Capítulo 43

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- Se va a Alemania.

Celia y yo suspiramos - Ah ya! Me dijo que tenía que irse esta semana. - niega con la cabeza y no me mira.

- No Zia.

Es ahí cuando lo entiendo - Para siempre - confirmo y dejo que toda la indiferencia que había ido acumulando a lo largo de mi vida salga a flote en estos momentos. - No sabía nada.

- Tenía que decírtelo porque te acabarías enterando, toda la empresa piensa que si os vais a casar te irás con él - genial, sigo siendo el cotilleo de esa gente. Soy popular, eso seguro.

- ¿Siguen confiando en qué acabe casándome con alguien?. Joder, sí que son optimistas.

- Están preparando un evento de despedida en el que se revelará el nombre de la persona que se quedará a cargo de esta sucursal y Maik quería entregarte la invitación, pero a mí no me parecía una buena idea. Por eso discutíamos.

- No pienso pasarme, no me gustan demasiado los eventos de ese calibre.

- Normal - me da la razón, es que la tengo.

- ¿Estás bien? - Celia tranquila.

- Claro, ¿por qué iba a estar mal?. Ya me lo había advertido - es cierto, me lo avisó. Solo faltaba en su frente un cartel que pusiese en letras bien grandes "no te enamores de mi, me voy a largar sin ti". - Bueno os dejo, creo que me iré a casa a trabajar. No me apetece demasiado pisar la oficina por la tarde - me pongo en pie sonriendo de la forma más veraz que encuentro.

- ¿Seguro que no quieres que te acompañe?.

- Me encuentro estupendamente, además a nadie le convencía demasiado como mi pareja. Tanta gente no podía estar equivocada. - vuelvo a reírme.

Me despido de ambos con un beso y un abrazo, que suerte tengo de tenerles a ellos en mi vida.

- Gracias Adriel, - digo dándome media vuelta cuando ya estaba por irme - por contármelo.

La verdad es que pretendía irme a casa, pero me he puesto a dar vueltas por el centro y se me han hecho las cinco de la tarde

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La verdad es que pretendía irme a casa, pero me he puesto a dar vueltas por el centro y se me han hecho las cinco de la tarde. He aprovechado para mirar con detalle cada uno de los rincones de la ciudad que me ha visto crecer, llorar, soñar... y a este paso supongo que será mi Madrid también el que me verá apagarme. No dejo de encontrarme con parejas de la mano o que se besan con una pasión desmedida en el medio de la calle, algunos se hacen fotos, otros me han pedido que se las haga y otros simplemente se disfrutan. Esto es algo que me pasa siempre, justo cuando pierdo algo es cuando no dejo de verlo por todas partes. Ya sea un pantalón que no puedo volver a ponerme o el amor al que no pienso volver a abrirme. ¿Para qué?, ¿para que me hagan daño de nuevo?.

Me jode no haber sido consciente de los pocos recuerdos bonitos que he podido guardar en mi retina de él, de nosotros... no hemos hecho nada así, no hemos paseado por las calles de ninguna ciudad abrazados y sonriendo, no he podido mirarle mientras observaba nada que no fuesen las vistas desde su oficina o a mi desde los pies de su cama. Quizás por eso no ha salido bien, ni podría haber salido bien, porque aunque le quiera a él yo deseo tener una relación normal. Siempre he estado buscando la normalidad y me he acabado enamorando de otro de los de esa especie a la que nunca he querido pertenecer. Quizás es solo eso, quizás es solo que lo del amor real no es para mí.

Quieres querermeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora