Cap. 32

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En Link City se encontraba una de las academias más reconocidas a nivel mundial, la llamada academia Unión, lugar donde se les enseñaba a los jóvenes todo lo relacionado a la marca de nacimiento y a cómo cuidar a un Pokémon. Su clima era bastante irregular, así como habían días lluviosos, también los había bastante fríos o secos. Pero nunca antes nadie había experimentado un calor tan abrazador como el que se podía sentir en ese momento.

Era una calurosa mañana del día domingo y algunas personas se lamentaban porque tenían que trabajar en un día como ese, pero no tenían elección alguna. Las calles no estaban muy congestionadas y los pocos peatones que las recorrían estaban sumergidos en su propio mundo, posiblemente pensando en alguna forma para combatir aquel ambiente tan caluroso.

De pronto muchos fijaron su vista hacia una persona en particular. Los ojos de los hombres parecía que se les iban a salir de sus cuencas, mientras que las mujeres parecían indignadas con lo que estaban presenciando. Era de esperarse ese tipo de reacción si se ve a una chica caminando tranquilamente por la calle en ropa interior... y más si esta chica tiene un cuerpo muy provocador.

— Yo que vengo a la ciudad y me encuentro con que están afrontando un calor de los mil demonios... y yo que amo tanto el calor. Esta es la excusa perfecta para deleitar al mundo con mi hermosa figura —la joven se detuvo en medio de todas las personas mientras extendía sus brazos, parecía como si estuviese exhibiendo aquel conjunto negro.

— ¡Señorita, debería cubrirse un poco! —Un hombre quien se veía bastante humilde se le acercó a la joven con la intención de cubrirla con su abrigo.

— ¿Acaso no le gusta mi cuerpo? —Preguntó al instante la extraña chica.

— No es eso, es solo que si anda así por la calle alguien va a querer propasarse con usted.

— Sé defenderme yo sola. Además las personas pueden andar en traje de baño en una playa, entonces ¿Por qué yo no puedo andar así en la ciudad?

— Ya lo dijo, traje de baño, no ropa interior.

— No sé cuál es la diferencia.

El hombre ignoró a aquella pensativa joven quien no parecía ser mayor de diecinueve años y se disponía a colocarle el abrigo, pero ella rápidamente hizo distancia entre ambos.

— Usted es un amor y le agradezco su preocupación, por eso mismo no puedo dejar que me toque.

— ¡Pero no pienso hacerle nada!

— No me malentienda, en serio no puedo dejar que me toque... lo digo por su propio bien.

Dichas esas palabras la chica siguió su camino, llamando la atención de todo aquel que la viera. Aun así, ella no parecía molesta con aquellas miradas, ya que solo podía pensar en una cosa, además el clima era muy de su agrado.

En un pequeño apartamento donde vivían cinco inquilinos, el calor que se encerraba en ese lugar era comparable a la temperatura que hay en la superficie de un volcán activo. El reloj marcaba las siete de la mañana haciendo que cierta alarma sonara.

Un azabache de ojos cafés llamado Ash fue despertado por aquel ensordecedor ruido, buscó la alarma que estaba encima del televisor y la apagó. Se comenzó a frotar los ojos para luego ponerse de pie y comenzar a estirarse, de alguna manera ya se había acostumbrado a dormir en el suelo, eso y el hecho de que el piso era un buen lugar para dormir en un clima como ese. La cama ortopédica tenía el defecto de aumentar su temperatura cada vez que era época de calor, tanto que era imposible dormir en ella. Pero tres hermosas chicas habían encontrado un método para disminuir un poco aquella tortura.

VINCULOS IRREALESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora