ya de todo...
- Lo hizo por salvarme a mi - y Adriel se acerca colocándose entre mi madre y yo y me abraza por la espalda - mis padres son muy conservadores y no saben de mi condición sexual, pero no soy muy discreto con mis relaciones y vuestro padre se sabía bien mi vida. Aceptó para cubrirme.
Caye suelta un puñetazo al aire tirando un jarrón que descansaba en medio de la mesa de comedor, todos nos quedamos quietos y el se disculpa - ¿algo más que deba saber de ese ser tan repugnante que nos dio la vida? - está rojo de la ira.
- Bueno, a mi me pegó...
- Adriel - soltamos Celia y yo callando su bocaza - lleva años chantajeándonos a todos - continuo yo - y lo seguirá haciendo.
- Pero tú eres su blanco favorito - y esta vez es Celia quien abre la boca.
- Y algo se trae entre manos con Sebas por lo que me ha comentado Rodri no se separan- Olivia me mira pidiéndome perdón, entiendo que está esforzándose en entenderme. Lo que me fastidia es que tenía esperanzas en que mi cuñado supiese algo más de lo que nosotros podíamos saber, pero por lo que se ve no es así.
La puerta vuelve a sonar y yo me agobio porque en esta casa ya no cabe nadie más. Me levanto para abrirla porque todos estaban esperando que la abriese la señora de servicio que no tengo. No observo ni la mirilla antes de abrir la puerta y que error tan grande.
- ¿Qué haces aquí? - mi cara es un poema.
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Quieres quererme
RomanceNada es lo que parece. Todos tienen algo que esconder. ¿Quieres saber lo que es?