Capítulo 38

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- Mandaré a alguien a buscarte. Discúlpame ante tu familia. - es lo primero que dice cuando acabo con mi relato.

- ¿Qué dices? - no puede estar dejándome por esto, no puede estar dejándome ahora que me ve aquí destruida y hecha un mar de lágrimas.

- Tengo que irme - literalmente empieza a caminar para alejarse de mí.

- Dime que es una broma . DÍMELO - ni siquiera detiene su paso ante mis lamentos. - Estás viéndome destrozada y te vas, me dejas sola.

No se gira, no dice absolutamente nada y se larga. No ha dado nada de valor a mi valor al contárselo, nunca pensé que fuese a reaccionar así. Me giro y leo una y otra vez el epitafio escrito sobre su tumba: "Sé valiente para vivir según tu corazón".

- Lo he hecho, he sido valiente y he hecho caso a mi corazón. El único consejo que puedes darme y es una mierda - estoy siendo injusta, pero ahora mismo odio todo lo que tenga que ver con todo esto. Necesito salir de aquí y suplicarles a mis padres que no lo cuenten, no es necesario.

Empiezo a caminar. No pienso esperar a que nadie me recoja, era lo que me faltaba. Cruzo el arco de la derecha de todo, por el que entramos juntos, él sigue allí dentro del coche. Abre la puerta y en mi interior suplico porque diga algo que lo arregle todo.

- Tardarán cinco minutos - es lo único que suelta.

- Vete a la mierda - y sigo mi camino.

Aprovecho la luz de una farola y el espejo de un coche para arreglar mi desastrosa cara, no pienso contarles nada de esto a ellos. Hace poco que me he enamorado de él, se me pasará pronto. En cuanto me veo pasable dejo la tarea y continuo con mi paseo.

El móvil vibra en mi mano y yo me asusto dejándolo caer. Estoy prácticamente sola en la calle y es de noche, aunque me haya pasado la vida evitando el pensar en que todas esas desgracias que veo en las noticias me pasarán a mí, un poco de miedo tengo. Me giro temiéndome encontrar un teléfono totalmente destrozado porque no he vuelto a escucharlo sonar, pero no, está intacto. Suspiro aliviada y al levantar mi vista ahí está él, en su coche, siguiéndome. En ningún momento me pide que suba o me habla. "Menos mal que tenía algo importante que hacer", es lo primero que pienso.

Ya veo la puerta de la casa en la que he crecido, él sigue tras mis pasos. Podría no entrar y hacerle morirse del asco durante toda la noche dentro de su coche, pero yo me moriría de frio. Llamo y Selenia me abre la puerta con una sonrisa.

- Temo que te equivocas si ves un atisbo de amistad entre estos dos querida Selenia - no sé que hago diciéndole esto a ella, pero me ha salido solo. Si alguien piensa que mis padres volverán a ser algo más que enemigos está muy equivocado.

Me dirijo a la sala y los veo a todos.

- ¿Dónde está Dereck? - hasta hace un segundo en la puerta de tu casa tras haberme dejado tirada.

- Ha tenido que irse a un viaje urgente - finjo lo mejor que puedo en estos momentos y solo Oli me mira extraño. Me caerán preguntas sobre este tema.

- Ya estamos todos, ya podéis contarnos eso tan importante - Ferran cállate.

Esto se me va de las manos, al final va ha suceder sin haber tenido tiempo de decirles que no es lo que quiero. Menuda nochecita. Mis padres me miran y espero que entiendan mi mirada de súplica. Veo como mi padre empieza a mover sus labios y me obligo a pensar rápido en una salida - Bueno

- Lo mío es más importante, me caso - no sé que leches acabo de hacer, pero he pensado lo más rápido que he podido en una solución y esta ha sido la única manera que he encontrado de callarles a todos. Les he sorprendido y ha sido efectivo.

Quieres querermeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora