Cap. 38

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Link City era un lugar algo alejado del mundo y que no necesitaba del apoyo económico de otras ciudades o personajes ajenos. De alguna manera se había podido convertir en un prototipo de utopía donde no cualquiera podía vivir ahí o siquiera asistir a la academia Unión. En los límites de la ciudad había muchas hermosas agentes de policía quienes estaban al tanto de los que entraban o querían intentar entrar a la ciudad. Pero, aún con toda la vigilancia, se habían infiltrado alrededor de tres personas con extrañas habilidades.

La primera de ellas era una niña de catorce años quien había perdido a sus padres y siendo una huérfana y quien era presa de la paranoia vagó por todas partes hasta llegar a la ciudad, lugar donde conocería a su amado hermano mayor. El segundo era un sujeto de chamarra azul y cabello rubio quien tenía cierta empatía por los Pokémon eléctricos. Por último estaba una chica con un cuerpo candente quien intentó asesinar a un simple y común estudiante.

Estos personajes no tenían ningún parentesco o algo en común... salvo el extraño hecho de sus habilidades tan anormales y que carecían de una marca de nacimiento pero que aun así podían vincularse con más de un Pokémon.

Haciendo a un lado a esos intrusos, en Link City era raro ver alguna anomalía como un crimen o un asesinato, prácticamente se había convertido en un pequeño y casi llamado paraíso. En la ciudad se podían apreciar muchos centros comerciales con todo lo que algún estudiante o persona (o Pokémon) de la ciudad necesitara.

En uno de los muchos centros comerciales se encontraba cierto estudiante quien se dirigía a comprar las provisiones de los siguientes quince días.

Ash Ketchum era un joven de dieciséis años quien nunca en su vida había hecho un vínculo con algún Pokémon, aún teniendo una marca de nacimiento. El motivo era desconocido para muchos, menos para los más cercanos a él. De la noche a la mañana su vida cambió y terminó vinculándose con un roedor llamado Pikachu.

El azabache observaba todos los locales mientras a su lado se encontraba una joven de largo cabello negro y ojos azules. Su nombre era Platina Berlitz.

Platina provenía de una de las familias más adineradas de la región, además tenía una belleza que cautivaba a muchos. Lo que nadie sabía de ella y su hermana gemela Dawn, era que la forma en que había venido al mundo había sido de forma artificial. La joven Berlitz era a lo que muchos podrían llamar un clon, el clon de Dawn Berlitz. Aún así, la relación de ambas era la de verdaderas hermanas.

En algún momento Platina terminó viviendo en el apartamento de Ash y al estar acostumbrada a la buena vida, le era muy difícil adaptarse al estilo de aquel estudiante. Aunque sin darse cuenta, un extraño sentimiento fue creciendo poco a poco en lo más profundo de su corazón.

La joven Berlitz caminaba al lado de aquel "plebeyo" mientras iban tomados de la mano, las personas que los veían pasar los confundían y hacían comentarios como: "qué bonita pareja hacen" "El amor de juventud es tan hermoso"; y cosas por el estilo. Esto solo provocaba vergüenza en Platina pero no era una excusa para soltar la mano de Ash. La de cabello azul oscuro veía de reojo a su distraída pareja quien al intentar cruzar mirada con ella rápidamente la evadía.

— ¿Qué piensas comprar hoy plebeyo? —Preguntó mientras caminaban y veía el suelo.

— Ya te dije que pienso comprar el alimento de los siguientes quince días. Ya mis familiares me mandaron el dinero y debo llenar la alacena —Ash por su parte seguía fijo observando los locales.

— ¿Entonces por qué mejor no fuimos a un supermercado?

— Es que quería aprovechar para comprar algo más. Si administro bien el dinero creo que podré comprar algo extra.

VINCULOS IRREALESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora