Cap.84

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El hombre que los había salvado ese día no era otro que Samuel Oak quien había descubierto ya tarde que había un grupo de personas que estaban experimento con aquel Pokémon. Al dar con él lo encontró a punto de cometer un asesinato contra una mujer y su hijo. Ese día tomó una de las decisiones más difíciles de su vida, ya que él amaba a los Pokémon y le gustaba saber más de ellos con el pasar del tiempo, pero en ese momento era esa criatura o ese niño y su madre. Suerte que llevaba consigo un arma que se guardó en su bata por si se presentaba algún inconveniente... jamás imaginó que la usaría para arrebatarle la vida a un Pokémon del tipo fuego volador.

Se sintió responsable de ese niño y más al saber que era compañero de su nieto Gary Oak. Se encargó de todo los gastos del funeral y hasta quería quedarse con la custodia de Ash pero para su sorpresa el niño se negó y decidió depender por sí mismo. Por más que lo intentaban retener en un lugar siempre se escapaba y se dirigía hacía el apartamento 303. No sabía qué hacer con él.

Winona era la encargada de esos apartamentos y era conocida por haberse divorciado de un hombre bastante famoso en el mundo del espectáculo la moda y los escándalos. Gracias al dinero que le había ganado en el divorcio fue que pudo hacerse dueña de aquel edificio lleno de apartamentos. Era una mujer bastante amable y digna de tener el titulo de: esposa perfecta. Aún así no quería volver a casarse y se sentía a gusto viviendo en completa soltería. Y al saber sobre lo que le había ocurrido a Ash se sintió obligada a cuidar de él, aún cuando el niño se negó.

Samuel Oak no estaba de acuerdo con la idea que la mujer le había propuesto un día miércoles en la noche mientras hablaban por teléfono.

— ¿Otra vez se escapó y volvió a meterse a ese apartamento?

— Sí, creo que quiere pasar ahí la noche. Profesor ¿no cree que lo mejor sería dejar que haga lo que quiera?

— ¡¿Qué estás diciendo?!

— Creo que quiere madurar lo más pronto posible y por eso tomó la decisión de cuidar de sí mismo. Supongo que desea demostrarle a su madre que estará bien sin ella... por lo menos eso me dice mi instinto femenino.

— Pero no está bien que un niño viva solo.

— No se preocupe yo me encargaré de su alimentación y de ayudarle con sus tareas.

— Bueno yo me encargaré de todos sus gastos y lo relacionado a su estudio. Pero no me gusta que esté solo.

— Confíe en él, sé que estará bien, solo debemos darle una pequeña ayudita.

— De acuerdo, se harán las cosas como tú dices, pero si noto algo anormal en él haré que se venga a vivir conmigo.

— Usted tranquilo y yo nerviosa.

Y con esa decisión la vida de Ash comenzó a cambiar.

Al principio no aceptaba la comida de Winona o que lo estuviese llegando a ver a cada hora o que se quedara de vez en cuando a dormir con él, pero con el tiempo se terminó acostumbrando a su compañía. Winona le lavaba la ropa, le preparaba la comida los tres tiempos y siempre veía televisión con él. Cuando Ash menos se dio cuenta ya pasaba largas horas con ella mientras dejaba que lo abrazara como solo su madre sabia hacer.

— Bien Ash, hoy te bañarás conmigo.

Por alguna razón esa escena se le hacía familiar al pequeño quien estaba ruborizado mientras compartía la tina del baño con aquella hermosa mujer quien era unos años menor que su madre.

— Ven acá, no te alejes tanto —lo tomó del brazo y no dudó en abrazarlo fuertemente.

— Señora... yo...

VINCULOS IRREALESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora