- Si vas a seguir cubriéndole por lo menos acuéstate con él - dice mi perfecto amigo entrando por la puerta.
- Gracias Adriel - digo feliz mientras me acerco a besuquearle toda su preciosa cara. Odio los besos pero esos segundos pensando que contestaría me han puesto vulnerable.
- Si se llama Sebas igual ya se han acostado... - dice con rintintin Juan. Anda que se ha integrado bien en el grupo el tío, no se sabe ni la historia y ya puede boicotearme.
- ¿Qué? ¿Ya me has puesto los cuernos?... Ni veinticuatro horas me has respetado.
- Primero no se si nos hemos acostado o no y segundo no tengas morro, tu te has tirado al taxista. Estoy dispuesta a escuchar lo bien que te lo has pasado cuando solucione esto - me dirijo al vestidor de mi amiga - Voy a robarte algo decente para una reunión con el jefe de la banda organizada que adorna mi portal y los vuestros.
- ¿Estás segura? nunca te ayudaría si él no sale beneficiado - preocupada mi amiga se asoma dejando caer su cuerpo en el marco de la puerta - bueno ya sé que es tu padre pero no te ha ayudado mucho y...
- Lo sé, es mi padre pero lo conozco y no dejaré que lo que planea me afecte, no te preocupes - aclaro. Sé quien es y de lo que es capaz así que no seré yo la que lo disculpe ante nadie, es mi padre pero he dejado de sentir el mas mínimo aprecio por el hace mucho.
Cierro los ojos y recuerdo como me miró aquel día, sin un atisbo de culpabilidad, mientras me recordaba que desde ese momento yo sería una víbora a ojos de todos. Jamás habría imaginado que mi propio padre podría reírse en mi cara mientras me daba esa noticia sabiendo que mi mayor pilar, el único hombre al que había querido, no estaría en casa para consolarme cuando saliese de allí. Los dos me hicieron daño, los dos me dejaron sola y aún así les protegí a ambos.
Abro los ojos y Celia ya no está, suspiro y decido darme una ducha y vestirme antes de enfrentarme al demonio.
- ¿Tan lúgubre? - recrimina Adriel mi atuendo cuando aparezco en el salón de nuevo.
Me había decidido por un vestido negro ajustado con un hermoso cuello barco y unos zapatos del mismo color. ¿Qué pasa? A mi el negro me parece sexy.
- Me gustaría ser la más mona del velatorio.
- Pues que casualidad - dice mi amiga mientras los tres observamos la cara de confusión que asoma en su churri - Justo ese es el vestido que pensaba ponerme yo para tu entierro, pero te lo dejo. Te dejo ser la muerta más mona y con más estilo, es más, puede que en la corona que mande a adornarte escriba algo así - Nosotros nos reímos y Juan... pues el pobre Juan flipa en colores.
Veo a mi padrino al final del pasillo y le sonrío, es la primera sonrisa sincera que regalo hoy y se la merece. Es el hermano de mi padre y aunque fisicamente sean clavaditos personalmente no se parecen en nada, él es todo bondad y sentimientos bonitos. Mientras camino para alcanzarlo pienso en lo bueno que es el disfraz de mi padre ante toda su audiencia, nadie le conoce como nosotros, para ellos siempre será el pobre hombre al que sus hijos maltratan psicológicamente con sus desplantes. Como se lo ha montado.
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Quieres quererme
RomanceNada es lo que parece. Todos tienen algo que esconder. ¿Quieres saber lo que es?