Cap. 34

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Se encontraban en una fábrica abandonada, posiblemente fundían mental en ella. Ash había seguido o había sido arrastrado por una extraña chica de cabello rojizo peinado de una extraña forma, la parte trasera se podía comparar con las aspas de un ventilador... o algo así, mientras una porción de su cabello cubría su ojo izquierdo, de cierta forma ese detalle recordaba a Cynthia.

La chica sonreía de forma presuntuosa, mientras esperaba a que el idiota hiciera algún movimiento. Un pantalón holgado de color azul y una blusa negra que le dejaba descubierto el ombligo eran las vestimentas que llevaba puestas.

— Y yo que pensaba que hoy sería un día normal —maldijo por lo bajo el de ojos cafés.

— No te ves para nada amenazante. Hasta debo decir que te ves lindo —había algo en aquel tono de voz tan juguetón que incomodaba a Ash.

— Dijiste una extraña frase, debo deducir que eres un Tenshi —temía decir aquellas palabras, pero debía hacerlo para estar seguro a lo que se enfrentaba.

— Entonces es cierto que nos conoces. Así es, mi nombre es Flannery y soy una chica "demasiado candente".

Ash dio un paso hacia atrás.

Su oponente era un Tenshi, el azabache no sabía qué clase de habilidades poseía la chica, podía esperar cualquier cosa, además no contaba con el apoyo de su querido roedor quien había decidido quedarse en el apartamento aguantando calor por alguna razón .

Flannery dio un chasquido de dedos alertando a Ash.

El calor que sentía por alguna razón aumentó y esto se debía a que una extraña y enorme criatura de fuego había hecho acto de presencia en aquel amplio lugar. Su aspecto parecía ser la de una especie de pato flameante súper desarrollado.

— Hace poco me hice amiga de este fuerte Magmortar —comentó la pelirroja mientras se colocaba a la par de aquella criatura y le colocaba una mano en el brazo— sé que no es justo que se manche las manos con tu sangre, pero es que yo no me quiero ensuciar el día de hoy, así que prepárate chico, que tu final ha llegado.

— Vamos maldita rata, tu entrenador está en peligro —pensó Ash mientras se tocaba su mano derecha, lugar en el cual descansaba su marca de nacimiento.

La marca de nacimiento hacía que el Pokémon estrechara lazos con un humano, además le avisaba a la criatura cuando su compañero estaba en peligro. Aquella marca era la combinación perfecta entre el estudio de la magia y la tecnología así que era una herramienta infalible.

Pikachu había sentido que Ash estaba en un grave peligro pero no hizo nada por salir del apartamento e irlo ayudar como lo había hecho cuando Misty y su Gyarados habían atentado contra su vida. El motivo era muy sencillo....

— Hace mucho calor, quiero un vaso de agua fría —se quejó cierta Berlitz de cabello azul oscuro.

— Quiero darme un baño. Cuando venga Ash hay que decirle que nos lleve a la playa —agregó una segunda joven quien se parecía mucho a la primera.

— No puedo creer que estés tan tranquilo en la cama Pikachu, ahí está realmente caliente —agregó una chica de pequeñas coletas.

El roedor estaba cuidando (según él) a las inquilinas del apartamento 303 y no se iba a mover de ahí aun cuando Ash corriera un gran peligro. Además, aun siendo un Pokémon le agradaba ver a las tres chicas en el suelo quejándose del calor mientras habían decidido andar solo en ropa interior por el apartamento. La de la idea había sido Dawn y las demás no dudaron en hacer eso, ya que la temperatura había llegado a un punto donde ya era insoportable.

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