Capítulo 13

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- ¿La versión reducida te sirve?

- Creo que tenemos tiempo para la extensa - me sonríe con una mueca perfecta.

- He discutido con mi familia.

- ¿Qué tiene que ver Blazquez en todo esto? - cada vez que pronuncia su apellido su cara es de absoluta repulsión, al final todo el mundo odia a Sebas.

- Que he discutido con mi familia por culpa de Sebas -  mi tonito interrogante ha sonado desagradable incluso en mi cabeza. Deseo que no siga pero él parece dispuesto a querer saberlo todo.

Me sujeta por la espalda dirigiéndonos a ambos de nuevo al sofá blandito y yo no se por donde empezar, no es fácil contar algo por lo que es probable que vayan a juzgarte o a compadecerte... odio la pena.

- Puedes empezar por el principio.

- Sebas y yo éramos la pareja perfecta, llevábamos juntos desde el instituto y teníamos intención de pasar juntos toda la vida... bueno yo la tenía. Mi relación con mi familia era maravillosa y con mi padre aunque hablaba lo menos posible, digamos que no nos molestábamos, o eso creía. Todo era idílico, y aunque no estudiaba periodismo como mis padres deseaban me soportaban con mis cosas de oveja negra... y bueno Sebas era uno más en mi casa, mi madre y él se entendían a las mil maravillas. Vivíamos juntos desde que empezamos en la universidad y salimos cada día con Olivia y Rodrigo... jamás he vuelto a ser tan feliz. - las primeras lágrimas asoman, y aunque llorar delante de la gente no se me da bien, todo esto está removiendo demasiado mis emociones - Sus padres siempre habían sido muy correctos conmigo y parecían felices de que su hijo pensase formar una familia conmigo, es más, siempre nos insistían con lo de tener nietos pronto y esas cosas - intento sonreír para que su mueca de pena se disipe, pero mi sonrisa ha debido de ser un fracaso.

- ¿Él no quería una familia?

- Si, claro que si. De hecho ese mismo mes de mayo organizó para mi una impresionante fiesta llena de luces, gente, música fantástica... la mejor fiesta en la que he estado nunca. Esa misma noche en la soledad de nuestra habitación me pidió que me casase con él y como el dinero jamás había sido un problema para nosotros acepte que el anillo de la familia de su madre adornase mi dedo - el llanto se ha vuelto más profundo - y aunque no quise verlo en ese momento ahora sé que el discurso de Adriel es mucho más sincero - me encojo de hombros y respiro ahogada, sorberse los mocos es de mala educación y poco romántico pero lo necesitaba.

Sin una sola mueca de desagrado ante mis malos modales parece confuso - Pero no os casasteis nunca, ¿no?

- No, y no fue por todo eso que cuentan de que le fui infiel. Me da igual si no me crees, pero es la verdad y... - hablar de esto me cabrea.

- Tranquila fiera - dice acariciando mi espalda para que me relaje - te creo - y me sonríe con cariño y vuelvo a quedarme embobada mirándole - Pero no entiendo como de tanta felicidad llegasteis a esto...

- Bueno, empecé a encontrarme mal y descubrieron que mi útero estaba infestado de miomas, eran benignos pero eran tantos y tan enormes que la única solución que encontraron los médicos en ese momento fue eliminar el problema del todo - lloro amargamente y él me abraza - Sebastian al principio estaba conmigo en todo momento pero cuando su madre se enteró todo se volvió un caos y todavía no entiendo como llegué a aquel despacho nada más salir del hospital, como mi padre me repudió más todavía y como volví sola a casa aquella tarde - y ahora rota del todo sé que no seré capaz de seguir hablando, es la primera vez que se lo cuento a alguien que no es Celia, ni Adriel lo sabe todo, y no me siento incomoda ni rechazada.

Sus brazos rodeando mi cuerpo estaban cada vez más tensos - Tu padre sugirió la idea de las infidelidades y el cabrón de Blazquez aceptó - y yo no contesto solo sigo llorando apoyada en él y por él. Me siento bien a su lado a pesar de haberle contado todo esto, me siento bien en este silencio que ahora nos envuelve. 

Después de un rato sin movernos, cuando mi respiración se ha vuelto más normal él deshace el cómodo abrazo para mirarme - Pero, ¿por qué ese mosqueo con tu familia?. Ellos ya sabían que todo esto había pasado.

 Niego con la cabeza - Se han enterado hace un rato cuando él ha ido a contárselo, supongo que para de alguna manera impedir mi boda - me encojo de hombros.

- ¿Por qué?, ¿por qué no se lo habías contado?.

- Tenía miedo, mi mejor apoyo me abandonó... ¿y si ellos lo hacían también?.

- Deberías decirles a donde vas, están preocupados y es normal - contesta sereno mientras recoge con cuidado las lágrimas que se han quedado en mi cara.

- Lo haré, en cuanto sepa a donde me dirijo y encuentre un nuevo tele...

- Espera, ¿no sabes a donde vas? - me mira sorprendido.

- La pelea ha sido ahora mismo y cuando he llegado al aeropuerto todos los mostradores estaban cerrados. En cuanto abran tomaré el primer avión y me buscaré un nuevo número de teléfono para que Sebas no pueda localizarme.

- Vente conmigo - y al fin del mundo me iría con esa mirada de intensito que se le ha puesto, pero no es una buena idea.

- Necesito estar sola - digo amable para que no me malinterprete.

- Yo haré una primera parada en Praga porque tengo una reunión urgente y luego me iré a Alemania, puedes quedarte en Praga y luego volveré a por ti. Son tres semanas y es un buen sitio para desconectar - me sonríe y la idea me tienta pero...

- No quiero molestar.

- No molestas, es más me vendrá bien algo de compañía en el avión... si te quedas los fotógrafos te encontrarán enseguida - me alienta a que diga que si y tiene razón.

- ¿Cuándo nos vamos?


Queda menos para que sea viernes 

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Queda menos para que sea viernes 

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