Cap. 102

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— ¿Cómo llegaste aquí?

— Eso no importa, lo que importa es que vine para dejarles en claro que no están solos.

Serena seguía sin creer lo que estaba viendo, no entendía cómo Ash luego de lo que había ocurrido hubiera decidido seguirlos, aún así su corazón latía fuertemente al verlo a los ojos.

— ¡Maldita sea! ¡No entiendo por qué no me tienen confianza y me dicen qué piensan hacer!

— Ash... —Lyra intentó hablarle pero el nudo en su garganta se lo impedía.

— Creo que el idiota se merece una explicación Serena —Volkner por su parte estaba con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón.

— De nada servirá que le explique...

— Es lo menos que puedes hacer luego de que se tomara todas las molestias de haber venido —agregó Lance.

— ¿Y bien Serena? —Ash dio un paso al frente.

— No te acerques más —le advirtió la Tenshi mientras le apuntaba con su mano— sabía que tenía que venir a este lugar, pero jamás imaginé que las ruinas se alzarían al cielo y mucho menos que los Pokémon intentarían protegernos de cualquier intruso... son cosas que no sabía que ocurrirían.

— Serena por favor, creo que si me cuentas lo que ocurre podré ayudarlos.

— ¡¡Entiende que nadie puede ayudarnos!!

Aquel grito que resonó en un eco dejó sorprendido tanto a Ash como a Pikachu.

— ¿También está aquí Diancie?

— Así es, está esperando a que su amiga salga.

— Idiota... idiota... idiota... no debiste haberla traído... no debiste darle siquiera un poco de esperanza —las lágrimas comenzaron a brotar.

— Si no se lo dices tú, lo haré yo —Sabrina seguía con la cabeza agachada pero la rabia era algo que se notaba en sus palabras.

— No, yo debo hacerlo —se limpió las lágrimas mientras veía a Ash con seriedad— Ash... la tierra está muriendo.

— ¿Disculpa?

— Nosotros debemos... dar nuestras vidas para evitar eso.

Esas palabras fueron como una patada en el pecho para Ash.

Lo que no sabía el azabache o mejor dicho lo que había olvidado por completo era el pequeño comunicador que tenía en su oreja el cual se había activado justo en el momento en que Meloetta los hizo descender.

Una mujer de larga cabellera rubia luego de apaciguar la ira de tres chicas quienes se despertaron a primeras horas del día solo para darse cuenta que Ash se había ido, ahora estaba atenta escuchando todo lo que el chico oía. Las hermanas Berlitz y Leaf habían decidido quedarse con ella para poder escuchar también todo lo que Serena pudiera decir. Lo que le parecía raro a la madre adoptiva de las gemelas era el hecho de que podía escuchar todo, más no comunicarse con el azabache, era como si algo generara cierto tipo de interferencia.

— ¿A qué te refieres con eso, Serena?

— Tenshi... nosotros no somos ángeles, solo somos el resultado de la estupidez que pueden cometer los humanos.

— Tú deberías estar excluida de eso Serena —le corrigió Flannery con una ligera sonrisa— nosotros siete somos nada más que meros errores.

— ¡Maldita sea dejen de hablar así! —Ash comenzó a inquietarse.

— Ash deja que te cuenta una pequeña historia....

VINCULOS IRREALESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora