Cap. 2

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Tanto Ash como la rata llamada Pikachu ingresaron nuevamente al callejón, siendo recibidos por los tres luchadores. Tanto el estudiante como el roedor esquivaron una potente patada y un poderoso puñetazo, para que luego uno de ellos golpeara con su cabeza al boxeador y el otro usara su rodilla para darle de lleno en el rostro al Pokémon que hacia kickboxing, dejándolo fuera de combate al primer movimiento (algo muy difícil de lograr tratándose de una persona común).

La joven veía sorprendida como el chico había decidió luchar contra aquel Pokémon, mientras los tres tipos la soltaban y le prestaban toda su atención a los intrusos. El Hitmontop comenzó a girar como si fuese un trompo y se dirigió hacia el chico, ya que Hitmonchan aun podía luchar contra la pequeña rata. Era raro ver que el simple hecho de aumentar el número de oponentes que iban a enfrentar los luchadores cambiaría las cosas.

El trompo viviente comenzó a dar fieras patadas al chico mientras este comenzaba a retroceder hasta salir del callejón. Al final, Ash pudo atrapar una de las patadas del Hitmontop para luego levantar al luchador y azotarlo con todas sus fuerzas contra el suelo, ese había sido un golpe fulminante para el pequeño. Pikachu por su lado seguía esquivando los ataques del boxeador con algo de dificultad.

— ¡Usa Impactrueno! —ordenó el entrenador de la rata haciendo que esta lo viera con algo de enojo por unos segundos pero al final terminó obedeciendo, aun cuando era un poco humillante para él.

El ataque eléctrico dejó paralizado a Hitmonchan haciendo que no se pudiera defender del puñetazo que el azabache le terminó propinando. Otro había caído fuera de combate.

Los vándalos no podían creer que un joven con un rostro que decía a leguas: "soy un idiota", pudiera vencer a tres Pokémon luchadores con sus propias manos ya que la rata solo había sido una especie de apoyo. Los tres se enojaron tanto que se lanzaron contra ambos pero aun cuando los superaban en número, ellos no eran nada comparados a un roedor con complejo de batería.

Un rayo se alzó en los cielos y la joven pudo ver que de sus atacantes ya solo quedaban tres cuerpos carbonizados y completamente fuera de combate.

— El Pokémon venció a los humanos y el humano venció a los Pokémon —murmuró la chica al ver a aquel dueto.

— Bien, no creas que por hacer esto ahora seremos los mejores amigos —dijo el de cabello negro mientras estaba cruzado de brazos y veía hacía su izquierda, sin saber que la rata estaba también de brazos cruzados y veía hacía su derecha.

La joven salió del callejón y al fin su salvador pudo apreciarla mejor, ya que en la oscuridad del lugar no había tenido el placer de verla detenidamente.

Cabello largo de color azul lisado, sujeto en dos broches dorados a cada extremo y ojos que hacían juego con aquella cabellera, su falda a cuadros, unas calcetas blancas con zapatillas cafés y al parecer lo que era de color marrón no era su camisa sino una especie de pequeño suéter sin mangas, mientras que su camisa en realidad era completamente blanca de mangas cortas y con el emblema del instituto de señoritas Pétalo de luna en el área entre el codo y el hombro. Además el simple parado de la joven demostraba que era alguien culta y con modales, muy diferente al chico o al roedor.

— Gracias por haberme ayudado —su tono de voz tan dulce era como música para los oídos del Pikachu— creo que volví a cometer el error de siempre —suspiró con aquellas palabras.

— ¿El error de siempre? —Preguntó el de ojos cafés.

— Ellos dijeron una gran verdad... tiendo a ser muy confiada.

— Espero esto te sirva de lección —fue lo único que dijo el azabache para luego comenzar a caminar.

— Ambos están heridos, por favor dejen que los atienda como muestra de gratitud —dijo la de cabello azul al ver que también la rata se estaba retirando.

VINCULOS IRREALESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora