Me despierto con cincuenta cabezas encima, me falta oxígeno.
- Estoy bien - digo intentando incorporarme.
- ¿Cómo vas a estar bien?, si te encontrases bien no habrías acabado en el suelo - escucho a Dereck aunque no pueda verle la cara, veo sus pies que no dejan de moverse de un lado a otro. Está histérico y eso no me ayuda demasiado, será mejor que le ignore.
- Dereck cállate - le suelta Celia que para mi sorpresa se mantiene en un segundo plano.
La última imagen que circuló por mi mente vuelve a ella y con la misma la noticia del accidente. Se me revuelve el estómago de nuevo, pero no puedo quedarme aquí tirada. Intento levantarme pero no me dejan.
- Tengo que ir al hospital - les anuncio mientras lucho por incorporarme de nuevo.
- No te preocupes ya hemos llamado a una ambulancia, tu túmbate cielo - y veo a Paula, la señora tan entrañable que me entrevistó. Tiene una voz tan dulce y un tono tan de madre que no puedo gritarle.
- Yo estoy bien, mi hermana, mi cuñado y mi sobrino han tenido un accidente - intento utilizar su mismo tono mientras la miro, pero el nudo en mi garganta se disuelve y dudo mucho que consiga cerrar este grifo hasta que sepa que es lo que ha pasado - necesito ir ahora.
Todos se callan. No sé cuanto tiempo ha pasado hasta que le he escuchado, pero a mi me han parecido años - Yo te llevo - y le veo, al tercero en discordia. No sabía ni que seguía aquí, pero sí es el único que se ofrece a llevarme aceptaré la mano que me está tendiendo. Ahora mismo la historia que ellos tres tengan entre manos me da igual.
Me ayuda a incorporarme y todos permanecen todavía callados, en estado de shock. Solo Dereck cuando por fin cruza su mirada con la mía parece tener la intención de abrir la boca, pero al ver lo cargada de rabia que me siento se calla.
No me suelta en ningún momento hasta que me ve sentada en el coche y es él quien abrocha mi cinturón. Conozco a Sebas y sé que tampoco quería que me levantase de ahí hasta que me hubiesen realizado un chequeo completo, pero también me conoce y sabe que me habría ido aunque fuese sola.
Permanecemos en silencio en todo momento hasta que recuerdo algo.
- No sé en que hospital están - y hago por buscar mi teléfono pero como no me he traído nada conmigo no lo tengo.
- Tranquila - me mira, sabe que es lo que está pasando por mi cabeza - llamaré a Aitor.
Le miro, pero no le contesto, solo espero a que la voz de su amigo inunde este coche.
Escucho cuatro zumbidos de esos antes de que él conteste.
- Estoy con Zia y estás en manos libres - se adelanta a lo que pueda decirnos y en el fondo se lo agradezco, no sé si estoy preparada para escuchar lo que tenga que decirnos.
- ¿Está bien?, han estado intentado volver a localizarla pero no ha habido manera - menudo susto que he debido pegarle a mi madre.
Espero a que sea Sebas el que conteste, es como si me faltase fuerza para emitir algún sonido, él me observa preocupado hasta que su amigo nos despierta - ¿Estás ahí?, ¿me escuchas?.
- Si, te escucho - le contesta mientras devuelve la vista a la carretera - Se desmayó y se dejó el móvil en su trabajo.
- La revisaré en cuanto lleguéis - siempre ha sido así, pero no pienso dejar que me toquen hasta que les vea.
- No tardamos - es lo último que dice y cuelga.
Por lo menos me tranquiliza saber que están en buenas manos, no sé si en las mejores pero sí que tengo ciega confianza en Aitor. Él siempre ha estado ahí cuando las cosas se ponían feas y aun siendo amigo de mi cuñado y de mi hermana jamás les contó lo de mi operación, ni a Sebas lo de mis terapias.
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Quieres quererme
RomanceNada es lo que parece. Todos tienen algo que esconder. ¿Quieres saber lo que es?