No he estado haciendo nada malo, pero me siento en este momento casi tan culpable como si le debiese miles de explicaciones. Todo mi cuerpo está contraído esperando ser regañado porque sé que le he fallado, no es mi pareja, pero si se ha preocupado por mi y gracias a él he podido vivir alejada del mundo mediático y de mis problemas tres semanas enteras. En estos momentos mi cerebro solo puede pensar en lo cerca que han de estar todos de encontrarme y mi padre de ahorcarme por haber desaparecido sin avisarle rompiendo mi parte del pacto... si pienso en volver a mi vida me invade la inestabilidad, me ahogo porque el aire no llega a mis pulmones como lo ha hecho siempre y no veo ni escucho nada más allá de mi cerebro o mis propios y acelerados latidos. No quiero volver.
Todos permanecemos estáticos nadie ha dicho nada y ambos me miran como si estuviesen viendo un fantasma.
Se que ambos me están hablando pero no puedo oír que quieren decirme, escucho gritos y flashes y más gritos e insultos. No puedo respirar y todo mi mundo parece querer acabarse aquí pero alguien me eleva del suelo y me deposita justo enfrente de la ventana, está abierta y puedo ver como el anochecer inunda a esta preciosa ciudad de tranquilidad. El viento helado me golpea en la cara y respirar parece una tarea más fácil que hace unos segundos. Alguien acaricia mi espalda pero no quiero girarme a mirar, no puedo más bien, no tengo fuerzas para enfrentarme a nada... y con este pensamiento abro el grifo al llanto más desconsolado que recuerdo, un llanto de desesperación. Me abrazo a quien me ha acompañado y escondo mi cabeza en su cuello para que nadie pueda ver lo descompuesta que me encuentro, su perfume no deja lugar a dudas a cerca de su identidad.
- Lo siento, siento no haberte hecho caso. Tenias razón - y no puedo seguir hablando porque las cataratas parecen no tener pensado secarse. Hipo y respiro ahogada y sigo llorando porque sin que ningún misil de guerra me haya alcanzado, todavía, vuelvo a sentir miedo de todo, vuelvo a sentirme sola a pesar de tener gente que me quiere y me ayuda a mi lado como lo está ahora Armin, vuelvo a tener la certeza de que jamás seré feliz... vuelvo a odiarme y a sentirme terriblemente mal por existir.
- No pasa nada, no te preocupes. Todo se arreglará, ya veras - y sigue acariciando mi espalda dejando que poco a poco mi respiración se acople a la suya.
- ARMIN SAL DE AQUÍ YA.
Instintivamente me agarro a él como si fuese mi último salvavidas en medio de este océano lleno de peligrosas corrientes y mi amigo no ha hecho ni el amago de moverse, pero no es justo. Ni una sola persona más se merece seguir sufriendo por mis problema, bastante daño he hecho ya. Me separo lentamente de su cuerpo y le miro suplicándole que haga caso a sus palabras, no necesito más gritos ni más cargos de conciencia.
- ¿Segura? - me pregunta no muy convencido mirando mis lágrimas que todavía no ha cesado.
Asiento y cuando siento que se aleja giro mi cuerpo enfocándome en las vistas e impidiendo al señor gruñón verme en este lamentable estado. En cuanto siento el portazo recuerdo como si de un flash se tratara nuestra última conversación por teléfono.
- Tenías razón, no tenías que haberme regalado nada. No he hecho nada para merecérmelo, - ha apostado por el caballo perdedor - y tranquilo intentaré a toda costa que mi padre no se entere de que has sido tu el que me ha ayudado en mis disparates. No quiero que tus negocios se vean truncados por mi culpa.
Han pasado varios minutos y solo recibo un doloroso silencio por su parte, no sé como girarme y encerrarme en el único lugar en el que ahora mismo me siento segura. Nunca pensé echar tanto de menos mi diminuta habitación y sus cuatro cosas de Ikea, pero el saberme sola en mi llanto siempre consigue que mi ansiedad se esfume de apoco. Cualquier persona se giraría y le enfrentaría con la verdad, pero ahora mismo tengo cero fuerzas para aclarar nada y cero ganas de seguir reteniendo a gente a mi lado a la que poder dañar sino ahora en un futuro cercano. Mi vida es siempre así. Es la hora y me giro buscando con la mirada la manilla de la puerta, mi objetivo ahora mismo.
- Ya no existen esos negocios - responde deteniendo mi paso.
- ¿Ha sabido que me has ayudado? - pregunto sin mirarle aun.
- Ha pensado que estabas conmigo y Sebastian también ha supuesto lo mismo. Los dos han aparecido reclamándote justo cuando tu foto con otro ha inundado los portales de internet.
Me giro sorprendida - ¿No ha sido mi padre quien ha dado luz verde a su publicación? - y él niega con la cabeza - ¿qué hacían justos después de que Sebas le haya contado la verdad a mi madre y a mis hermanos?, ¿no se supone que deberían de ser una especie de enemigos? - me dejo caer en la moqueta que calienta el suelo del saloncito de esta magnifica suite agarrando mi cabeza tan fuerte que parece que fuese a caérseme como una pieza más de todas las que no encajan en este puzzle.
Se acerca lentamente hasta sentarse a mi lado - he sido yo quien ha dado la orden de que publicasen las fotografías.
Por primera vez le miro y no entiendo nada - ¿POR QUÉ? - esto si que no me lo esperaba - ¿tú?, te he contado lo mal que lo pasé la última vez que algo así sucedió. No me lo esperaba de ti - le miro decepcionada y en su mirada no atisbo ni un solo atisbo de culpa - sabes que no me dejarán en paz y me perseguirán haga lo que haga.
- No será así, solo serás noticia hasta que algo más suceda y te haga caer a ti y a tus supuestas infidelidades en el olvido.
- No necesitaba que me dieses ninguna lección. Sé que no hice caso de los consejos que tu mandabas a Armin que me diese, - y él sonríe como si no supiese que ni su sonrisa me importa en este momento - pero eso no te da derecho a elegir por mi. Podrías haberle dicho que me dijese que estaban buscándome... no sé, lo que fuese pero no tenías porque dejarme de nuevo a los pies de los caballos.
- Era la única manera de que se creyesen que no estabas conmigo. - responde rápidamente - Tranquila todos lo olvidarán pronto, lo juro.
- ¿Cómo lo sabes?, ¿tienes otra noticia bomba que revelar? - le pregunto con fingida felicidad.
- Yo no tengo nada más que mostrar al mundo.
- ¿Entonces?
- Blázquez anunciará esta semana su divorcio.
Sin un poco de sombra nunca hay claridad
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Quieres quererme
RomanceNada es lo que parece. Todos tienen algo que esconder. ¿Quieres saber lo que es?