Cap. 15

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Comían helado en una calurosa tarde de lunes.

Dawn parecía ser la que más empeño le había puesto al helado ya que no lo estaba comiendo, lo estaba devorando. Era como si ella fuese inmune al "congelamiento cerebral" que se da cuando se come algo frío de forma muy rápida. Ash y Lyra junto con la rata comían a pasos bastante tranquilos mientras veían un anime que el azabache tenía entre su colección de CD'S.

Ash por un instante meditó sobre el asunto de no haber asistido a clases, posiblemente el profesor Oak lo iba a reprender al día siguiente pero confió en que Gary lo cubriría en ese asunto. La Tenshi por momentos parecía estar presente solo en cuerpo ya que su mente había viajado al pasado, exactamente en el momento en que Trip le había hecho aquellas extrañas preguntas.

Cierta joven de cabello azul oscuro regresaba de un agotador día de clases.

Al parecer era escoltada por tres chicas quienes la acompañaban por el simple hecho de ser la señorita popularidad y pensaban que se volverían tan famosas como ella por el simple hecho de estar a su lado. Platina observó el cielo por un instante mientras parecía ignorar lo que había frente a ella en su larga caminata.

— ¿Qué sucederá si ellos no pueden callar a los tipos que saben donde se encuentra mi hermana? —Se preguntaba mentalmente— si ella se entera... Dawn... no, no pienses en eso Platina. Además, tú fuiste quien le dio la opción de escapar, de abandonar esa mansión que parece ser más una prisión.

— ¿Ocurre algo señorita Berlitz? —Se dirigió una de sus compañeras a ella, haciendo que reaccionara.

— No sucede nada, solo estaba recordando lo que me dijeron que iba a cenar el día de hoy —sonrió de forma amistosa la de hermosos ojos azules.

Las hermanas Berlitz vivían en una gran mansión, tenían para darse muchos lujos, pero para ellas, desde que tenían memoria, ese lugar era más una especie de prisión. Nadie sabía lo que ocurría realmente detrás de esas paredes, ya que en el exterior aparentaba que todo era normal en las vidas de ellas, pero todo era lo contrario.

Johanna Berlitz, la madre de las gemelas murió al poco tiempo de haber dado a luz y todo recayó en la servidumbre y en la que se convirtió en la tutora legal de las hermanas en hacer que sobrevivieran sin el calor materno, o por lo menos ese era el cuento que les decían una y otra vez a ellas.

La tutora de las gemelas era una mujer joven, quien no tenía más de 14 años cuando se quedó a cargo de ellas y se convirtió como en una especie de madre sustituta. Inclusive, ella había quedado a cargo de la gran fortuna de la familia ya que además de la madre, las hermanas no tenían ningún otro familiar y tomarían el poder de todos sus bienes cuando cumplieran la mayoría de edad.

Pero como se dijo anteriormente, ese tipo de información era para aparentar algo que no era, aunque tampoco podían decir que todo era mentira, ya que no era así... no del todo.

— Bien, supongo que hasta aquí llego yo —avisó la Berlitz mientras se detenía en una esquina y se despedía de sus compañeras— aun faltan cuatro años... pero eso no demuestra que ella nos dejará tranquilas... no, no lo demuestra —pensó en todo el camino de regreso a su hogar.

No tenía ni 10 minutos de haber entrado cuando uno de sus guardias (o guardaespaldas) había llegado a encontrarla.

— ¡Señorita Berlitz! —Dijo entre jadeos, al parecer había corrido para poder informarle lo más pronto posible a la joven sobre lo que estaba ocurriendo— no pudimos hacer nada, ellos le informaron sobre su localización y fue personalmente por ella.

VINCULOS IRREALESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora