Abraham
-buenas tardes. -saludó Angie al entrar a la cafetería. Sol y yo ya nos encontramos estudiando en el mostrador. Ella lucía muy alegre por la sonrisa que traía. Bueno, casi siempre estaba de buen humor pero, hoy tenía algo más.
-hola Angie. -Saludó Sol.
-Hola Solecito ¿cómo estás? -preguntó mucho más alegre. Sol rio al igual que yo por cómo le llamó.
-bien. -le sonrió.
-¿y a ti que te pasó? -le pregunté con el ceño levemente fruncido y una sonrisa ladina. Me daba mucha curiosidad por qué hoy se notaba más efusiva que de costumbre. <
-ayer fue de lo mejor. -apoyó su brazo sobre el otro lado del mostrador para recargar su cabeza en su mano. Soltó un suspiro de chica enamorada, no pude evitar reír.
-a Angie le gusta un chico. -se burló Sol.
-no me gusta, bueno si me gusta y es mi novio. -se volteó a vernos. Con esas simples palabras logró que mi sonrisa se esfumara y sintiera cómo si un puñal me atravesara el pecho.
-¿qué? -pronuncié sorprendido.
-¡sí! Ayer Michael me pidió que fuera su novia y acepté, por eso estoy tan feliz. -sonrió y me observó fijamente pero, no sabía qué responder. Estaba dolido y lo único que quería era soltar un alarido.
-ah -respondí y baje la mirada evitando demostrarle cuánto me había afectado su noticia. Esas pequeñas palabras hicieron que mi ánimo decayera enormemente. Me sentía aún más idiota que antes, perdí mi oportunidad y solo podía culparme a mí mismo por no haber hablado.
-iugh. -dijo Sol haciendo una mueca llamando mi atención.
-¿Por qué "iugh" Sol? -le preguntó ella riendo.
-porque te compartirá sus babas; es asqueroso. -volvió a hacer una mueca sacando la lengua. Angie soltó una sonora carcajada por aquello. Yo solo me limité a sonreír un poco para disimular. Necesitaba salir de aquí antes de echarme a llorar.
El resto de la tarde pasó normal, yo estudiando con Sol y Angie atendiendo mesas. Mi humor no era el mejor pero, aunque intentara disimular, me dolía pensar en esas palabras "es mi novio" y lo peor es que ese novio no era yo.
Un golpe en la cara dolía menos.
Luego de que Sol se fuera cuando su papá llegó que por cierto, ni siquiera se molestó en bajarse del auto; Angie y yo estábamos terminando de limpiar en silencio lo cual no era normal. La tienda estaba cerrada, la música apagada y no se escuchaba más que el ruido de los autos de probablemente personas que iban de regreso a sus casas después del trabajo. No era nada incómodo pero, como había dicho era muy raro entre nosotros, siempre teníamos de que hablar o al menos nos dedicábamos a escuchar música y cantar mientras terminamos nuestro turno. El ambiente se hacía algo pesado por eso, no sé si yo era el único que lo sentía aunque, tampoco tenía qué decir para alivianar el aire y al parecer ella menos.
-oye, Abraham. -me llamó a mis espaldas. Dejé de limpiar la mesa para voltearme a verla, encontrándola apoyada con una mano en la mesa que limpiaba y otra mano en su cintura. Su mirada estaba fija en mí.
-¿Qué? ¿Por qué me ves así? -le pregunté arqueando la ceja.
-¿Por qué estás tan callado hoy? -preguntó y solo respondí encogiéndome de hombros, sin saber qué decir. -en serio, dime ¿te pasa algo? -insistió poniéndome un poco nervioso por su mirada tan intimidante. Me senté en la silla que tenía al lado con la cabeza baja, no quería verle a la cara. Escuché sus pasos cercanos hasta llegar a mí y se sentarse sobre la mesa.
-no te sientes ahí, acabo de limpiar. -me quejé queriendo evitar la plática, no deseaba que las cosas entre nosotros terminaran raras, más ella no se iba a dar por vencida tan fácilmente.
-¿y eso que? La limpio otra vez luego pero, en serio ¿qué te sucede hoy? Has estado... indiferente conmigo y no te noto alegre como siempre, ayer estabas bien ¿acaso te he hecho algo o te pasó algo malo? -dijo y me alegró un poco que haya notado mi cambio, eso me daba a entender que se preocupaba por mí, mas eso no era suficiente para calmar la sensación pesada de mi pecho.
-no tengo ni idea, solo estoy así y ya. -respondí para salir de aquello. Recargué mi cabeza en la mesa, por sobre mis brazos sin verla todavía.
-¿es... por alguna chica? -levanté el rostro con sorpresa. Mis ojos chocaron con la verdosa mirada suya. Solté un suspiro mientras apartaba la vista, no soportaba verla a los ojos tan directamente. -¿Hay alguien en especial? ¿Te gusta alguien? -asentí resignado. -¿sucedió algo con ella?
-no... Bueno si, agh, me siento inútil, un... un... estúpido. -admití ya rendido.
-oye, no digas eso, tú no eres nada de eso.
-claro que sí, ya perdí toda oportunidad con ella por estúpido.
-¿Por q...?
-tiene novio y yo no pude decirle que me gustaba antes o por lo menos invitarla a salir.-confesé sin decir nombres.
-¿Cómo se llama? -me quedé completamente callado. No le iba a decir que era ella menos ahora después de la noticia, tampoco le inventaría información. Callé por varios segundos y eso logró que tomara mi silencio como un "no quiero hablar de eso". -bueno no me lo digas, pero deberías decirle algo, tal vez ella te entienda y quizás en un futuro podrían estar juntos.
-¿crees eso? -pregunté levantando la mirada. Si supiera que era ella diría que es imposible que eso pase.
-no lo sé pero, si terminara con aquel chico, no dudaría a correr a tus brazos, eres un gran chico Abraham, simpático, alegre, gracioso, buena compañía, entre tantas cosas, no creo que esa chica no sienta algo por ti tan siquiera mínimo. -dijo y me sorprendió que me haya halagado de esa manera. -al menos te ha de tener cierto cariño.
-no lo creo. -reí y negué con la cabeza.
-no seas negativo. -me empujó levemente el hombro. -yo trato de ayudarte y tú no colaboras. -se cruzó de brazos haciendo berrinche. Era adorable.
-está bien, está bien, tal vez si me aprecie pero, ¿gustarle? lo dudo por completo.
-averígualo. -se encogió de hombros soltando los brazos.
-¿Cómo?
-no lo sé, tal vez... no sé... invitándola a ir a un lugar, como amigos, si la noche termina con algún beso en la mejilla o algo un abrazo tal vez, es que le gusta salir contigo y que probablemente saldría todas las veces que la invites. -se encogió de hombros como si invitarla fuera tan fácil. -para mí lo mejor es que le demuestres que siempre estarás ahí para ella y te aseguro que si tiene problemas con su novio o algo así, acudirá a ti sin dudarlo. Mantenla cerca y verás que ese cariño aumentará de a poco.
-no sé cómo podría hacer eso.
-Tú solo sé tú mismo. -colocó su mano en mi hombro. -ahora terminemos de limpiar para irnos a dormir. -dijo y se bajó de la mesa de un brinco.
-está bien. -suspiré cansado y me levanté del asiento. Minutos después, terminamos y cerramos el lugar. Fui a mi departamento y me lancé a mi cama a pensar lo que Angie me había dicho, dudaba que ella sienta algo por mí más que cariño fraternal. No tuve agallas para invitarla a salir antes, no creía poder tener agallas para invitarla ahora y más si tenía novio. Aunque, lo que sí podía hacer era mantenerme ahí a su lado por si me necesita en algún momento.
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Hermana
Teen Fiction¿Cómo una pequeña niña de apenas ocho años podrá pasar por tanto a su corta edad? Ser abandonada por su madre y ser maltratada por su padre es demasiado para un ser tan pequeño y frágil como Sol. No poder jugar ni siquiera con niños de su edad ni di...